¿Dónde está mi libro? La ruta literaria que no te puedes perder este Sant Jordi

Un recorrido con sabor a novela

Un grupo de escritores repasa algunos de los puntos más novelescos de Barcelona mientras deja un ejemplar firmado de sus últimas obras, a la espera de ser descubiertas

Los mejores libros para el día de Sant Jordi

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Foto Paula Sama. 17/04/2024. Foto Hotel Continental a La Rambla con motivo de Sant Jordi.

Paula Sama / Propias

Cualquier momento es bueno para sumergirse en una ruta literaria, pero el ambiente festivo previo a Sant Jordi invita todavía más a ello. Algunos escritores contemporáneos invitan a descubrir muchos de esos puntos novelescos de Barcelona que tanto se han popularizado contando algunas curiosidades y escondiendo un ejemplar firmado de sus últimas obras para el lector intrépido que primero se tope con ellas.

Clara Queraltó es una de ellas. La ganadora del premio Llibres Anagrama de Novel·la por su libro Com un batec en un micròfon reconoce que “sin Mercè Rodoreda no escribiría”. Lo primero que leyó de la autora, con dieciséis años, fue La plaça del Diamant, que relata la vida durante la Segunda República, la Guerra civil y la posguerra de la mano de Natalia, ‘la Colometa’. “Entender la importancia de cómo hacer hablar y pensar a un personaje, fue revelador”. En homenaje a esta ficción, el escultor Xavier Medina-Campeny ubicó en esta misma plaza de Gràcia una estatua que homenajea a dicha protagonista.

Escultura de la Colometa en la Plaça del Diamant.

Escultura de la Colometa en la Plaça del Diamant.

Lourdes Fernández

Los años duros que plasma Rodoreda se vuelven tangibles en las paredes agujereadas por metralla de la iglesia de Sant Felip Neri. Por paradójico que suene, hoy reina allí la paz, ya que son pocos los que se salen del circuito turístico del barrio gótico. Puede que, mientras escribía La sombra del viento, Carlos Ruiz Zafón hallara esa misma calma que le animó a llevar hasta allí al joven Daniel Sempere. Es un lugar que tampoco deja indiferente a Maria Nicolau, que deja un ejemplar de Cremo! en un rincón. A la escritora y cocinera reconoce hacerle “especial ilusión” que su último libro, que “no es de cocina, sino de aventuras”, pueda ser descubierto por alguien en medio de una ruta literaria. “Y más, en un lugar tan literariamente estimulante”.

A escasos diez minutos a pie, se encuentra el hotel Continental, en el que George Orwell y su esposa se hospedaron durante la Guerra Civil, y el lugar en el que la reciente premio Planeta, Sonsoles Ónega, deja un volumen de Las hijas de la criada. Situado en pleno corazón de la ciudad condal, este hotel caló tan hondo en el escritor, que llega incluso a mencionarlo en Homenaje a Cataluña. Todavía son muchos los viajeros que se acercan hasta allí para conocer más sobre este famoso huésped, que “fue un espectador de excepción de la Barcelona de la guerra”, apunta la presentadora, que espera “poder llegar a todo este Sant Jordi, al que llego con unas ganas bárbaras”.

Turistas en un balcón del hotel Continental, en Barcelona

Turistas en un balcón del hotel Continental, en Barcelona

Àlex García

El trayecto continúa por la plaza Manuel Vázquez Montalbán, situada entre la calle de San Rafael y la Rambla del Raval. Resulta imposible hablar de Barcelona sin mencionar al creador del detective Pepe Carvalho, que se crió en el Raval y que vivió muy cerca de este punto, en la calle Botella, 11, donde luce una placa conmemorativa. Es probable que el escritor se riera si se topara volviendo a su antigua casa con un libro que ha dejado por allí Eduardo Mendoza, cuya dedicatoria es simple a la par que directa: “tonto el que lo lea”. Mendoza ha explicado en más de una ocasión que a cualquier rincón del mundo donde fuera invitado, siempre tenía que responder a la pregunta “¿Qué hace ahora el señor Vázquez Montalbán?”. Y que, por eso, a menudo le reprochó: “Manolo, te han puesto en el mundo para humillarme”. Y Manolo contestó: “Sí, pero tú eres más alto”.

