Albert Serra: “He regalado la Concha de Oro porque no me importan los premios”

Coloquio en el Cercle del Liceu

El director catalán conversa sobre cine, ópera y su última película, 'Tardes de soledad', premiada en el Festival de San Sebastián

Albert Serra, en el Cercle del Liceu antes de la charla

Albert Serra, en el Cercle del Liceu antes de la charla

Xavier Cervera

Albert Serra estaba invitado a dar una charla sobre cine y ópera  en el Cercle del Liceu a finales de noviembre pasado pero se le olvidó. “Fue fallo mío”, ha dicho ante los asistentes al almuerzo coloquio que se ha celebrado finalmente este martes en la institución que preside Francisco Gaudier. Al parecer Jordi Pujol le recordó en un acto en el Reina Sofía que se verían allí pero el realizador catalán viajaba en dos días a Budapest y tuvo que posponer el encuentro. “La convocatoria se ha incrementado ahora”, ha dicho con una amplia sonrisa Gaudier.

Ciertamente, había expectación por escuchar las reflexiones del reconocido cineasta de Banyoles, que en octubre cumplirá los cincuenta. Y, como suele pasar, no ha dejado a nadie indiferente. “Creo que la gente quiere vivir en un mundo que no puede vivir en la realidad”, ha dicho cuestionado sobre la necesidad del ser humano de fabular. “La vida se ha vuelto mucho más aburrida e infantil por culpa de las redes sociales”,  admite ante lo que cree una falta de ambición y de concentración de los estudiantes de cine. “Se ha perdido el deseo de ascensión social a través del arte”, opina. 

La vida se ha vuelto mucho más aburrida e infantil por culpa de las redes sociales

Confiesa que le gusta la música clásica, sobre todo las grabaciones históricas y que no tiene ningún tipo de interés en lo que piense el público o el director de turno, solo lo que pensaba el creador de la ópera en cuestión. “Me gustan las puestas en escena provocativas y me gusta vivir la experiencia en directo. De ópera entiendo lo justo pero sí de algunas”. Y cita, como ejemplo, su admiración por Così fan tutte, de Mozart, “la sé de memoria”, mientras reconoce que de La Traviatta, de Giuseppe Verdi, “conozco lo mínimo”. El Parsifal de Hans-Jürgen Syberberg lo tilda de ”obra maestra absoluta“. 

Para Serra, admirador de la Callas, “la ópera tiene que ser infantil, abstracta, por eso los libretos son casi para niños. Wagner tiene en su mayoría libretos estúpidos”, admite. Piensa que el gran tema está en saber a quién se dirige la ópera hoy en día, que algo pueda ser bueno y que guste. “Los grandes maestros se han ido y ahora el público es más superficial. La gente acude con sus hijos, que no se separan del móvil y son completamente idiotas”. Por eso, no tiene una visión positiva d elos nativos digitales: “Si en un futuro gobiernan con la misma superficialidad con la que analizan las cosas... ”.

Serra habla con el presidente del Cercle del Liceu, Francisco Gaudier

Serra habla con el presidente del Cercle del Liceu, Francisco Gaudier

Xavier Cervera

Considera que se ha perdido la originalidad y que mientras en el cine no hay tanta presión para gustar al público, “tanto en el teatro como en la ópera los has de convencer en cada función y es horrible”.  Y añade: ”Cada ópera es diferente y plantea un desafío diferente“. 

La conversación ha ido derivando hacia su último trabajo en la pantalla grande, Tardes de soledad, el controvertido documental taurino protagonizado por el diestro peruano Andrés Roca Rey que llegará a las salas el próximo 7 de marzo tras lograr la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y pasearse por certámenes como el de Nueva York o Tokio, “donde no ha habido controversia; lo ven como un tema antropológico". El realizador, cuya obra es especialmente reconocida en Francia y no tanto en su país, logró hacerse con el prestigioso galardón pero, tal y como admite a La Vanguardia, ”he regalado la Concha de Oro porque no me importan los premios“.

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Quería hacer un documental radical, “pensaba que la parte violenta tendría gracia, al menos estéticamente” y dice que el público verá ”una perspectiva sobre las imágenes inéditas con un grado de intimidad con el torero que nunca antes nadie había conseguido“. Declara que Rey tenía dudas al principio de cómo iba a ser la película y que no estaba satisfecho con el resultado. “Hizo sugerencias interesantes y otras que no tenían sentido”. Sí afirma que el torero fue “generoso” porque le dejó entrar con su cámara a la intimidad de su oficio pero que hubo cierta tensión entre ellos. ”En el tema del arte, él tenía la razón moral y yo la estética“. 

Durante su intervención, el director de títulos como La muerte de Luis XIVPacifiction, con la que concursó por la Palma de Oro en Cannes, ha manifestado que no conoce a nadie que vea series, ”son adictivas y están pensadas para consumir en la pequeña pantalla. No hay una experiencia física como con la ópera“. A Serra le gusta sentarse en la primera o segunda fila de un cine o un teatro para verlo todo bien ”y en el lado extremo porque no tienes ninguna posibilidad de seguir el argumento. Es una experiencia física“. 

Albert Serra, durante el almuerzo, ante la atenta mirada de Gaudier

Albert Serra, durante el almuerzo, ante la atenta mirada de Gaudier

Xavier Cervera

En cuanto a asumir la dirección de películas como la mencionada Pacifiction, rodada en Indonesia, asegura que ”no piensas en el resultado, acepto el riesgo porque sé que acabará bien. Yo soy una garantía". Al acabar el acto, ha declarado a este diario que en verano comenzará a rodar en Letonia su siguiente película, una producción francesa titulada Out of this world que explora la eterna rivalidad entre Rusia y Estados Unidos en el marco del conflicto entre Rusia y Ucrania. El tema promete. No se puede esperar menos del enfant terrible del cine español.

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