Eliud Kipchoge: “Mi historia consistía en hacer historia”
Entrevista
El maratoniano ha logrado la importante gesta de romper la barrera de las dos horas en un maratón
Y tras la tempestad, la calma. O no.
Como el escritor que escribió un hipotético best seller , luego hay que venderlo. En estos menesteres anda metido ahora Eliud Kipchoge (34).
Kipchoge escribió subest seller el sábado. El aficionado al atletismo sabrá de qué estamos hablando. A primera hora del día 12, en el parque Prater de Viena, las condiciones para la carrera a pie eran impecables: 7ºC, una humedad del 40%, la neblina que subía desde el vecino Danubio y atenuaba la salida del sol. Ni una racha de viento. Un circuito llano, de largas rectas, con un desnivel imperceptible, del 0,06%, y curvas muy abiertas. 41 liebres de altísimo nivel, perfectamente adiestradas e implicadas en el proyecto . Y las zapatillas, las fabulosas Alphafly de Nike, un modelo personalizado, a su medida.
Cualquiera diría que Kipchoge iba en carroza.
Las zapatillas
“Encima de cada zapatilla hay un atleta: las zapatillas no te llevan al récord si no estás en forma”
En Viena, Kipchoge daba paso a una nueva era en el mundo del atletismo: rompió la barrera de las dos horas en el maratón.
Cerró el Ineos Challenge en 1h59m40s. 19 segundos por debajo de lo previsto.
Y así fue más allá de los límites de lo impensable: hasta hace cinco años, los agoreros expresaban sus dudas. “Habrá que esperar hasta el 2030, o más, para ver cómo el ser humano franquea la barrera de las dos horas”, decían. Otros se iban hasta el 2050.
Eliud Kipchoge ha cruzado ese hito en el 2019. Y por eso defiende un lema, repitiéndolo como un mantra: “No human is limited”.
CAMBIO DE MENTALIDAD
“En enero dije que no volvería a atacar las dos horas; estaba centrado en el maratón de Londres”
No hay límites para el hombre.
Eliud Kipchoge atiende a La Vanguardia desde los cuarteles generales de NN Running Team en La Haya (Holanda).
¿Y ahora?
Todavía estoy celebrando el resultado del sábado. Ahora mismo, mi objetivo es recuperarme. Luego me reuniré con el equipo en Kenia y entonces debatiremos qué viene a continuación.
Pero ¿se ha planteado algún reto? ¡Usted ya lo tiene todo!
Mi reto es que no creo en los límites. Considero que los retos forman parte de la vida. Mi reto es superar cualquier reto. Cuanto más tengo, más quiero. Cada día es
un reto.
¿En qué sentido?
Levantarse es un reto. Salir de la cama, plantearse cosas. Los límites no existen. No creo en ellos.
¿Y quién le inspira?
Mi entrenador, coach Sang .
Se refiere a Patrick Sang. Kipchoge siempre aplaude a Sang. Dice que Sang es algo más que un entrenador. Habla de un entrenador para la vida. De un padre espiritual. Hay enlaces vitales entre ambos. La madre de Kipchoge había sido profesora de Sang cuando éste acudía a la guardería. Sang dice que ahora, a través de Kipchoge, ha podido devolverle a aquella mujer todo lo que ella le había dado.
Sang ya era un entrenador de prestigio en el año 2000, cuando aquel adolescente, el pequeño Kipchoge, iba a pedirle consejo. Sang le dio un programa de entrenamiento de dos meses. Cuando venció aquel plazo, Kipchoge regresó a por más.
El futuro
“Mi reto es que no creo en los límites; mi reto es superar cualquier reto, y la vida es un reto”
¿Qué le ha dado Sang?
Ha estado junto a mí durante muchos años. Jamás me cuestiono nada de lo que él me dice. ¿Cómo voy a hacerlo...? Mientras pueda, lo quiero junto a mí. También me ha inspirado Roger Bannister.
¿De qué manera?
