Cómo el ‘Little Black Dress’ consiguió que la mujer vistiera el color prohibido

Historia de la moda

Coco Chanel se rebeló contra las normas que consideraban el color sinónimo de luto

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La actriz Audrey Hepburn vestida de Givenchy.

Instagram @hepburnworld

El termino ‘Little Black Dress’, o ‘petite robe noire’, forma parte del vocabulario más común en el mundo de la moda. Desde que Coco Chanel popularizó los primeros diseños, los vestidos cortos de color negro se convirtieron en el básico para los principales referentes de estilo como Audrey Hepburn y su icónica escena en Desayuno con Diamantes (1961) o el polémico minivestido de Valentino con el que Diana de Gales desafió el protocolo de la casa real en la década de los 90.

Como sucede con una amplia variedad de prendas básicas de la moda, la historia del vestido negro, conocido popularmente por sus siglas en inglés LBD, no tuvo sus orígenes en la mera creación de una tendencia sino que fue un movimiento de protesta contra las normas sociales del momento. Lo que empezó siendo un acto de rebeldía protagonizado por Coco Chanel terminó abriendo las puertas al diseño de moda femenino, un momento en el que la mujer empezó a liberarse de cualquier tipo de prohibición en cuanto a su indumentaria.

Hasta la llegada de la diseñadora de moda, el color negro estaba prohibido para el vestuario femenino y este solo se reservaba para ocasiones de luto. En la década de los años 20, cuando Coco Chanel ya empezó a cosecharse un nombre en la industria de la moda parisina, desafió las normas establecidas y acudió a un acto público con un vestido corto por debajo de las rodillas de color negro. Aunque la propia diseñadora fuera consciente que aquel estilismo era una actitud de total desafío y provocación para las clases adineradas y elitistas de la capital francesa, Chanel abrió las puertas a que estas mujeres empezaran a vestir también de negro.

Christian Dior usó el negro en su polémico ‘New Look’

Gracias a las aportaciones de Coco, las principales firmas de moda empezaron a experimentar con el color negro para todo tipo de vestidos hasta que Christian Dior creó el ‘New Look’ que volvió a sembrar la polémica. El diseñador francés, que modificó la silueta predominante en el diseño de moda femenino, presentó en la década de los 50 a una mujer vestida con una chaqueta y una falda de color negro que enfatizaba la zona de las caderas y el pecho.

Fue precisamente ese mismo momento en que Dior redefinía los cánones de belleza cuando el negro en estilismos femeninos hizo el salto a la gran pantalla, tras protagonizar una portada en Vogue. Hubert de Givenchy y Audrey Hepburn crearon el tándem perfecto para que el icónico ‘Little Black Dress’ que apareció junto a Holly Golightly mientras desayunaba frente al escaparate de Tiffany’s, en Nueva York, se popularizara alrededor del mundo. A partir de entonces, el vestido negro se ha convertido en un clásico, desde el ajustado minivestido con hombros caídos de Marilyn Monroe hasta los populares diseños de Gianni Versace en los 90.

Aunque el negro todavía esté restringido para las bodas, los vestidos de este color son un básico de las alfombras rojas, una apuesta segura con la que conseguir un efecto elegante y sofisticado además de cumplir con el estricto protocolo ‘black tie’ para los eventos que requieran el máximo formalismo posible. La amplia variedad de ‘Little Black Dress’ que se pueden encontrar actualmente, tanto en las firmas de lujo como en el sector ‘low cost’, permite combinar las piezas con distintos zapatos y complementos para conseguir un resultado más o menos formal.

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