Barcelona adora a Bruce Springsteen, la Fórmula 1 del rock

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Bruce Springsteen volvía a coger ayer las riendas de su carruaje del rock en el Estadi Olímpic sin que apenas hubiera habido tiempo de añorarle desde su último desembarco barcelonés, acompañado de los Obama y los Spielberg. Los fans conservaban fresca en la memoria la insólita imagen del séquito paseando por la ciudad, en abril del año pasado, o la de Michelle Obama apuntándose a hacer coros junto a Kate Capshaw, esposa del director de E.T. , cuando el primer día sonó Glory Days. The Boss parecía tan feliz...

“Hola Barcelona, com estau?, com estau?, com estau?, one, two, three, four...”. Poco más de un año después, ahí estaba ayer de nuevo The Boss dejándose acariciar por la luz del atardecer olímpico. Vestido de señor, chaleco negro, corbata y camisa blanca con manguitos a lo far west , Bruce asumía su propio otoño con elegancia, dejando asomar los problemas vocales que días atrás le obligaron a posponer Marsella, Praga y Milán. Por suerte, para Madrid, donde hacía 8 años que no recalaba, y para Barcelona –también mañana– parecía recuperado.

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Bruce Springsteen entre Nils Lofgren y Steven Van Zandt, en un duelo de guitarras durante su actuación en el Estadi Olímpic

Marti Gelabert / Propias

“Hay alguien vivo en Barcelona”, se desgañitaba. Le respondían las 58.000 almas que en noviembre agotaron el aforo en media hora. Arropado por una poblada E. Street Band (nombre cuya razón hay que buscar en su Jersey natal), Bruce lo daba todo, todo lo que le queda, apoyándose también en la guitarra. A su lado había un despliegue sónico, un ejército de vientos y hermosos coros que compensaban sus desafinados y fascinaban a esos chavales que, animados por sus padres, acudieron a la cita con el Boss crepuscular. “Me hace gracia ver cómo es eso del rock”, decía una joven de 19 años. “¡Barcelona!”: y la ciudad le responde, le celebra, le corea en su recuperación vocal.

Concierto estadi olímpic Lluís Companys Barcelona junio 2024. Bruce Springsteen luce una camiseta lanzada por un espectador que reza

Bruce Springsteen luce una camiseta lanzada por un espectador que reza “Us estimem”

Martí Abad

Esta World Tour 2024 contaba con guiños y cariños hacia su público, que es quien le inspira, y al que dedicaría himnos míticos – Born to run o Dancing in the dark – pero también temas que no llevaba de gira, como My Love Will Not Let You Down, en la que transmite aquella ilusión finisecular; como Cover Me del famoso Born in the U.S.A. de 1984, en el que lució un impactante/honesto solo de guitarra, y como Radio Nowhere , que no hacía en gira desde el 2017. Canciones que se escucharon tras arrancar con la memorable Lonesome Day , que habla con un halo de esperanza –cómo no– de la soledad con la que el ser humano se enfrenta a los obstáculos de la vida: “ This old world is rough, it’s just getting rougher / Cover me, come on baby, cover me”.

Puede que a Springsteen esta vez le cueste más levantar las cejas, pero no hace concesiones en cuanto a revivals. Como si de morir matando se tratara, deja fuera iconos poperos como Brillian Disguise –qué pena– para centrase en su cancionero rábido. La fuerza le sale por los poros en Ghosts , tema del álbum pandémico Letter to You que a muchos les ayudó a superar el covid. Incluso en baladas como Darkness on the Edge of Town , que tampoco venía haciendo y que acabó en alarido desgarrado, no importa en qué tono. The Boss es más que la voz, es memoria viva de la razón de existir.

'Us estimem”, dijo leyendo la camiseta que unos fans le mostraban. Su catalán no deja de mejorar

“Us estimem”, dijo leyendo la camiseta que unos fans en primera fila le mostraban –su catalán no deja de mejorar– antes de entregarse a The Power of Prayer y de sacar la armónica en The Promise Land. Poco después contaría, enseñando orgulloso un envase de buen jamón, que había cambiado su instrumento por el preciado manjar...

El Estadi enloqueció cuando con la acústica emprendió Waitin’ on a Sunny Day . La noche seguía siendo joven. Y a aquellos agudos a los que The Boss parecía no llegar –su médico debe de estar tirándose de los pelos–, arribaba ese público barcelonés al que alentaba manejándose en su idioma: “Fa una nit preciosa”. Cálido en Home Town , no se amilanó a la hora de entonar el final a capela de The River .

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 Pero la gente es incondicional. Y lo fue aún más cuando versionó Nightsift de Commodores swingueando las caderas y dando cancha –por suerte– a sus extraordinarios coristas afroamericanos. Contó, con subtítulos en catalán, cómo con 15 años se unió a The Castiles, la banda de la que, tras fallecer George Theiss, es el único que queda vivo. “El luto es el precio que pagamos por haberles sobrevivido”, dijo antes de afinar milagrosamente Last Man Standing.

Bruce entró en barrena. Montado en la ola de su rock, su voz mejoraría el resto del concierto de tres horas de duración, con The Rising y Thunder Road, con la que acabaría, antes de sumergirse en los bises que coronaban una celebración de la banda sonora de América: Born in the U.S.A., Born to Run, Bobby Jean, Dancing in the Dark , Tenth Avenue Freeze-Out... y, como un as bajo la manga, sacó Twist and Shout , pero en modo The Top Notes, y la hizo durar como una fiesta gitana, quitándose el chaleco y arrancándose a bailar el twist. Y cerró con más fiesta, la del clásico Rokin' all Over the World. Para salir luego en solitario, guitarra, armónica y lamento... para I’ll See You in My Dreams , a la memoria de Michael Gudinski, el que fuera el promotor en Australia de los conciertos del artista. “ I remember you, my friend... because is not the end”.

No es el final, no, para este joven de 74 años.

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Marti Gelabert
FOTO MARTI GELABERT 20/06/2024 CONCIERTO DE BRUCE SPRINGSTEEN AND THE E BAND EN EL ESTADI OLIMPIC DE MONTJUIC

 

Martí Gelabert
FOTO MARTI GELABERT 20/06/2024 CONCIERTO DE BRUCE SPRINGSTEEN AND THE E BAND EN EL ESTADI OLIMPIC DE MONTJUIC

 

Martí Gelabert
FOTO MARTI GELABERT 20/06/2024 CONCIERTO DE BRUCE SPRINGSTEEN AND THE E BAND EN EL ESTADI OLIMPIC DE MONTJUIC

 

Martí Gelabert
FOTO MARTI GELABERT 20/06/2024 CONCIERTO DE BRUCE SPRINGSTEEN AND THE E BAND EN EL ESTADI OLIMPIC DE MONTJUIC

 

Martí Gelabert
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