Barcelona tiene capacidad de fabricar personas talentosas para generar innovación, pero a menudo hay que importarlas porque no abundan. El profesor Andreu Mas-Colell sugería en La Vanguardia una mayor implicación de la filantropía privada en captar y retener este talento: “A veces el despliegue de este papel se puede concretar en la contratación en centros propios. En otros, en complementar la contratación pública, una forma modélica del principio tan aplaudido de la cooperación público-privada”.
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