Cary Grant sube las escaleras. Le lleva un vaso de leche a su esposa, Joan Fontaine, que no se encuentra bien. Alfred Hitchcock ha puesto una bombilla dentro del vaso. Los ojos del espectador no pueden mirar otra cosa. La pregunta es inevitable: ¿estará envenenada la leche?
Sospecha (1941), una de las cumbres del cine de suspense, gira entorno a si el marido va o no a matar a su mujer. Mar Coll ha recuperado las claves del género en Salve María, un thriller que mantiene en vilo al público y que se sustenta en un tema todavía tabú: el de las madres arrepentidas de haber tenido hijos.
Laura Weissmahr se alzó con el premio a la mejor actriz en la Seminci por su interpretación
Cuando Coll leyó la novela de Katixa Agirre Las madres no (Tránsito) pensó que ahí había una película y se puso a escribir un guion junto a Valentina Viso. “Podíamos haber hecho una película discursiva o intelectual, pero decidimos plantearla como una cinta de suspense para que fuera más contundente y emocional”, explica la realizadora en una entrevista con La Vanguardia.
Salve María arranca con María, interpretada por Laura Weissmahr, de vuelta a casa tras dar a luz al pequeño Eric. Su marido sigue trabajando, aunque promete que pronto cogerá la baja, y María lo pasa mal, los lloros y los vómitos del bebé se le hacen insoportables, no duerme, tiene ojeras perpetuas y se ha olvidado de lo que es sonreír.
Un día ve una noticia en televisión que se convierte en una obsesión: una mujer francesa, que vivía en Matadepera, mató a sus gemelos. Los ahogó en la bañera. María empieza a escribir sobre ese crimen, a pensar solo en ese crimen, a buscar a la infanticida... y el espectador no puede evitar preguntarse: ¿Cómo va a acabar todo esto? ¿Qué será capaz de hacer María?
Coll maneja todas las herramientas del género para construir una película de suspense que deja al público pegado al asiento. Ayuda mucho la gran interpretación de Laura Weissmahr en el papel de la madre desesperada. Weissmahr se llevó el premio a la mejor actriz la semana pasada en la Seminci de Valladolid. Y Coll arrancó el aplauso del público y la crítica con esta cinta de la que, a buen seguro, se hablará mucho en la temporada de premios que se avecina.