Bajo la mirada de La Gioconda, situada a su espalda, Emmanuel Macron ha anunciado este martes “un proyecto colosal” para restaurar el museo del Louvre y ampliarlo. La parte más importante de las obras, previstas hasta el año 2031, será la construcción de una nueva gran entrada que descongestione la que existe en la pirámide, la estructura levantada durante el mandato de François Mitterrand hace casi tres decenios.
El anuncio de la iniciativa, bautizada como “Louvre-Nuevo Renacimiento”, se ha producido solo dos semanas después de que se filtrara al diario Le Parisien una nota confidencial de la directora del museo, Laurence des Cars, a la ministra de Cultura, Rachida Dati, en la que se alertaba sobre el inquietante estado de mantenimiento, la humedad y goteras, las variaciones de temperatura en las salas, la inadecuación de los lavabos y otros problemas graves que pueden afectar el enorme patrimonio artístico que alberga el Louvre y su disfrute. Visto con distancia, muchos se preguntan si la noticia de Le Parisien no fue una maniobra del Elíseo para dar más realce a la intervención Macron, a quien la situación política actual ha restado mucho protagonismo. Es obvio que unos planes tan elaborados no se improvisan.
Según el presidente de la República, el impacto para el contribuyente será mínimo, algo obligado habida cuenta del dramático estado de las finanzas públicas francesas. Habrá un concurso público internacional para decidir el proyecto arquitectónico más adecuado. El dinero -entre 700 y 800 millones de euros- debe salir de los recursos propios del museo y de su filial bajo licencia en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), del mecenazgo -siguiendo el modelo de la reconstrucción de Notre Dame- y del precio de los billetes, que será aumentado para los visitantes de países no pertenecientes a la Unión Europea.
El nuevo gran acceso se situará en el extremo oriental del antiguo palacio real, entre un espacioso patio, la Cour Carré, la columnata de Perrault y la iglesia de Saint-Germain-l'Auxerrois. Esta entrada implicará nuevos pasajes subterráneos y liberar espacios para salas de exposición, con el objetivo de redistribuir las colecciones. La Gioconda tendrá un espacio adecuado al interés que suscita esta obra de Leonardo da Vinci.
Casi nueve millones de visitantes en el 2024
El Louvre recibió casi nueve millones de visitantes en el 2024. Es el más frecuentado del mundo. La célebre pirámide, inaugurada en 1988, fue concebida por Ieoh Ming Pei para cuatro millones de personas al año. El cambio climático también ha alterado las cosas. Con periodos caniculares muy intensos y prolongados en la capital francesa, el calor bajo la pirámide se hace casi insoportable y afecta la temperatura general del museo.
Macron habló con orgullo de este nuevo proyecto cultural parisino en un momento político internacional en el que "los discursos de fuerza” versan sobre otros temas, en velada alusión a Trump. Con cierta ironía, el presidente francés reconoció que esos discursos y acciones tienen “un poder hipnótico” sobre los comentaristas, pero Francia está obligada a seguir con su vocación. “Hablar de arte es un combate político”, subrayó.
El contexto político
La 'grandeur' de un presidente en declive
Emmanuel Macron está en niveles de popularidad mínimos y, desde que sus partidarios perdieron la mayoría en la Asamblea Nacional, el verano pasado, su influencia política en la vida nacional ha caído en picado y algunas de sus reformas más emblemáticas, como la de las pensiones, podrían revertirse. El país está muy endeudado y el desempleo sube. La reapertura de Notre Dame, en diciembre pasado, le permitió al presidente volver a brillar y construir un legado positivo. Con la restauración y ampliación del Louvre puede pasar lo mismo. Es una oportunidad de mostrar la grandeur francesa y su propia ambición. Se coloca a la altura de Mitterrand, que llevó adelante el proyecto del Gran Louvre. No debe olvidarse que Macron ya escogió el museo y su pirámide para escenificar, con gran pompa, su toma de posesión, el 7 de mayo del 2017, como el más joven presidente de la V República.