La China de las hermanas Soong
Entrevista a Jung Chang
El nuevo libro de la autora de ‘Cisnes salvajes’ repasa el siglo XX chino a través de tres mujeres que lo vivieron muy cerca del poder
Jung Chang (Yibín, Sichuan, 1952) obtuvo un éxito estratosférico –traducción a treinta idiomas, más de diez millones de ejemplares vendidos– en 1991 con Cisnes salvajes , centrada en la vida de tres mujeres que representaban tres generaciones de la misma familia: la abuela, la madre y la propia autora. Después de esta historia de la China en el siglo XX a través de personajes normales y corrientes, pasó a interesarse por el poder. Escribió en el 2005, con su marido el historiador Jon Halliday, una biografía de Mao (que le costó restricciones para poder viajar a China desde Inglaterra, donde reside desde 1978) y en el 2013 Cixí, la emperatriz , en la que abordaba la historia de China en el siglo XIX a través de la emperatriz viuda que orquestó maquinaciones políticas y trasladó al país de una mentalidad casi medieval al mundo moderno, a través de la industrialización y la derogación de leyes y tradiciones bárbaras como el vendado de los pies de las mujeres para impedir su normal crecimiento en pos de un efecto estético con notorio peso social.
Las hermanas Soong
Educadas en escuelas americanas, desde su infancia las tres hermanas se movieron entre Oriente y Occidente; una fue fervorosa comunista, otra se casó con el líder nacionalista Chiang Kai-shek
En su nuevo libro, Las hermanas Soong , Jung Chang vuelve al esquema de las tres mujeres de una misma familia de Cisnes salvajes, pero aquí no forman parte de sucesivas generaciones, sino que son hermanas. Y tampoco son personajes normales y corrientes, del pueblo llano, porque las Soong llegaron a ser muy poderosas, de forma directa o indirecta. Sus destinos disímiles y enfrentados sirven a la autora para trazar un colosal fresco de la historia de la China del siglo XX.
La reciente publicación de ‘Las hermanas Soong’, su propia vida entre Oriente y Occidente, y su visión del país que abandonó hace años son motivos más que suficientes para conversar con Jung Chang.
¿Cuándo y por qué se interesó por la historia de las tres hermanas Soong?
Tras haber escrito las biografías de Mao y de la última gran gobernante monárquica, la emperatriz Cixí, quería abordar la otra figura que como ellos marcó una época y cambió la historia, Sun Yat-sen, el padre de la República China. Sun fue el responsable de hacer avanzar China a partir de Cixí, que había traído la modernidad al país y lo estaba conduciendo hacia la democracia cuando falleció en 1908. La toma del poder por Mao cuarenta y tantos años después llevó al país a un abismo totalitario. Mientras buscaba información sobre Sun, empecé a indagar sobre su esposa y las hermanas de esta, que me parecieron personajes más fascinantes. La mujer de Sun se convirtió en una ferviente comunista y llegó a ser vicepresidenta de Mao, mientras que las otras dos fueron ferozmente anticomunistas: una se casó con Chang Kai Chek [el líder nacionalista chino] y fue primera dama china durante veintidós años y la otra se convirtió en la mujer más rica del país. Las tres estuvieron en el centro del poder de China durante el siglo XX y aunque se querían, se convirtieron en antagonistas. Sus vidas están repletas de traumas y decisiones difíciles, lo cual las convierte en seres humanos interesantes.
‘Cisnes salvajes’ retrataba a tres generaciones de mujeres de una familia, aquí retrata a tres hermanas. ¿Por qué cree que es interesante explicar la historia de China a través de las mujeres?
Las vidas de todas las mujeres de mis libros, incluida la emperatriz Cixí, están muy conectadas con la historia. O bien se trata de mujeres que sufren la historia, como en el caso de las tres generaciones de mi familia, o que están en el centro de la historia, como las hermanas Soong, o directamente forjándola, como Cixí. Las vidas de estas mujeres son un modo fascinante de contar la historia del país.
Ninguno de mis libros está publicado en China. Están prohibidos y yo soy una no persona bajo un régimen de estricta censura”
Las hermanas Soong fueron poderosas en ocasiones influyendo a los hombres que tenían cerca. ¿Cuál ha sido el papel de la mujer en la historia de China?
Las mujeres en China han sufrido tradicionalmente un trato terrible, del cual el vendaje de los pies es la evidencia más obvia. La emperatriz Cixí inició la liberación de las mujeres chinas a principios del siglo XX, su primera orden fue prohibir el vendaje de los pies. Pero la mayor parte de su vida tuvo que ejercer su poder simulando que las órdenes provenían del emperador.
¿Y cuál es la situación actual?
Ha habido grandes avances. Aun así, en la China continental no hay una sola mujer entre la élite dirigente. En cambio, en Taiwán, que es una democracia, la presidenta actual es una mujer.
Las tres hermanas Soong tuvieron contacto con Occidente. Usted ha tenido la misma experiencia entre Oriente y Occidente, ¿qué diferencias ve?
Todos somos seres humanos y en lo fundamental compartimos los mismos valores. La principal diferencia hoy en día entre China y Occidente es que son dos sistemas políticos radicalmente opuestos: democracia frente a dictadura comunista. Pero el sistema chino no es un invento chino, ¡es un modelo europeo!
Las tres hermanas Soong tenían una relación muy estrecha, pero la política las separó.
Estaban emocionalmente muy unidas, pero se posicionaron en campos políticos antagónicos que se enfrentaron en guerras sangrientas. Ei-ling y May-ling fueron feroces anticomunistas. Ching-ling, la hermana roja, era una leninista de línea dura, seguidora de Mao y Stalin. Ayudó a Mao y a Stalin a expulsar a Chang de la China continental y a destruir el mundo en el que ella y sus hermanas habían vivido. La relación entre ellas es dramática y fascinante.
Tengo entendido que tiene usted restricciones para viajar a China. ¿Se han publicado allí sus libros?
Ninguno de mis libros está publicado en China. Están prohibidos y yo soy una no persona bajo un régimen de estricta censura. Hasta hace unos años, la gente se las ingeniaba para poder leer allí mis textos. Había ediciones piratas, había personas que los escaneaban o incluso los picaban en el ordenador para que otros pudieran leerlos; y muchos los traían desde el exterior, sobre todo desde Hong Kong. Pero en los últimos años, el régimen ha bloqueado todos estos canales, de modo que ahora mismo es mucho más complicado poder leer mis libros en China.
¿Cuál ha sido su experiencia como emigrante en Inglaterra?
Ha sido estupenda desde que llegué en 1978. Al principio fue como aterrizar en Marte, todo era diferente. Pero no lo sufrí, me encantó. He sido muy bien recibida en este país y lo amo.
En plena pandemia de la Covid, ¿cree que hay riesgo de que se perciba que regímenes autoritarios como el chino son más eficaces en su control que las democracias occidentales?
La primera reacción en China fue castigar con dureza a los médicos que hicieron pública la aparición del virus y negar su existencia. Eso no habría podido suceder en una democracia. Después es cierto que China ha sido eficiente en el control de la epidemia. El control es la prioridad máxima del régimen y dispone de mecanismos espectaculares; sus medidas de confinamiento fueron mucho más severas que en otros países. El gobierno dispone de información sobre los ciudadanos y sabe dónde está cada uno exactamente, de modo que es fácil seguir sus movimientos.
¿Cómo ve el futuro de China, es optimista o pesimista?
Lo siento, no soy buena prediciendo el futuro. Mi fuerte es encontrar la verdad del pasado.