Este mes se han cumplido los 30 años de la muerte de uno de los pianistas más infravalorados del rock, Nicky Hopkins (1944-1994). Además de aportar su tecleo a Revolution , de los Beatles, y de tocar con los Who o con los Kinks, Hopkins insufló vida a muchos de los grandes clásicos de los Rolling Stones. Temazos como Loving cup o el mismísimo Sympathy for the devil adeudan mucho a este músico que vivió uno de los momentos más brillantes de la banda: la grabación en la Costa Azul del mítico Exile on main street .
Mostrar comentarios