Uno es persistente en la afición al thriller, que heredé de mi padre, fiel lector de Georges Simenon, S.S. Van Dine, Rex Stout y Ellery Queen, entre otros (la escuela hard-boiled de Hammett y Chandler no le interesaba tanto).
Como mi progenitor, tengo tendencia a seguir a aquellos autores que además de gustarme publican regularmente. El carácter serial es importante en el género policíaco: el lector disfruta de la familiaridad con los personajes recurrentes, con su vida cotidiana y lances menores que sirven de cálido contrapeso a los ambientes inquietantes y/o sanguinarios, así como a la obligada racionalidad de la investigación.
La primavera del 2023 ha traído obras nuevas de escritores que leo de forma habitual, muy recomendables para quienes buscan lecturas entretenidas de agosto.
John Verdon se lanzó a la novela después de una larga trayectoria publicitaria. En España le ha vendido muchos miles de ejemplares la editorial Roca, recientemente adquirida por el grupo Penguin Random House. Su personaje es el expolicía del NYPD Dave Gurney, que junto a su esposa Madeleine vive, como el propio Verdon, en una casa rural al norte del Estado de Nueva York. Gurney acepta encargos y Verdon lo plasma a menudo desplazándose trabajosamente en su automóvil por las retorcidas carreteras de las Catskills Mountains.
En El favor, Gurney resuelve el antiguo caso que llevó a la cárcel a un conocido tenista, en una lectura no apta para herpetófobos. La intriga resulta entretenida, pero lo que le da sustancia, una vez más, es ese friso costumbrista de urbanitas maduros consagrados al bricolaje, la horticultura y la cría de animales en medio de un frío pelón.
El tándem Douglas Preston y Lincoln Child ha creado una de las figuras más originales del thriller contemporáneo, el millonario agente especial Aloysius X.L. Pendergast, sofisticado protagonista de espléndidas obras góticas como Los asesinatos de Manhattan. La extensa serie Pendergast (una veintena de obras) estaba dando muestras claras de fatiga, y Preston/Child le han dado el relevo con su joven protegida, la agente Corrie Swanson.
En su segunda aventura, El aguijón del escorpión (Plaza &Janés), Swanson y su colaboradora Nora Kelly -que por alguna razón que no entiendo es la que da nombre a esta subserie-, del Instituto Arqueológico de Santa Fe, se adentran en los desiertos de Nuevo México para seguir la pista de un tesoro de la corona española desaparecido en 1680, y que acaba aproximándoles a territorios prohibidos, hoy de moda gracias al cine, donde se ensayó la bomba atómica.
Hay un breve cameo de Pendergast y como es habitual en Preston/Child el pintoresquismo, la erudición extravagante y el humor no faltan.
El irlandés John Connolly es padre del detective estadounidense Charlie Parker, habitual frecuentador de los dominios del terror y la parapsicología. Seguidor regular como soy de sus andanzas, las dos últimas entregas me parecieron demasiado largas y un tanto repetitivas.
En Tumbas sin nombre (Tusquets ) Connolly tiene el acierto de refrescar su territorio dando el protagonismo a sus habituales Louis y Angel, entrañables asesinos, valga el oximoron, frente a una trama serbia bien documentada (y estremecedoramente malvada) con epicentro en Amsterdam.
Por último, John Grisham (el tercer John de esta selección). El rey del legal thriller, a diferencia de los otros autores aquí citados, dosifica sus series –la juvenil de Theodore Boone y la breve de Camino Island– y en su amplia producción no suele repetir personajes. Pero sus tramas con letrados resultan inconfundibles. Los adversarios (Plaza & Janés) reúne tres novelas cortas que combinan costumbrismo sureño y cínica reflexión moral, como es marca de la casa.
La última, que da nombre al libro, trata de dos hermanos rivales que comparten bufete, mientras el padre, también correoso abogado, trama oscuras maniobras desde la cárcel donde cumple condena. Y Grisham brinda un mensaje sobre los escurridizos límites de la ley que nos devuelve a aquel espléndido retrato de la Norteamérica de los años 90, también la novela más conocida del autor, que tituló La firma.