En Intermezzo , la última novela de Sally Rooney (Castlebar, Irlanda, 1991) vuelven a aparecer muchos de los elementos que caracterizan sus anteriores y exitosas obras –Conversaciones entre amigos, Gente normal y Dónde estás, mundo bello, las dos primeras adaptadas a serie televisiva- que la han convertido en escritora símbolo de su generación.
En esta nueva entrega aparece su inconfundible sello: las relaciones afectivas, una escritura directa, la psicología de sus personajes y esa atmósfera tan conseguida que atrapa la incertidumbre de la existencia junto al ansia de felicidad. Pero aquí esos ingredientes han fermentado más y mejor. El resultado es un libro con mayor hondura narrativa que funciona en cada una de sus páginas y que traspasa la frontera milennial.
⁄Aparecen temas actuales, como la vivienda o el consumo de ansiolíticos, y preocupaciones de todos los tiempos, como el peso de la familia
La historia tiene como protagonistas a los hermanos Koubek: Peter, de treinta y dos años e Ivan, de veintidós. Acaban de perder a su padre –de origen eslovaco- tras una larga enfermedad. Su madre, Christine –el nombre de pila siempre para marcar distancia-, se fue y formó otra familia cuando el pequeño tenía cinco años.
Peter, doctor en Filosofía, ejerce con éxito la abogacía en Dublín, vive la pérdida con la losa de la ansiedad encima y maneja una larga y compleja relación –Sylvia, profesora de Literatura- que “combina” con una más reciente -Noemi, joven alternativa, de la edad de su hermano-. Por su parte, Ivan es un estudiante dotado para el ajedrez, que comparte piso y tiene problemas de sociabilidad, de liquidez y de ubicación en el mundo. Conocerá a Margaret, una mujer separada de treinta y seis años, encargada de la programación del centro cultural de un pueblo, con quien iniciará una relación.
⁄ Rooney alterna vida y pensamiento en esta obra existencial donde sus personajes buscan ser “amados y necesitados”
La narración alterna la vida y el pensamiento –qué bien conseguido- de los dos hermanos, que lidian con el duelo a la vez que exploran sus sentimientos, pulsiones y deseos -el sexo vuelve a tener protagonismo, como en obras anteriores-. La autora comprime la escritura –un fino ejercicio de condensación y destilación-, especialmente en los capítulos de Peter: “bufido de la plancha, panecillo con mantequilla, miligramos de alprazolam, corbata azul o verde”- mientras que resulta más descriptiva al referirse al taciturno hermano pequeño –“De pie solo en un rincón, Ivan piensa con concentración no particularmente intensa en el método más eficiente de organizarse”.
Rooney va trazando en paralelo las trayectorias de los dos personajes, cada uno en su carril con sus recuerdos de la infancia, los agravios, las punzadas, la relación con los progenitores; el amor y el odio, la atracción de la sangre y el rechazo del cerebro (“las familias son complicadas”). Muy avanzado el libro, las líneas intersecan de forma violenta. Expuestos frente a frente, huérfanos los dos de un padre cuidador y conciliador a cuya ausencia hay que acostumbrarse, la mirada se abre. También la esperanza. Este es un libro que trata sobre cómo cada uno vive el duelo y cómo este confronta la vida. Las comprensivas parejas de Peter e Ivan no dejan de señalarlo: “Estás pasando un duelo”.
La trascendencia está muy presente de la mano de razonamientos filosóficos –alusiones explícitas a Wittgenstein y otras referencias camufladas de autores leídos que Rooney detalla en las notas finales- y en ese cuestionamiento de Dios –la católica Irlanda- que va apareciendo de forma intermitente en el libro (“¿Tú crees en Dios?[...]Supongo que la respuesta sería que lo intento”).
Sally Rooney consolida su trayectoria con esta novela existencial, contemporánea y universal donde sus personajes una vez más buscan ser “amados y necesitados”, situarse en un mundo –más allá de su procedencia, estudios o incluso de su acento al hablar-, que es el nuestro. Aparecen temas actuales, como las relaciones de pareja, el suicidio, la vivienda, el consumo de alcohol y ansiolíticos, y preocupaciones de todos los tiempos, como el peso de la familia y el vértigo de la existencia con su doble cara. Su escritura ha dado un salto hacia adelante y promete llegar más lejos.
Sally Rooney Intermezzo
Traducción al castellano de I.Pellisa Díaz; al catalá. de F.Ràfols Gesa. Random House / Periscopi 416 / 504 págs. 21,75 euros