Hace un año el Barcelona se mostraba extraordinariamente activo en el mercado de invierno firmando incorporaciones, cesiones y traspasos que, salvo a la portería, afectaron a todas las líneas. La situación ha cambiado y ahora la idea se circunscribe básicamente a proporcionar la medular, que con siete centrocampistas, además de Riqui Puig pidiendo paso desde el filial, está claramente sobredimensionada. El club ha presupuestado unos ingresos de 124 millones de euros entre traspasos y cesiones y en enero se presenta la primera oportunidad para hacer caja.
No resulta sencillo para Ernesto Valverde gestionar la superpoblación de centrocampistas, a la que debe referirse en todas sus comparecencias. Rakitic, Arturo Vidal y Aleñá han expresado en algún momento de la temporada su descontento por la falta de minutos y han insinuado la posibilidad de hacer las maletas. “Cuento con los que tengo y no espero ninguna modificación. Soy el entrenador y pienso que los que estamos aquí somos los que lo tenemos que llevar todo adelante”, afirmó el viernes. “Estarán con nosotros en cuanto volvamos de vacaciones”, remató Valverde el sábado.
El discurso público del técnico no concuerda con las intenciones/necesidades del Barcelona, dispuesto a aplicarse una dieta de adelgazamiento o, a lo sumo, reforzar el lateral derecho con una incorporación para la próxima temporada. Pero el fútbol tiene cosas extraordinarias. Rakitic, que parecía desahuciado, ha explotado la lesión de Arthur para hacerse con la titularidad en seis de los últimos siete partidos. Vidal apareció en la alineación inicial contra el Alavés después de ocho jornadas como suplente. Aleñá, que no había figurado como titular desde la primera jornada en San Mamés, jugó el sábado más minutos (90) que en el resto de la Liga (80), en la que sólo tuvo tres apariciones previas y no fue convocado en ocho partidos.
LOS EXCEDENTES
Rakitic, Vidal y Aleñá han expresado el deseo de cambiar de aires si persiste su falta de oportunidades
Aunque Vidal siempre ha figurado en los planes de Valverde como jugador número 12, la restitución de los centrocampistas postergados está sujeta a diferentes lecturas. Por una parte, suena a mensaje de Valverde en favor de mantener la plantilla intacta. En otro sentido, la colocación de estos futbolistas de alto nivel en el escaparate (formaron el centro del campo en la última e intrascendente jornada de la Champions en el campo del Inter) coincide con los intereses del club. Los contratos de Rakitic y Vidal expiran en 2021, son futbolistas con buen cartel en el mercado y parece un momento idóneo para acometer un traspaso rentable, aunque el Barcelona no cierra la posibilidad de cesiones recompensadas. Todo –también la situación de Aleñá, con contrato hasta 2022– pasa por la voluntad de los jugadores. En este sentido, y a pesar de las negociaciones entre Barça e Inter que ha desvelado la prensa italiana, Vidal comunicó con gestos –al menos dio esta impresión– que se queda en el Camp Nou durante la celebración de su gol al Alavés.
Es más que probable, como asegura Valverde, que Rakitic y Aleñá participen en el próximo entrenamiento, el 29 de diciembre, después del período de descanso, y que Vidal se incorpore al trabajo junto al resto de los sudamericanos el 2 de enero. Lo que no es tan cierto es que los tres permanezcan en el equipo cuando el 31 de enero bajen las persianas del mercado de invierno.
En este período de transacciones el Barcelona practicó numerosos retoques, y no todos acertados, en la temporada pasada. Por una parte, adelgazó con el traspaso de Munir al Sevilla y la cesión de Denis Suárez al Arsenal. Por otra, incorporó como cedidos a Jeison Murillo –para compensar las bajas de Umtiti y Vermaelen– y Prince Boateng –en previsión de posibles lesiones de Suárez–. Además, la entidad azulgrana firmó a Todibo y, en una operación conjunta con el Betis, al lateral brasileño Emerson. Como colofón, el Barça materializó el fichaje de De Jong, que permaneció en el Ajax hasta el verano.