De “quiridi Pibliti” a “querido y gran Maestro Pau Casals”

Novedad editorial

Anna Dalmau y Anna Mora antologan los miles de cartas, la mayoría inéditas, de toda una vida, que escribió y recibió el genial violoncelista

Horizontal

Pau Casals en Sant Salvador

LV

“Siñir Din Pibli Chisils. / Quiridi Pibliti: Miñini sin lis [diis] di istid y pir isti rizin li iscribi piri filicitarli in isti biniti lingui mii”. No se asusten, todavía. Así empezaba una carta del conde de Morphy, secretario de la reina regente María Cristina, a su joven protegido Pau Casals el 23 de junio de 1893.

Es la primera de las 401 cartas que Anna Dalmau y Anna Mora antologan en Querido Maestro. Correspondencia de Pau Casals 1893-1973) (Acantilado), que consigue trazar la biografía del célebre músico a partir de algunas de las miles que recibió y escribió. Dalmau recuerda que se ha escrito mucho sobre Casals, y ambas han publicado incluso varios libros centrados en el epistolario del músico, pero siempre de forma parcial –ambas musicólogas han publicado libros con correspondencia de Casals con Andreu Claret i Casadessús y con Joaquim Pena, y otro con cartas entre el músico y Josep Tarradellas, Antoni Rovira i Virgili, Ventura Gassol y Adrià Gual–, pero es la primera vez que se hace una selección que cubre toda su vida, puesto que hay misivas repartidas por todo el mundo.

El músico se carteó con muchos de los grandes compositores e intérpretes musicales del siglo XX

La nómina de corresponsales con que Casals se cruza correo es imponente, pues entre los 115 seleccionados cubre todos los espectros de su entorno, del más íntimo al más institucional, aunque a menudo los dos ámbitos se superponen. En catalán, castellano, francés, inglés o alemán. Por supuesto, se cuentan grandes nombres de la música catalana y española como Juli Garreta, Eduard Toldrà, Enric Morera, Enric Granados o Manuel de Falla, así como compositores de la talla de Arnold Schönberg, Béla Bartók o Gabriel Fauré y solistas como sus compañeros de trío Jacques Thibaud y Alfred Cortot, Isaac Stern, Yehudi Menuhin o Mstislav Rostropóvich –quien se le dirige: “Querido y gran Maestro Pau Casals” para felicitarle por su 95 cumpleaños–.

En otro ámbito están las cartas a sus parejas, que reflejan los distintos momentos de sus relaciones. Así, por ejemplo, leemos a Casals dirigirse como “Amada mía” a la mezzosoprano estadounidense Susan Metcalfe ya en 1904, aunque no será hasta diez años más tarde, con la relación con la violoncelista portuguesa Guilhermina Suggia entre medio, con la que no se casó aunque en algunas cartas se refieren a ella como “la señora Casals”. Francesca Vidal, por otra parte, fue su primera alumna en Barcelona, y se casó con uno de sus mejores amigos, Felip Capdevila, pero tras enviudar acompaña a Casals durante el resto de su vida, y no se casaron hasta que estaba gravemente enferma –Metcalfe se negaba a divorciarse, y fue un matrimonio solo por la iglesia, in articulo mortis–. Tras su fallecimiento, en 1955, Casals rompe momentáneamente su exilio para enterrarla en el panteón familiar en Sant Salvador, hecho que también se trata en varias cartas. Con su última esposa, Marta Casals Istomin, en cambio, no hay cartas recíprocas, sino que algunas las recibían y escribían a nombre de los dos.

Lee también

Se cartea también con políticos o prohombres catalanes como Josep Tarradellas, Lluís Companys, Ventura Gassol, Antoni Rovira i Virgili o Francesc Cambó, el doctor Josep Trueta o la escritora y violoncelista Aurora Bertrana.

Pero también hay cartas con el presidente John Fitzgerald Kennedy –quien en 1961 lo invitó a dar un concierto en la Casa Blanca– o con la reina Isabel de Bélgica, así como la carta que en 1950 dirigió al presidente estadounidense Harry S. Truman en protesta por el apoyo de su país a la España franquista o la que en 1962 el músico y el escritor Josep Carner mandaron a la ONU pidiendo el amparo de la cultura y la lengua catalanas.

Vertical

Una de las cartas que Pau Casals escribió desde su exilio de Prada de Conflent

Xavi Jurio / archivo

Como señalan Dalmau y Mora, el músico recibía miles de cartas e intentaba contestarlas todas, especialmente en los años que residió exiliado en Prada de Conflent. Muchas de estas respuestas se han perdido, pero el conjunto muestra de primera mano los conflictos por los que transcurrió el siglo XX, por supuesto la Guerra Civil y las consecuencias que lo llevaron al exilio, del que ya no regresó, pero también las dos guerras mundiales o la revolución rusa. Sin ir más lejos, el pianista Aleksander Siloti y su esposa Vera le cuentan cómo sufren el expolio bolchevique en 1920, o Joaquim Pena a finales de julio de 1936 le habla del caos que hay por doquier en Barcelona y cómo escapó ya varias veces de la muerte.

Son testimonios que relatan los intereses de Casals, por la música por supuesto, pero también su sufrimiento por defender Catalunya y luchar por la libertad y la paz a costa de su propio bienestar.

Versió en català, aquí

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...