Los árboles envolvieron anoche la fachada de la casa Batlló. El viento soplaba al ritmo de una guitarra, y cada rama danzaba en un vaivén hipnótico, mientras el aroma a tierra mojada se mezclaba con el asfalto aún húmedo tras la lluvia. La escena parecía una muestra de la armonía de la naturaleza, pero aquel movimiento no era más que el resultado de un algoritmo meticulosamente diseñado. No había ráfagas fortuitas ni brisas impredecibles; cada oscilación de las hojas, cada crujido del tronco, respondía a una ecuación precisa, a un cálculo invisible que moldeaba la ilusión de lo natural.
Anoche, el artista Quayola (Roma, 1982) revivió el sueño que llevó a Antoni Gaudí a concebir la casa Batlló hace más de un siglo. “Quería conectar con las fuentes de inspiración más profundas que impulsaron originalmente a Gaudí”, reveló hace unos días a La Vanguardia . El artista presentó Arborescent , un nuevo mapping que se proyectó sobre la fachada del edificio modernista del paseo de Gràcia de Barcelona, en la cuarta edición del espectáculo gratuito que el año pasado atrajo a más de 90.000 espectadores.

Imagen del ‘mapping’ que cubre este fin de semana la casa Batlló, obra del artista italiano Quayola
El término Arborescent hace referencia a estructuras naturales que se asemejan a los árboles, pero también se utiliza en la ciencia de datos para describir formas ramificadas. “Me atrajo la idea de cómo una forma natural puede representarse a sí misma y, al mismo tiempo, convertirse en algo más, ser el inicio de otra cosa. Esta idea fue una analogía para mí del trabajo de Gaudí”. Reconocido por reinterpretar lo clásico y explorar la relación entre la naturaleza y la tecnología, Quayola presenta en este mapping (que hoy se proyectará nuevamente a partir de las 19.45 ) animaciones que simulan formas arbóreas y recorren la geometría de la casa Batlló.
“El suelo temblaba, parecía que las ramas iban a salir del asfalto”, comentó uno de los asistentes al finalizar la primera proyección. Quayola logró acallar al tumulto de gente que, a pesar de las malas condiciones climáticas, se reunió para ver el espectáculo. La proyección se repitió siete veces desde las 19.45, cada media hora hasta las 22.45. Casi imposible de apreciar en su totalidad en una sola visión, algunos decidieron quedarse para verla más de una vez. Aunque se tratara del mismo espectáculo, las formas y las sensaciones parecían mutar. “El juego de luces y los golpes musicales del final me sorprendieron”, comentó otro espectador.

Imagen del ‘mapping’ que cubre este fin de semana la casa Batlló, obra del artista italiano Quayola
El artista, también músico, compuso una banda sonora única para esta ocasión. “La música y las imágenes fueron creadas y desarrolladas exactamente al mismo tiempo”. Inspirada en el sonido de la guitarra, la obra comenzó con una coordinación impecable entre cada movimiento visual y cada nota musical. El inicio fue sutil, casi etéreo, pero rápidamente la música se transformó junto con las imágenes, acelerándose en un ritmo vertiginoso que tejía patrones a gran velocidad a lo largo de toda la fachada. Los balcones se iluminaban al compás y respondían con precisión a cada rasgueo de las cuerdas de la guitarra conceptualizada por Quayola. La tensión se hacía palpable en los silencios, momentos que el público respetó en absoluta quietud, como si la misma casa estuviera tomando un respiro.
Quería conectar con las fuentes de inspiración más profundas que impulsaron originalmente a Gaudí”
Quayola ya había actuado previamente en Barcelona. En el 2013 presentó Matter , una escultura digital inspirada en El pensador de Rodin, en el MNAC durante el festival Sónar. En el 2023, exhibió Storms en el Disseny Hub, una serie de vídeos con imágenes impresionistas generadas con IA. Su trabajo investiga la relación entre creatividad humana y tecnología, y utiliza algoritmos y procesos generativos para reinterpretar el arte clásico.
El mapping anual de la casa Batlló se enmarca en el programa artístico The heritage of tomorrow que tiene como objetivo llevar el legado de Gaudí al futuro invitando a creadores interdisciplinares a reinterpretarlo. Aunque otros artistas ya habían proyectado mappings sobre la obra de Gaudí, como Refik Anadol en el 2022 con su obra Living architecture o Sofía Crespo el año pasado con Structures of being , la geometría del edificio “es increíblemente compleja, lo que significa que siempre hay un elemento de incertidumbre”, expresó Quayola.
El artista desconocía cómo se vería el espectáculo hasta esta misma semana, cuando llegó a Barcelona para iniciar las pruebas. Las madrugadas de los últimos días sirvieron para realizar los ajustes finales y el ensayo general del viernes fue un primer experimento con público. Tras realizar las pruebas, todo estaba bajo control, excepto la meteorología, algo imposible de predecir. Aun así, nada logró desvanecer el arte lumínico de Quayola, que anoche desveló un nuevo rostro en la fachada de la casa Batlló: una piel que muta y se transforma con el paso del tiempo. Como un organismo vivo, se adapta y evoluciona, y, al igual que Barcelona, es una obra en constante transformación.