Jorge Galán (1973, San Salvador) conoce bien al ex viceministro de Defensa de El Salvador, Inocente Orlando Montano, un personaje que hace pocos días ha sido condenado a 131 años de prisión por el asesinato a tiros de seis jesuitas, cinco de ellos españoles, entre los que se encontraba el escritor y teólogo Ignacio Ellacuría.
Esta masacre sucedía el 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y en principio fue atribuida a la guerrilla del FMLN. También fue la base de Noviembre (2015), la novela con la que Galán daba a conocer al mundo, 25 años después, quiénes fueron los autores intelectuales de dicha masacre dando voz a quien por aquel entonces ostentaba la presidencia de El Salvador, Alfredo Cristiani.
Esta obra, que obligó a Galán a exiliarse a España por las amenazas de muerte que recibió, marcó un hito en su carrera literaria, colmada de premios. Entre ellos, el Premio Real Academia Española otorgado en 2016 precisamente por ‘Noviembre’, y otros tantos en poesía, género que ha cultivado en obras como Ruido (2019) o Medianoche del mundo (2016).
La noticia de la condena de Montano, la única por los asesinatos, es, con toda probabilidad, la segunda alegría que el escritor salvadoreño recibe en pocos días. La primera es la publicación de la primera entrega de El País de la Niebla , una trilogía con la que Galán vuelve a la novela juvenil después de diez años y lo hace explorando el género de la fantasía.
“Era un acto de sinceridad escribir una historia como esta, que no es nueva, pues ha estado en mi cabeza por más de una década. Escribir libros de fantasía era volver al origen, retornar a las sensaciones de cuando tenía dieciocho o diecinueve años”, explica Galán desde su tierra natal, donde retornó tras pasar un tiempo exiliado en españa. Los otros mundos (2010), un libro de poemas para niños donde les descubre nuevos escenarios, fue su última incursión en la literatura infantil y juvenil a la que ahora vuelve con la historia de Lobías Rumin, un chico delgaducho, huérfano, acogido por sus tíos y marcado por el estigma de haber visto un domador de tornados cuando tenía nueve años. Una visión que lo convierte en alguien indeseable a los ojos de sus vecinos, pero que marca, sin él saberlo, su destino.
Eldin Menor, una ciudad con aires medievales en las tierras de Trunaibat, es el escenario desde donde parte esta aventura bautizada en su primera parte como La ruta de las abejas . Por aquí resuenan ecos de Tolkien, George R. R. Martin y la Ana María Matute de Olvidado Rey Gudú , referentes literarios de Jorge Galán junto a otros como Michael Moorcock, Ursula K. Le Guin, Robert Howard o J.K. Rowling.
Uno de los personajes más potentes e inquietantes del libro es la niebla, una niebla espesa y perpetua que divide el territorio y por el que nadie nunca ha transitado desde que se instaló, siglos atrás. Hasta Lobías Rumin. Una bruma que de alguna manera y de forma simbólica habla también de El Salvador, así que conseguir atravesarla es una forma victoriosa y esperanzadora de sobreponerse a las injusticias sociales y la violencia que desde hace años azota al país hispano.
¿Una proyección de los anhelos del joven Galán? “No puedo decir que me siento identificado con un personaje específico, pero sí con la sensación que llevó a Rumin a realizar un viaje tan extraño y lleno de riesgos como el que lleva a cabo. Confía en su intuición. Confía en los viejos mitos. Cree en lo imposible. Se siente parte de una realidad más allá de la suya. Me gustaría pensar que esa clase de sensaciones aún permanecen en mí. Supongo que la decisión de escribir este libro, repleto de magia, domadores de tornados y gigantes que bajan de las montañas, me dice que aún están conmigo”, explica.
En La ruta de las abejas , los elementos naturales cobran un protagonismo capital: la niebla, los tornados, las abejas en su papel de guías... “Los elementos nos siguen hablando, a pesar de que casi nunca escuchamos –cuenta el autor–. Es un hecho que la modernidad nos ha separado de la sabiduría que se encuentra en la naturaleza. Y dado que este libro pretende contar una historia alejada de la modernidad que conocemos, los elementos están tan presentes como lo estuvieron para aquellos que fuimos alguna vez, para nuestros abuelos y los padres de estos”.
También la literatura es protagonista. De hecho Galán convierte a Lobías en ‘lector’, el único capaz de leer el libro del Árbol de Homa, el elemento natural central de una trilogía que en toda su parte inicial introductoria nos aboca a una inminente guerra. La trama, magníficamente hilvanada con un preciosismo poético en las descripciones, sobre todo paisajísticas, está en marcha y su autor nos ha dejado con infinidad de preguntas y de querer saber más.
Jorge Galán
‘La ruta de las abejas. El País de la Niebla (I)’
GRAN TRAVESÍA. 272 PÁGINAS. 15,95 EUROS