Un 19 de diciembre de 1996 Marcello Mastroianni decía adiós a este mundo a causa de un cáncer de páncreas. Tenía 72 años y ese día, La Fontana di Trevi, asociada a su popular papel en La dolce vita, se apagó de forma simbólica y se cubrió de negro en honor a uno de los intérpretes italianos más famosos y queridos a nivel internacional. Él, sin embargo, se mantuvo discreto y alejado del divismo típico de muchos compañeros de profesión.
De origen humilde, nació el 28 de septiembre de 1924 en Fontana Liri, una pequeña población de los Apeninos, y se crio en Turín y Roma. Vivió el fascismo y pasó mucha hambre.
Era solo un adolescente cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Fue recluido en un campo de concentración nazi, pero logró escapar y huyó a Venecia, donde pasó el resto de la contienda oculto en una azotea. Destacó como actor teatral durante diez años y el mundo del cine le abrió las puertas trabajando de extra hasta que debutó en 1947 con I Miserabili, dirigida por Riccardo Freda. La actuación fue todo para él. Decía que se sentía vivo cada vez que iba a rodar.
Su carrera, que abarcó más de 150 títulos, fluctuó entre el cine cómico, el dramático y el de compromiso con personajes de lo más variopinto. Visconti fue el primero en ver su talento, después se convirtió en el álter ego de Fellini, director y amigo con el que colaboró en seis filmes: La dolce Vita, Fellini, ocho y medio, La ciudad de las mujeres, Roma, Ginger y Fred y Entrevista. Trabajó con los más grandes directores y formó pareja inolvidable con Sophia Loren en una docena de producciones.
FELLINI, OCHO Y MEDIO (1963)
El actor siempre consideró esta película como la mejor de su filmografía. No en vano, estamos ante una obra maestra de Fellini. En esta historia era Guido Anselmi, álter ego del director, un cineasta en pleno bloqueo creativo, neurótico y envejecido, que empieza a recordar la larga lista de mujeres a las que ha amado. Entre ellas, la bella Claudia Cardinale, actriz de la que se enamoró en la vida real. Un amor que no fue correspondido.
LA DOLCE VITA (1960)
Mastroianni tenía 36 años y había actuado ya en 40 películas cuando, en 1960, Federico Fellini le propuso trabajar con él en La dolce vita. Fue la película que le otorgó la fama internacional encarnando a Marcello Rubini, un aspirante a intelectual que escribe crónicas de sociedad. Inolvidable la icónica escena con Anita Ekberg en la Fontana di Trevi.
LA NOCHE (1961)
Michelangelo Antonioni lo dirigió en este drama sobre un matrimonio burgués en crisis que ganó el Oso de Oro en el festival de Berlín. El actor encarnaba magistralmente a un escritor que durante la fiesta de la presentación de su libro comienza a flirtear con la hija del anfitrión mientras su mujer (Jeanne Moreau) lo hace con un playboy.
DIVORCIO A LA ITALIANA (1961)
En el filme de Pietro Germi dejó patente su capacidad interpretativa encarnando a un personaje muy distinto de los que venía haciendo en la década de los 50. Su Ferdinando Cefalú es un noble siciliano bastante despreciable al que el actor supo dotar de un tono que deambulaba entre la decadencia y la apariencia. La Academia de Hollywood le otorgó su primera nominación al Oscar como mejor actor.
NOCHES BLANCAS (1957)
Basada en la novela homónima de Dostoievski y con Visconti como director, Mastroianni bordaba el papel de Mario, un oficinista solitario que durante un frío paseo nocturno entabla conversación con Natalia (Maria Schell), una joven triste. Ella llora por un hombre que no llega. Durante cuatro noches mágicas, un enamorado Mario alberga la esperanza de sustituir en su corazón al misterioso forastero.
LOS CAMARADAS (1963)
En esta película coral realizada por Mario Monicelli daba vida al profesor Sinigaglia, un intelectual revolucionario que llega a Turín a finales del siglo XIX y pronto se convierte en el agitador de las mentes de unos obreros que trabajan en una fábrica en pésimas condiciones laborales. Nuestro protagonista elaboró un antihéroe dotado de humanidad y sumamente apasionado. El filme fue víctima de la censura en España por sus implicaciones políticas.
AYER, HOY Y MAÑANA (1964)
Comedia romántica dividida en tres episodios dirigida por Vittorio De Sica y protagonizada junto a su gran amiga Sophia Loren. El filme, con el que Mastroianni ganó un Bafta y un David de Donatello, combinaba humor, amor y erotismo con fina ironía. Se alzó con el Oscar a la mejor película extranjera.
UNA JORNADA PARTICULAR (1977)
En este drama ambientado en la Italia fascista de 1938, Marcello daba vida a Gabriele, un locutor de radio al que acaban de despedir por homosexual. Rodar esta película a las órdenes de Ettore Scola y otra vez junto a la Loren marcó una segunda etapa en su carrera tras pasar por una mala época. Consiguió su segunda nominación al Oscar como mejor actor.
OJOS NEGROS (1987)
En este drama poético dirigido por Nikita Mikhalkov y basado en tres cuentos de Chejov, Mastroianni era Romano Patroni, un italiano que explica su desafortunada vida amorosa a un caballero ruso durante una travesía en barco. El actor obtuvo su tercera nominación al Oscar y volvió a ganar otro David de Donatello y el premio al mejor actor en Cannes.
SOSTIENE PEREIRA (1996)
Adaptación de la novela homónima del escritor italiano Antonio Tabucchi en la que un extraordinario Mastroianni es un maduro periodista de sucesos al que le encargan dirigir la página cultural de su periódico. El sentido pesimista de la cultura del protagonista entra en conflicto con el vitalismo de un joven colaborador en este relato ambientado en la Lisboa de 1938, durante la dictadura de Salazar.