“No voy a ver Tardes de soledad. Por supuesto que no. No quiero que nadie me diga nada de esta película y si algún amigo va a verla, dejaré de hablarle y le pondré cara de enfurruñada mucho tiempo. Vamos, que notará mi enfado”.
Así de tajante se muestra la escritora y periodista Pilar Eyre ante el estreno del polémico filme de Albert Serra sobre el torero Andrés Roca Rey. “He hecho del antitaurinismo la causa de mi vida”, agrega, porque “los toros lloran, gimen, son seres sintientes, son animales como nosotros y en la plaza se oye su sufrimiento agónico. No entiendo el alma de las personas que disfrutan con eso”.

'Tardes de soledad' de Albert Serra
Eyre llegó al antitaurinismo con conocimiento de causa. “De niña iba a los toros. Mi abuelo era juez en Barcelona y cuando el gobernador civil se ausentaba, le dejaba como sustituto lo que le daba acceso al palco”. Además, el padre de la escritora, que era pintor, trabó amistad con la familia de rejoneadores Peralta a los que solía retratar.
Pero poco a poco, Eyre y sus hermanas fueron “tomando conciencia de la barbaridad que supone el toreo”. “Mi hermana Olga estaba un día en la plaza y quería saltar al ruedo para salvar al toro. Al final, se desmayó. En paralelo, mi madre se adscribió a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, como se llamaba entonces, y así arrancó nuestro activismo”.
“Tengo el gran orgullo de haber cerrado la primera plaza de toros en Catalunya, en Lloret de Mar, junto a otros activistas como Magda Oranich o Pere Portabella”, añade y asegura que las corridas le parecen “repugnantes” y le producen “una angustia, una cólera y una rabia que no me dejan dormir”.
Paco March: “La película no oculta nada, muestra la sangre y la agonía del toro en primer plano”
Sin embargo, Eyre ha tenido amistad con algunos toreros a los que recuerda arrepentidos tras cortarse la coleta y abandonar los ruedos. “Antonio Ordóñez me decía que se acordaba de la cara de todos los toros a los que había matado. Y Luis Miguel Dominguín, a quien entrevisté en varias ocasiones, aseguraba que no podía ver los toros ni por televisión. ‘No sé cómo he podido matar a tantos’, me decía. A Dominguín le encantaba que yo le hablara de mis sentimientos antitaurinos”, rememora Eyre.
Para la periodista, Tardes de soledad es la muestra de “una crueldad primitiva”. Para el crítico taurino Paco March, es “la mejor película sobre toreo que se ha rodado jamás”. Si Eyre llega a coincidir con March no le dirigirá la palabra ni por asomo porque el crítico ya ha visto el filme dos veces y eso que todavía no se ha estrenado.
Y es que March, además de ser amante del toreo, es amigo personal de Albert Serra. “Lo conocí hace 15 años en una boda en Sevilla. Serra tenía contacto con los toros, porque cuando era niño iba a las corridas de toros que se celebraban en la Costa Brava para los turistas [Quizá en la plaza de Lloret de Mar que cerró Eyre]. Luego recuperó el tema por su amistad con el apoderado de José Tomás y ahora ha rodado la mejor película sobre toreo de la historia”, sentencia March.
El crítico explica que la película “huye de todos los clichés habituales, no oculta nada, no esconde el elemento cruento, muestra la sangre y la agonía del toro en primer plano, porque nada tendría sentido si no se enseñase el desenlace”.
A su juicio, esa cruda realidad puede servir para que “personas que no sean aficionadas a los toros encuentren el porqué a la tauromaquia, pues desvelando toda su violencia visual, Serra consigue atrapar al espectador”.
Pilar Eyre: "Antonio Ordóñez me decía que recortaba la cara de todos los toros a los que había matado”
Para March, aficionarse al toreo implica trascender a lo visual, ir un poco más allá: “Cuando alguien va por primera vez a la plaza y se queda solo con la sangre, no llegará a ser taurino. Para eso es necesario realizar un proceso intelectual que lleve a entender que la tauromaquia es una manifestación cultural de primer orden de la que derivan muchas otras artes como la pintura”.
El crítico taurino concluye que la elección de Roca Rey como protagonista de Tardes de soledad es otro de los aciertos de Serra, porque “Roca Rey es la primera figura del toreo en estos momentos, es el que llena las plazas y el que puede exigir, no solo dinero, también ganaderías y compañía. Los empresarios se lo disputan. Roca Rey es hijo de una familia acomodada de Perú y ha apostado por jugarse la vida cada tarde”, concluye. Ha apostado por vivir sus tardes de soledad.