Hace muchos años, Bannister fue el primero en bajar de los 4 minutos en la milla. Ocurrió en 1954. Creo que mi éxito es algo similar, la ruptura de un hito, una ruptura tecnológica.
En todo este tiempo, desde aquel lejano año 2000, Kipchoge ha firmado un abanico de éxitos. En los Mundiales de París 2003, tumbaba a El Guerruj y Bekele para ser oro en 5.000 m. Aún era júnior. En esa distancia logró dos podios olímpicos (2004 y 2008). En el 2013 entraba en el maratón. Ha ganado diez de los once que ha corrido, incluido el título olímpico en Río 2016. El año pasado, en Berlín, se fue hasta 2h01m39s. Hoy es el récord oficial de la distancia.
¿Cuál es su mejor logro? ¿El
hito de las dos horas? ¿El título olímpico? ¿El Mundial ante Be-kele y El Guerruj...?
Oh, no sé qué decirle. Todos esos logros son muy valiosos. Mi historia es hacer historia. Creo que eso es algo que me permite distinguirme. Visto así, creo que mi mejor logro es el reto de las dos horas.
En enero, usted confesaba a La Vanguardia : ‘No seré yo quien rompa la barrera de las dos horas. No volveré a intentarlo’.
Kipchoge rompe a reír. Había habido un primer intento en el 2017, en el proyecto Breaking2 de Nike. Entonces, firmó 2h00m25s
Al fin, responde:
Los logros
“Fui oro mundial y olímpico y tengo un récord del mundo; pero no hay nada como bajar de dos horas”
Volveremos a hablarlo cuando usted regrese a Kaptagat (...) No, en serio, en enero yo me estaba concentrando en el maratón de Londres (en primavera, llegó el primero a Buckingham Palace: ganó en 2h02m37s). Entiendo que debo ir compromiso a compromiso. Primero debía correr en Londres. Y luego debía ponerme a pensar en el siguiente reto.
Grace Sugutt, la esposa de Kipchoge, y los tres hijos de la pareja presenciaron la prueba en Viena. Todos ellos acudieron a abrazarle en cuanto cruzó la meta. Kipchoge ha amasado una importante fortuna en su carrera profesional. Compró una bonita casa en Eldoret y allí vive la familia.
Grace Sugutt y los chicos le ven poco. Kipchoge pasa buena parte del tiempo en Kaptagat, el centro de entrenamiento del grupo. Se encuentra a treinta kilómetros de Eldoret. Se trata de una casa rural situada entre caminos de ferralita, la arcilla roja que abunda en las cunetas de las carreteras de Kenia. El lugar es espartano. Instalaron un calentador de agua el año pasado. Hasta entonces, los atletas se calentaban el agua con una olla.
Kipchoge comparte el cuarto con Augustine Choge, su confidente, una de sus 41 liebres en el Ineos Challenge. El dormitorio es austero. Dos camastros, dos mesas de noche, un armario, un ventanal hacia el huerto de Kaptagat.
Kipchoge sólo regresa a casa en la tarde del sábado. Pasa la tarde y la noche con los hijos y regresa a Kaptagat al mediodía del domingo.
Usted es millonario. Ha ganado títulos, infinidad de cosas. ¿Cómo lidia con todo eso? ¿No le dice su mujer que ya basta, que vuelva a casa?
Ah, ella comprende todo esto. Sabe que Kaptagat es un lugar alto, que lo necesito para entrenarme. Entiende que ahora no puedo pensar en otra cosa más que en entrenarme y en descansar.
¿Y cómo construye su mente?
La mentalidad me marca todos los momentos. Si la tienes, estás preparado para cualquier cosa. Es una parte crítica en la que trabajo. Pero no hago nada específico, no tengo psicólogos, ni nada por el estilo.
Al día siguiente del reto Ineos, Brigid Kosgei rompió el récord femenino. El hito abrió un debate: ¿hasta qué punto les ayudan las zapatillas?
Encima de cada zapatilla hay un atleta. Si no estás en forma, no puedes hacer nada. Las zapatillas no te llevarán a ningún récord.