Salvador Dalí eligió el antiguo teatro de su ciudad, en ruinas por un incendio tras la Guerra Civil, para crear su última gran obra, el Teatro-Museo Dalí. Fueron cuatro años de construcción y ocho ideando un espacio que se ha convertido en el principal emblema de la ciudad de Figueres y por el que en 2023 pasaron más de 726.000 visitantes.
Una exposición sobre el proceso de construcción de la gran obra daliniana se puede ver desde hoy en el Teatro-Museu Dalí, que esta semana cumplirá 50 años de vida. Es lo que la directora de los Museos Dalí, Montse Aguer, califica como “testamento espiritual” y “manifiesto vital” del artista que ha acercado la ciudad de Figueres al mundo.
El proceso de creación del Teatro-Museo
Una de las muestras permite al espectador ver cómo Dalí se involucró en la ejecución de su museo, desde su ideación a su inauguración
La muestra permite al espectador observar, mediante fotos captadas por el fotógrafo, amigo y colaborador del pintor, Melitó Casals 'Meli', dibujos del artista ampurdanés y un documental cómo Salvador Dalí se involucró en la ejecución de su museo, desde que lo ideó y pensó -entre 1961 y 1968- hasta que abrió sus puertas al público, en septiembre de 1974.
Imágenes del artista pintando el techo de la sala Palau del Vent, retratado con los operarios que participaron en la ejecución del museo, colocando obras día ante de la inauguración o retratado bajo el camello ubicado en la sala Mae West son algunas de las instantáneas captadas por el fotógrafo.
'El nacimiento de las angustias líquidas', la última adquisición de la Fundación Dalí es un óleo sobre tela de 1932.
En total, se exponen una selección de 50 piezas, de las cuales 43 son reproducciones fotográficas y siete son dibujos y esbozos, adquiridos en el año 2023 procedentes e una colección particular.
Los dibujos añaden valor al recorrido de esta exposición ya que permiten al espectador observar el proceso desde que Dalí concebía una ida y la ejecutaba. Uno de esos ejemplos es la barca de Gala como colofón de la instalación Taxi lluvioso, en el patio del Museo.
La última adquisición
Un nuevo óleo de 1932 para la colección
La Fundación Dalí ha comprado El nacimiento de las angustias líquidas, un óleo sobre tela que data de 1932 en la casa de subastas Christie's. Una compra importante, teniendo en cuenta que la Fundación no adquiría una obra surrealista desde el año 2013, según indicó la directora de los Museos Dalí, Montse Aguer. La última fue Carreta Fantasma (1933). Aguer explica que la obra recién comprada, que podría terminar colocada en la sala de Les Peixateries o del Tresor, forma parte de una serie de paisajes oníricos que pintó el artista a principios de los años treinta del siglo pasado. Obras en las que la topografía basada en la geología de su tierra natal está presente. Una obra en la que el ciprés tiene un papel destacado.
La elección del teatro municipal para ubicar el gran templo daliniano no fue baladí. Las comisarias de esta exposición, Rosa Maria Maurell, jefa de Documentación de la Fundación Dalí, y Clàudia Galli, miembro del Centre d'Estudis Dalinians, dan tres razones de peso que explicarían esa elección.
Explican que fue en ese teatro, a la edad de 14 años, en 1918, cuando expuso por primera vez. También destacan la trascendencia de este espacio por hallarse frente a la iglesia de Sant Pere, donde fue bautizado Dalí, y finalmente por su faceta de “artista teatral”. “¿Y qué mejor lugar que un teatro para hacerlo?”, explica Clàudia Galli.
Los pintores predilectos de Dalí
Otra de las exposiciones está dedicada a los artistas preferidos de Dalí: Velázquez, Vermeer y Rafael
Ambas comisarias también están detrás de la exposición 'El aparato fotográfico blando: una visión daliniana', que permite al espectador descubrir una faceta poco conocida de Dalí, la del visitante de museos.
La muestra presenta 27 reproducciones fotográficas, algunas inéditas, nunca antes expuestas, como varias imágenes de Gala y Salvador Dalí visitando las salas de esculturas griegas del Museo del Louvre en 1965.
Es ahí donde descubre el cuadro La Encajera, de Johannes Vermeer, que Dalí interpretó pintando su versión en el mismo museo del Louvre en 1954. “Tenía un afán de conocimiento insaciable, visitaba y revisitaba museos, como el del Prado de forma compulsiva en su época de juventud”, explican las comisarias.
En el museo madrileño, donde cada vez que iba no se cansaba de contemplar Las Meninas, aparece fotografiado junto a obras de Velázquez, que fue junto a Vermeer y Raffaello los tres artistas preferidos de Dalí. “Son referentes de juventud y en ellos se refleja por la luz, la técnica y la forma de observar”, explican.
Acto popular
Figueres ha organizado para este sábado un gran acto popular en la plaza Gala-Salvador Dalí para celebrar el 50 aniversario del museo
Precisamente estos tres referentes centran la tercera y última exposición que acoge estos días el Teatro-Museo Dalí, coincidiendo con el 50 aniversario de su nacimiento. Comisariada por Carme Ruiz, subdirectora de Col·leccions i Exposicions, junto con Lucia Moni, coordinadora del Centre d'Estudis Dalinians, incluye 14 piezas de la Fundación.
'Mis pintores predilectos: Velázquez, Vermeer, Rafael', presenta a los tres artistas más relevantes para Dalí, a quien el genio da las mejoras notas en la tabla comparativa del tratado 50 secretos mágicos para pintar.
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La exposición se divide en tres ámbitos, cada uno de los cuales parte de un autorretrato del mismo Dalí, en una obra que representa, en sentido metafórico, una alegoría de la historia de la pintura. De Velázquez, Dalí hace su interpretación daliniana de Las Meninas. De Vermeer, se fija en La Encajera y La Fornarina de Raffaello le sirve de espejo para crear Galarina, un retrato de Gala con un pecho descubierto.