Casa al Pradet, madera afinada (★★★)

Crítica de arquitectura

Clara Crous es la ganadora del último premio de la Demarcación de Girona del COAC, ex aequo con Harquitectes, autores de Casa 1627, en Pals

Casa al Pradet, de Clara Crous

Casa al Pradet, de Clara Crous

Montse Capdevila

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Clara Crous, joven arquitecta titulada por la UdG en el 2015, es la ganadora del último premio de la Demarcación de Girona del COAC, ex aequo con Harquitectes, autores de Casa 1627, en Pals. Si esta obra se basa en la recuperación de una vieja masía, la de Crous (que hasta ahora se había centrado, precisamente, en la rehabilitación) es su primer edificio de nueva planta. Y no es un primer edificio más, sino uno que aporta novedades en el ámbito de la construcción en madera; también en el de la autoconstrucción, puesto que la intervención de los autores y propietarios ha sido clave.

Las obras recientes más destacables en el terreno de la construcción con madera, firmadas por autores como Peris/Toral o Bosch/Capdeferro, entre otros, han buscado las alturas máximas que ahora se alcanzan con este material, y han debido pagar peaje por ello: unas estructuras que en buena medida condicionan la distribución de la planta. Al operar en una vivienda unifamiliar de un único nivel, Crous ha podido organizar los espacios con mayor libertad, y se ha beneficiado, además, de los conocimientos de su compañero Carles Torrecabota, ingeniero especializado en control numérico y en la producción de componentes constructivos a medida.

Esta casa, situada en un extremo de la trama urbana, es un volumen descompuesto en varios cuerpos articulados, elevados todos ellos más de un metro para evitar inundaciones, y dispuestos atendiendo a distintas razones, como por ejemplo proteger la entrada de la tramontana. El aspecto exterior puede evocar formas de Álvaro Siza, pero según la autora se inspira más en las masías que van agregando cuerpos, y, en todo caso, responde a la organización del interior.

La planta orbita alrededor de un comedor central de doble altura, con grandes cristaleras orientadas a este, que se reproducen en una linterna situada sobre dicha estancia, también con extensas aberturas a este y a oeste, que garantizan una generosa insolación por la mañana y por la tarde, y colaboran con una climatización basada en la geotermia. Este espacio central está rodeado por zonas comunes interiores (cocina, salón) y exteriores (jardín, piscina) y conecta con la zona privada de dormitorios y baños.

El trabajo con la madera se concreta en un entramado estructural ligero, en un cerramiento perimetral revestido de corcho y mortero de cal, que homogeneizan la nueva construcción con el entorno y, en gran medida, en el trabajo en los interiores. En ellos, la madera es omnipresente y se beneficia de los conocimientos de sus autores, que han personalizado su vivienda con fresados diversos, cuidando siempre el detalle, sin apartarse del camino de la sobriedad y la luminosidad.

La Casa al Pradet es muy agradable y ha resultado ser un buen anuncio de las habilidades de Crous. Tras visitarla, tres clientes le han encargado ya otras tantas viviendas similares.

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