El Girona necesitaba como el respirar ganar en Getafe o como mínimo, no perder, pero al equipo de Eusebio Sacristán, muy nervioso, no le dio con lo que tiene para puntuar en el Coliseum Alfonso Pérez ante un Getafe que se afianza en la cuarta plaza a falta de dos jornadas. El Girona volvió a echar mucho de menos a Stuani, su hombre gol y ahora deberá pelear a cara de perro la permanencia, primero en Montilivi ante un Levante también muy necesitado de puntos y finalmente en Mendizorroza frente al Alavés.
El calendario no fue hoy afable con el Girona porque el Getafe, y más en su estadio, es ahora mismo un rival lanzado porque se sabe muy cerca de culminar un hito histórico: entrar por primera vez en la Champions, un mérito quizás incluso superior a sus dos presencias en finales de la Copa del Rey, hace ya varios años.
Sin gol
La ausencia de Stuani fue letal
El Girona suplió la ausencia de su goleador uruguayo, con una lesión muscular en el sóleo de su pierna izquierda, con Doumbia en la punta del ataque, acompañado de Portu.
Los primeros minutos fueron favorables al equipo de Eusebio. El Coliseum, que cubrió algo más de la mitad de su aforo, no es un estadio que presione mucho por más que el hincha azulón esté de uñas con el VAR. Sin embargo, la posesión no es algo que preocupe en demasía a un técnico como Pepe Bordalás, que tuvo que ver el partido desde una cabina cumpliendo el primero de sus dos partidos de sanción.
El error
Molina aprovechó un fallo de Bernardo
Nada más sobrepasado el primer cuarto de hora marcó el Getafe, que aprovechó su primera ocasión por medio del veterano Molina. Bernardo cometió un error letal porque perdió un balón en una zona donde mejor evitar las imprudencias y la jugada acabó en un tirazo de Jorge Molina que superó a Bono.
La respuesta del equipo catalán llegó dos minutos después, en el 19. El Girona pidió penalti por carga de Cabrera a Portu pero ni el colegiado ni desde la sala del VAR se dieron por enterados.
El mejor
Bono fue el mejor jugador del Girona
El 1-0 templó los nervios del Getafe, un equipo que cuando juega a favor de obra se siente muy en su salsa. Antes del descanso le pudo caer el segundo al Girona, que evitó Bono con un pie al sacar un remate de Olivera.A dos minutos del intermedio llegó la mejor ocasión visitante en un remate muy cerca de la portería de Portu que neutralizó Soria.
La segunda parte se inició como la primera. El Girona dominaba el balón y el Getafe, bien plantado, buscaba su oportunidad a la contra. Al cuarto de hora entró Planas por Alcalá, en un cambio ofensivo de Eusebio, pero los de Montilivi siguieron sin mostrarse peligrosos en los últimos metros.
La expulsión
Borja García vio la roja directa
El drama para el Girona se consumó en el minuto 69 con la expulsión directa de Borja García por insultar al colegiado. Si con once no fue capaz de crear peligro, con uno menos empatar pareció siempre una quimera.
Bordalás decidió entonces dar una vuelta de tuerca a su planteamiento y matar definitivamente el partido con dos sustituciones. Entró Portillo para ganar creatividad en el centro del campo y Ángel, otro de los goleadores azulones. Este cambio fue mano de santo. Postergado por el buen momento de un Hugo Duro con 17 años, Ángel es de esos delanteros que parecen mejores como revulsivo. Un minuto después de salir logró el 2-0 tras una jugada que inició Bruno y que terminó con un disparo cruzado de Ángel, ya en el 78, con muy poco tiempo para poder reaccionar.
En zona de peligro
El Girona aún depende de sí mismo
Aún pudo ser peor el correctivo para el Girona, porque de ahí hasta el final Bono evitó dos nuevos goles de los azulones que hubieran convertido la derrota en una paliza. El Girona entra en una zona de clarísimo riesgo, pero le quedan aún dos balas y depende de sí mismo.