Pasar un fin de semana romántico en una casa de veraneo en un fiordo remoto. ¿Qué puede salir mal? Todo, si el que escribe este relato es Ragnar Jónasson (Reykjavik, 1976), uno de los reyes de la novela nórdica. Acaba de llegar a las librerías hace unas pocas semanas la traducción en castellano y catalán de La isla. Una muerte anunciada (Seix Barral / Columa), la segunda parte la serie protagonizada por la agente Hulda, aplaudida tanto por lectores como crítica, y ambientada en Islandia, en la isla deshabitada de Ellidaey.
“Es un lugar que conozco a la perfección porque pertenece a un amigo mío, aunque está deshabitada. Solo hay una pequeña cabaña, que parece encantada porque no vive nadie. Ni siquiera se acercan hasta allí los turistas, porque no es fácil. Tienes que conocer a alguien que te lleve hasta allí en su barco, y tampoco hay puerto, por lo que tienes que saltar a tierra, y tiene su peligrosidad si no le tienes cogido el truco. Daba mucho de sí para una historia”, explica el autor a La Vanguardia durante su visita a Barcelona.
En Ellidaey ni siquiera se acercan los turistas. Tienes que conocer a alguien que te lleve en barco y, como tampoco hay puerto, tienes que saltar a tierra”
En este lugar tan solitario, Jónasson recrea un asesinato. Diez años más tarde, un pequeño grupo de amigos que había perdido el contacto, decide reencontrarse allí, en homenaje a la fallecida, muy cercana a todos ellos. “Hasta hace no tanto, no era común ambientar novelas de crímenes en Islandia, ya que hay una criminalidad muy baja y muchos escritores creían que no sonaría muy creíble ambientar algo así aquí. Pero, ¿por qué no? El mal está en todos lados. También en la tranquila Islandia, que no es tan perfecta como se cree”, reflexiona el autor.
Lo demuestra con los casos que atiende la intrépida Hulda, que vuelve a ser protagonista, aunque “es más joven que en La dama, el primer libro, que tenía 64 años. Y, de hecho, en cada libro que salga, tendrá menos años porque viajaremos al pasado. Quería hacer algo diferente. Contar la historia al revés. Y en este nos remontamos a 1997“, adelanta.
Al leer la historia de forma inversa, ”sabemos muchas de las cosas que van a pasarle, porque hemos visto una Hulda más mayor con anterioridad, pero eso no quita que haya muchos más misterios que se puedan ir resolviendo y ofreciendo una visión mucho más compleja del personaje”, especifica el islandés sobre esta tetralogía, que “iba a ser trilogía, pero la actriz sueca Lena Olin, que da vida a esta inspectora en la adaptación a la pantalla, me inspiró en empezar un cuarto libro, que espero terminar pronto”.
La climatología le ayuda a hallar ese lado oscuro que tan bien se adapta a sus tramas. “Los inviernos aquí son difíciles, pero me animan a escribir, porque estoy más encerrado en casa por culpa de las tormentas y la nieve. En verano, en cambio, no abro el ordenador si no es necesario, porque es cuando el tiempo y las temperaturas mejoran y hay más luz. Y así, no surgen los malos en mi cabeza”.
Seguramente, sin Agatha Christie no estaría donde estoy hoy”
Jónasson lleva años leyendo libros protagonizados por villanos y apreciando todas sus facetas, también las más humanas. “¿Cómo impactan los crímenes en la gente normal? ¿Puede alguien como yo matar?”, se preguntaba antes de dejar la abogacía para convertirse en el escritor de éxito que es hoy en día. Los libros de Agatha Christie siempre fueron su inspiración. “De ella aprendí la importancia de sorprender al lector y de elegir bien las ubicaciones, ya que acostumbran a cobrar un especial protagonismo”. Se considera tan fan de la escritora, que con 17 años se convirtió en su traductor oficial al islandés durante muchos años.
“Escribía a menudo a la editorial para ver cuándo iban a sacar un nuevo título de Christie. Un día, me presenté en persona y dije que podía hacerlo yo. Era un planteamiento ambicioso, pero realmente quería leer nuevas historias. Mi sorpresa fue que aceptaron, y entonces me puse a traducir. No lo había hecho nunca, así que busqué un relato corto, Noche corta, para poder llegar al plazo de entrega. Quedaron contentos y entonces llegaron muchas más. Fue un verdadero honor. Seguramente, sin ella, no estaría donde estoy hoy”, concluye.