Joan Punyet Miró, nieto de Miró: “Los museos son hoy casposos, los controlan los intelectuales que mi abuelo aborrecía”

En la semana de Arco

El artista multidisciplinar exhibe sus propios mares de color en la muestra 'Monocromías' en Madrid

Joan Miró Punyet en su exposición 'Monocromías'

Joan Punyet Miró en la inauguración de la muestra 'Monocromías' en el espacio Garaje Lola de Madrid 

DYP

En el arte, practica la abstracción ecológica. En la música, no tiene una sino dos bandas de rock’n’roll. Escribe. Comisaría exposiciones. Y aún tiene tiempo para administrar el legado de su abuelo como consejero-delegado de la Successió Miró. Y para criticar duramente a los “casposos” museos de hoy, “controlados por los intelectuales que mi abuelo aborrecía”. Y eso que él está en el patronato de tres. Es Joan Punyet Miró (Palma, 1968) y para la semana grande del arte de Madrid presenta en un espacio cultural tan multidisciplinar como el Garaje Lola una pequeña muestra con sus últimas creaciones, grandes mares de color de dos metros por tres, rojos, azules, negros, con un empastado que da relieve y vida al oleaje. Es Monocromías , sólo estará esta semana, y Punyet la ha inaugurado como le gustaría a él que se mostrara el arte, “con un happening, creo que la gente quiere que haya fiesta”.

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Joan Miró Punyet en su exposición 'Monocromías' 

REDACCIÓN / Terceros

“Los museos –reflexiona– están perdiendo el contacto con la gente joven. Todo es tan repetitivo, todos los museos hacen lo mismo, las galerías de arte hacen lo mismo, se ha perdido el alma, se ha perdido el improvisar algo nuevo, algo con chispa, con energía, con música. Todo es tan casposo que me aleja de la museística”. ¿Las fundaciones de Miró también tienen que cambiar? “Sí, también, también. Todo es ya como funcionariado, estructurado, no se deja nada al azar, ni a la poética, ni a lo provocador, es todo tan casposo que da pena”. 

En ese sentido, asegura, frente a una museística “que ha alejado a la gente joven de los museos, porque son aburridos, no toques, no hables, cállate, aléjate del cuadro, la escultura no se toca, la gente joven quiere rock’n’roll y experiencias con la noche, la vida, la música en directo, la experiencia del artista en directo, que los cuadros estén allí y puedas tocarlos y luego tengas un buen vino, un buen jamón y la noche por delante para dar rienda suelta al desenfreno, y es lo que yo quiero conseguir, una experiencia vital en todos los aspectos”.

“Los centros de arte están controlados por los intelectuales que mi abuelo aborrecía, tienen que cambiar”

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Joan Miró Punyet en la inauguración musical de su exposición 'Monocromías' 

REDACCIÓN / Terceros

En la inauguración de Monocromías no faltó una banda que incluso tocó una canción compuesta por Punyet, Blue , blues y jazz, frente a sus grandes superficies de color. “Toda esta experiencia cromática, lo que enseño ahora viene de 1978, cuando con 10 añitos bajé con mi abuelo a ver el estudio. Él tenía 85 y todos esos colores de Mallorca, el rojo, el azul, el amarillo, el verde, el blanco, el negro, fueron un impacto dentro de mi corazón. Y ahora han madurado y han conseguido salir a la superficie con un discurso monocromo, porque no quiero ser un pintor de cuadros, quiero ser un creador de espacios que inviten a la reflexión”, asegura. 

Y concluye que “en momentos trágicos como los actuales, con lo que pasa en Ucrania y Gaza y una tercera guerra mundial que está a punto de empezar, me da mucho miedo lo que está pasando y creo que estos cuadros invitan a la reflexión, crean un diálogo en el vacío con la esencia del ser humano y lo que queremos dejar a nuestros hijos. Quiero que sean monocromías filosóficas en las que uno se pueda bañar con la textura para que te llegue al alma el azul y el rojo y te dé una especie de electroshock para ver si realmente estamos en el camino acertado o no”.

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