El baldaquino de Bernini vuelve a brillar

Las preparaciones del Jubileo

El Vaticano muestra la primera restauración en 250 años del majestuoso monumento

General view of a detail of the baroque sculpted bronze canopy by Gian Lorenzo Bernini over the high altar of St. Peter's Basilica as it undergoes restoration at the Vatican, October 8, 2024. REUTERS/Guglielmo Mangiapane

Figuras restauradas en la cima del baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro, a 30 metros de altura, que ha recuperado su esplendor

Guglielmo Mangiapane / Reuters

Durante más de 200 años, el baldaquino erigido por Gian Lorenzo Bernini en el corazón de la Basílica de San Pedro ha escondido una lista de la compra de alguien que, en el siglo XIX, necesitaba tomates y cebollas. También había una nota de un ladrón que dejaba constancia de su crimen y de que había sido expulsado del templo más importante para los católicos. O un recorte de un periódico del 1800, una suela de zapato abandonada, oraciones o inscripciones de restauradores que querían dejar huella de que se habían asomado en este imponente templeto, levantado sobre el lugar exacto en el que la tradición sitúa el lugar de sepultura del apóstol San Pedro.

Estos son solo algunos de los secretos que se han conocido durante la restauración del baldaquino de Bernini, una histórica operación –es la primera vez que se hace en 250 años– como parte del embellecimiento de la Basílica, que el Vaticano está poniendo a punto para el Jubileo del 2025, un enorme evento católico que espera reunir a más de 32 millones de fieles en Roma en busca de la redención de sus pecados.

El Vaticano está poniendo a punto la Basílica para el Jubileo del 2025

El baldaquino mostrará su nuevo brillo el próximo 27 de octubre, explicó este martes el arcipreste de la Basílica de San Pedro, el cardenal Mauro Gambetti, por ser el mismo día que se termina el Sínodo de Obispos que estos días está abordando el futuro de la Iglesia, unas obras que pretenden simbolizar “la belleza de la Iglesia” y la “transparencia” que representa el proceso sinodal. En total, la restauración ha durado nueve meses y ha costado unos 700.000 euros, empleados sobre todo en retirar la profunda capa de suciedad que con el paso del tiempo ha ido oscureciendo el monumento, realizado con un bronce y cobre que simulan cuero.

Eso sí, antes tuvieron que realizar unos minuciosos análisis para comprobar el estado de salud del baldaquino. Los resultados son positivos: está perfectamente gracias a que el hormigón oculto dentro de las columnas –pesa 200 toneladas– aguanta sin ningún problema la estructura.

Horizontal

El baldaquino levantado por el genial Gian Lorenzo Bernini en el centro de la basílica vaticana, sobre la sepultura de San Pedro, ha recobrado su brillo gracias a su primera restauración en 250 años

Daniel Cáceres / EFE

“Vuelve a ser el centro de referencia de la Basílica”, celebró el arquitecto Alberto Capitanucci, responsable técnico de la Fábrica de San Pedro, mientras algunos reporteros bajaban con el casco puesto de los andamios que están comenzando a desmontarse: este martes fue también una rarísima ocasión en que la prensa pudo caminar sobre la cima del catafalco, a 30 metros de altura, y ver de primera mano los enormes ángeles, las hojas o las abejas, símbolo de la dinastía Barberini, que decoran sus columnas salomónicas.

El lustre del baldaquino es solo una de las operaciones con las que la Basílica de San Pedro se está preparando para el Jubileo. Además, han cambiado el cristal que protege la Piedad de Miguel Ángel y han limpiado en profundidad el Altar de la Cátedra, otro de los legados que Bernini dejó en el Vaticano. El monumento, que está coronado por una vidriera con una paloma que representa al Espíritu Santo, también se había oscurecido con el paso del tiempo, y no había sido pulido desde el año 1758. Ahora el oro que decora sus figuras reluce más que nunca, pero todavía falta que vuelvan a colocarse en su emplazamiento las llaves del cielo, que siguen tiradas por los andamios de metal.

Lee también

El jubileo levanta Roma

Anna Buj
La vista desde la plaza Pía, que está abierta al lado de San Pedro, y donde la semana pasada emergieron ruinas romanas

Además, el altar conserva en su interior un antiguo trono de madera con escenas de los doce trabajos de Hércules que se dice que perteneció a San Pedro, aunque en realidad fue un regalo del siglo IX de un rey franco. Normalmente está oculto, pero ahora, por el Jubileo, también vuelve a poder ser admirado en una de las salas de la basílica.

Horizontal

La restauración se estrenará el 27 de octubre

Domenico Stinellis / Ap-LaPresse
Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...