Desde la época de los pueblos micénicos, los primeros habitantes de Grecia, el mar Egeo fue clave para la supervivencia en la zona. El comercio entre las más de 5.000 islas e islotes de esta región situada en la parte este del mar Mediterráneo, entre la península del Peloponeso y las costas de Turquía, era básico para su economía.
Higos, uvas, vino, pasas, miel, trigo, una variedad de vegetales y hierbas y, especialmente, el mármol enriquecieron a los comerciantes de la antigua Grecia antes incluso de la invasión dórica (1200 a.C.). Y los romanos tampoco dejaron pasar la oportunidad de explotar la zona tras su victoria en la batalla de Corinto (146 a.C.).
Contaminación por plomo
Tanto ajetreo productivo y comercial, sin embargo, tuvo su contrapartida. La contaminación por plomo en el mar Egeo habría comenzado hace unos 5.200 años, aproximadamente 1.200 años antes de lo que se creía hasta ahora, según detalla un artículo publicado en la revista Communications Earth & Environment.
La expansión del Imperio Romano a través de la región condujo, además, a un aumento significativo de la polución hace unos 2.150 años, dicen los investigadores tras analizar el contenido de plomo de los núcleos de sedimentos marinos del fondo marino y de la turbera de Tenaghi Philippon, ubicada en el noreste de Grecia.
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Nódulos de plomo oxidados y un cubo de alta pureza
El doctor Andreas Koutsodendris y sus colegas de la Universidad de Heidelberg combinaron los resultados obtenidos con los análisis de polen y esporas para encontrar las señales más antiguas de contaminación por plomo, un metal pesado, causada por el hombre.
Hasta ahora, los primeros indicios de este tipo de polución medioambiental conocidos se encontraron en núcleos de turberas de hace unos 4.000 años en la península de los Balcanes.
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Andreas Koutsodendris y Joerg Pross (i), analizando núcleos de sedimentos
Los expertos también sugieren que un cambio en el registro de la vegetación y un aumento en la señal de contaminación hace unos 2.150 años probablemente estén vinculados a la expansión del Imperio Romano en la Antigua Grecia. Este período estuvo marcado por una intensa deforestación y un aumento significativo en la minería de oro, plata y otros metales para su uso como moneda y otros artículos.
“Los cambios coinciden con la conquista de la Grecia helenística por los romanos, que se apropiaron de los recursos de la región”, explica el arqueólogo Joseph Maran. Los conquistadores romanos impulsaron así la minería, y para la extracción y fundición de minerales también se necesitaba madera.
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El barco Meteor, surcando las aguas del mar Egeo
“Dado que el plomo se libera durante la producción de plata, entre otras cosas, la evidencia de un aumento de las concentraciones de este metal pesado en el medio ambiente es, al mismo tiempo, un indicador importante de cambio socioeconómico”, afirma Koutsodendris en un comunicado.
Jörg Pross, coautor del estudio, subraya que los “datos combinados sobre la contaminación por plomo y el desarrollo de la vegetación muestran cuándo se produjo exactamente la transición de la sociedad agrícola a la sociedad monetaria y cómo afectó esto al medio ambiente”.