“Prohibido ganar Eurovisión”, la historia de un sueño roto

Festival In-Èdit

El grupo D’Nash revive en un documental su frustrante experiencia eurovisiva de Helsinki, hace 17 años

'Prohibido ganar Eurovisión' se ha estrenado esta semana en el Festival In-Èdit de Barcelona

'Prohibido ganar Eurovisión' se ha estrenado esta semana en el Festival In-Èdit de Barcelona

In-Èdit

Sábado 12 de mayo de 2007, Helsinki (Finlandia). El grupo D’Nash se sube al escenario del Hartwall Areena para representar a España en el Festival de la Canción de Eurovisión con el tema I Love You Mi Vida. La fuerza de su actuación contrasta con el resultado de las votaciones: 43 puntos y el puesto número 20 entre 24 participantes. Ahora, 17 años después, los componentes de la banda reviven aquella experiencia para contar su historia a través del documental Prohibido ganar Eurovisión que se estrenó el pasado 31 de octubre en el Festival Internacional de Cine Documental IN-EDIT de Barcelona.

“¿Y si contamos lo que pasó?” es la premisa con la que se presenta la cinta, dirigida por Marcos Cabotá (Palma de Mallorca, 1981), ganador, entre otros, de la Biznaga de Plata en el Festival de Cine de Málaga y nominado dos veces en los Premios Goya. En 2007, el director había terminado sus estudios de cine en Madrid y conoció a Esteban Piñero, Basty, uno de los integrantes de D’Nash. Cuando la boyband fue elegida para ir a Eurovisión, se ofreció a acompañarlos cámara en mano para registrar aquel hito en su carrera y, en caso de terminar en una buena posición, realizar un documental. 

Las grabaciones quedaron olvidadas en una caja hasta que hace dos años el cineasta las encontró y decidió revisarla

Las grabaciones quedaron olvidadas en una caja hasta que hace dos años el cineasta las encontró y decidió revisarlas. “Llamé a Basty y le dije ‘Me da la sensación de que aquí hay cierto autoboicot, ¿es posible?’, a lo que él me respondió ‘Claro que es posible, eso es lo que pasó’. Ahí entendí que había que hacer el documental, que había que contar la historia”, explica a La Vanguardia en una conversación a dúo con Javi Soleil (Sevilla, 1981), otro de los miembros de D’Nash.

“Tú estás confiando en el proceso y piensas ‘Cuando lleguemos allí será mejor, las cosas serán de otra manera. Pero todo fue empeorando y cuando te quieres dar cuenta, estás metido en una bola”, recuerda el cantante, quien destaca que “no era oro todo lo que relucía”. Según relata, “el trato a nivel de logística, de organización, de querer hacer las cosas bien [por parte de Televisión Española], dejaba mucho que desear” y “parecía que había una orden de arriba que decía ‘Esta gente, mejor que no gane’. Era un doble juego”.

Prohibido ganar Eurovisión mezcla una selección de las 16 horas de metraje original que Cabotá grabó en Helsinki con testimonios actuales de los miembros de D’Nash y de parte del equipo que trabajaba con ellos. Se intentó entrevistar a las personas que estaban en la delegación de Televisión Española en aquel entonces, “y el único que ha dado un paso al frente, y se lo tengo que agradecer, es Poty”. Javier Castillo, el nombre real del mediático coreógrafo, también estuvo vinculado a la actuación del grupo y, como remarca el director, “es el único que ha querido hablar y ha contado verdades. Con una frase, da a entender que toda la paranoia que podía tener la banda era verdad, que los chicos tenían razón y que allí no se estaba jugando para ganar”.

No te voy a mentir, dos días después del visionado tuve que ir a terapia”

Javi Soleil Miembro de D'Nash

Solo dos de los componentes de D’Nash vieron el documental antes del estreno, Miguel Hennet, Mikel, y Javi. Los otros dos, Antonio Martos, Ony, y Basty prefirieron esperar. Para Soleil, el impacto de la narración ha sido muy fuerte: “No te voy a mentir, dos días después del visionado tuve que ir a terapia”. Confiesa que “al verlo me di cuenta de que tengo un problema con mi actuación en Eurovisión y que algo tan bonito, que será recordado como historia de la música española, para mí tiene connotaciones negativas”. Su experiencia en Finlandia, por la cual se siente agradecido, tuvo puntos oscuros que llevaron al grupo a plantearse no actuar. “Hay un momento en que salgo bajando de una rampa y se ve mi desesperación, en plan ‘¿Qué coño acaba de pasar aquí?’”, revela sobre el contenido de la película. Sintieron frustración rabia ya que, como cuenta, no les permitieron “hacer ni el 5% de lo que podíamos haber hecho”.

Marcos Cabotá era muy consciente de que el material que tenía entre manos, y que no les ha mostrado hasta tener el documental terminado, iba a sacudirles por dentro: “Si yo estaba en casa viéndolo y gritaba, imagínate ellos que son los protagonistas. Tenemos un grupo de Whatsapp y les decía ‘Vais a flipar con lo que hay’. Es su historia. Si no se remueven con esto, no se van a remover con nada en la vida”.

Tras la premiere en el IN-EDIT, Prohibido ganar Eurovisión tendrá un recorrido por diversos festivales de cine y, en un futuro, podrá verse en plataformas. “Creo que la gente la va a disfrutar. Los fans de D’Nash, los eurofans, para quienes va a ser la confirmación de lo que ya sospechaban, y aquellos a los que les gusta la música, incluso si no conocen al grupo. La suya es una historia apasionante”, aventura el director. 

A veces la autocrítica es buena, reconocer errores nos hace mejores. Yo creo que TVE se equivocó hace 17 años sobre cómo trataron a los chicos"

Marcos CabotáCineasta

En cuanto a la otra parte implicada, RTVE, y teniendo en cuenta que las personas que formaron parte del proyecto ya no están en esos cargos, Cabotá tiene un mensaje claro: “A veces la autocrítica es buena, reconocer errores nos hace mejores. Yo creo que Televisión Española, y sobre todo la delegación, se equivocó hace 17 años sobre cómo trataron a los chicos. Y no pasa nada por reconocerlo, por pedir perdón. Sobre todo, porque fue algo que afectó a sus carreras”.

Para Soleil es, además de la oportunidad de explicar su versión de la historia, una forma de hacer justicia: “Era algo que necesitaba y no lo sabía. Recordar los chavales que fuimos, las ganas que teníamos y lo que luchamos. Fuimos a Eurovisión en pro de la música, de nuestros fans, familiares y amigos, y también de nuestro país. Me puedo reconciliar con esa actuación y sentirme orgulloso, pese a todo. Este documental es un regalazo”.

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