Fernando Rodríguez y Pablo Oriol (FRPO) ganaron el último premio FAD de Arquitectura por su central térmica DH Palencia, ex aequo con la casa 1736 de Harquitectes en Barcelona. DH Ecoenergía, cliente del primero de dichos proyectos, es una firma innovadora, que aspira a impulsar un cambio de paradigma energético, implantando redes subterráneas de calor, producido en sus centrales, previstas en numerosas ciudades españolas. Las fincas que se conecten a dichas redes podrán prescindir de sus calderas y contribuir así a la lucha contra la crisis medioambiental, al tiempo que recortan su factura de la calefacción. La central de Palencia está ya en marcha, la de Ávila tiene previsto entrar en servicio antes de fin de año y las obras de una tercera empezarán en Burgos dentro de dos meses.
Central térmica DH Ávila
Arquitectos: Fernando Rodríguez y Pablo Oriol (FRPO)
Ubicación: C/ río Esla, 54. Polígono Las Hervencias. Ávila
Los paseos por los polígonos industriales no suelen ser experiencias arquitectónicamente enriquecedoras. Más bien lo contrario. Abundan en ellos las naves con forma de gran caja, los contenedores sin personalidad, de actividad impredecible (si no fuera por los rótulos). Por ello, cuando recibieron el encargo de DH, Rodríguez y Oriol vieron la oportunidad de diseñar una línea de instalaciones de polígono con identidad propia, que dieran visibilidad a una empresa innovadora y refrescaran esta tipología arquitectónica. “Quisimos darle la vuelta a los edificios industriales”, subrayan los autores.
Su método ha sido muy sencillo, pero efectivo: diseñar edificios con zócalo de hormigón, estructuras metálicas ligeras y un cerramiento de policarbonato blanco, opaco pero también traslúcido, donde prima la geometría curva, sinuosa. Se trata de dar cobijo a calderas donde arde la biomasa, y de ordenar sistemas de tuberías por los que circula el agua calentada y se depuran los humos resultantes o se recogen las cenizas.
Este dédalo de instalaciones –o parte de él– desaparece a ojos del paseante, oculto tras la elegante piel de policarbonato.
La central de Palencia, con una segunda pieza vertical que envuelve altas chimeneas, es más vistosa que la de Ávila, puesto que en esta un sector de las instalaciones queda a la intemperie, en su zona posterior. Sin embargo, la central abulense luce también una resolución formal atractiva y acredita, como la palentina, que la arquitectura industrial también puede merecer la visita.