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Inauguración de la plaza Manuel Vázquez Montalbán 

Ana Jiménez

En el distrito de Ciutat Vella está también el bar Marsella, donde se dejaban caer artistas como Dalí, Picasso o Gaudí y escritores como Hemingway. Si bien el lugar merece una visita, es otro el establecimiento en el que Rodrigo Fresán se ha pasado esta semana para dejar El estilo de los elementos (Random House): el bar Belvedere, en el pasaje Mercader número 3. “Es mi bar habitual y siempre nos hemos juntado muchos escritores y gente del mundo editorial, como Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Ignacio Echevarría, Jorge Herralde o Lali Gubern”, confiesa el escritor argentino. El bar-man, Ginés, que bautizó un cóctel con el nombre de una de sus novelas, Mantra, añade también las frecuentes visitas de Eduardo Mendoza.

En una calle cercana, en el número 41 de Bailén, vivió Montserrat Roig, una autora especialmente reivindicada en estos últimos tiempos y redescubierta por los más jóvenes. No solo se aprecian de ella obras como El temps de les cireres (1976) o La hora violeta (1980), sino que, también, su compromiso con el feminismo. Tiene por ello todo el sentido que por allí repose Ansia (Planeta), el último libro de la cómica y guionista Henar Álvarez, otra firme defensora de los derechos de la mujer que está esperando vivir este 23 de abril por todo lo alto, ya que “nunca he estado en Barcelona por Sant Jordi y tengo ganas de vivir esa pasión que la gente siente por la lectura”.

MONTSERRAT ROIG, ESCRITORA. MONTSERRAT ROIG #@#MONTSERRAT ROIG

La escritora Montserrat Roig 

GUILLERMINA PUIG / Colaboradores

Otro punto a tener en cuenta es el pasaje Pere Calders, hasta el que se ha acercado Ramón Gener, divulgador musical y premio Ramon Llull por Historia de un piano. Calders está considerado como uno de los más grandes escritores en lengua catalana del siglo XX. Sus cuentos, con un pie en la cotidianidad y otro que navega hacia lo inesperado, han despertado la imaginación de escritores y, también de músicos, que han encontrado inspiración en sus historias para componer sus canciones, como en su momento hizo Judit Neddermann.

Ramón Gener, dejando su último libro en el pasaje Pere Calders

Ramón Gener, dejando su último libro en el pasaje Pere Calders

Miquel Gonzalez/Shooting

Algunos poemas de Salvador Espriu también fueron musicados. Muchos barceloneses no saben que los conocidos como Jardinets de Gràcia se llaman, en realidad, Jardines de Salvador Espriu y que fueron realizados en 1929 por el arquitecto y diseñador de jardines Nicolau Maria Rubió en homenaje al poeta y dramaturgo catalán, premio de Honor de las Letras Catalanas en 1972. A pocos metros está el Palau Robert, donde acostumbra a pasearse Fernando Aramburu, que acaba de publicar El niño (Tusquets), cuando visita Barcelona. “Es una buena idea dejar un libro mío por allí, porque seguro que lo recoge alguien que aprecia la naturaleza y el canto de los pájaros tanto como yo”.

Otro punto verde “idóneo para un bookcrossing”, según Blue Jeans, considerado un experto en el tema tras llevar a cabo varias de estas acciones, es el Turó Park o parque de Eduard Marquina, poeta, novelista y dramaturgo español, en el que son varias las referencias literarias, como la escultura La ben plantada, en la zona principal de hierba, que rinde homenaje al escritor Eugeni d’Ors. 

La escultura de La Bien Plantada en el Turó Park.

La escultura de La Ben Plantada ,en el Turó Park.

Jesús Fraiz Ordóñez / http://labarcelonadeantes.com/

Y en Sarrià-Sant Gervasi no olvidar que también vivieron Gabriel García Márquez, en el 6 de la calle Caponata, donde la falta de unanimidad vecinal deja sin distinción la casa del colombiano; y a tan solo unos metros, en el 50 de la calle Osi, coincidió en el tiempo Mario Vargas Llosa, ambos bajo los auspicios de su agente literaria Carmen Balcells, Qué mejor lugar que la confluencia de ambas calles para que Clara Obligado, otra autora latinoamericana, esconda un ejemplar dedicado de su último libro, Tres maneras de decir adiós (Páginas de Espuma). Un título que ayuda a poner fin a este recorrido.

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