Nada nuevo bajo el sol en el último disco de Shakira
Crítica
El nuevo álbum de la colombiana es una obra que no levanta sorpresa ni novedades
La multinacional Sony respalda el nuevo lanzamiento discográfico en formato largo de Shakira, y el primer calificativo que emplea para anunciarlo es el de “increíble”. Y sin duda lo es, y al que habría que añadir el de oportunísimo: no recordamos muchos casos de los réditos comerciales y musicales de una artista gracias a la visibilización de sus zozobras y reflexiones vital-sentimentales. Desde este sentido Las mujeres ya no lloran es un paso más en esta habilísima operación en donde se dan la mano la universalización de la vida privada, el empoderamiento femenino, la música y, faltaría más, el rédito crematístico.
Aunque oficialmente Las mujeres… consta como su primer álbum de estudio en siete años, la realidad es que tiene mucho de compendio ya que de los 16 temas incluidos la mitad de ellos ya han sido publicados y por supuesto devorados, como sus colaboraciones con Bizarrap, Karol G, Ozuna, Rauw Alejandro, Manuel Turizo o junto a sus hijos Milan y Sasha (Acróstico). Por cierto, el resultado óptimo de la fórmula colaborativa la ha vuelto a poner en práctica hoy mismo con el single Puntería junto a Cardi B, y que precisamente es el corte que abre el flamante álbum, y que no desentona con atmósfera temática del asunto: a lomos de un pop más bien pausado, Shakira repitiendo por enésima vez que “aquí estoy” (por ejemplo: “tus bíceps me ponen a cien/a ti nunca te dirijo, siempre llegas fijo/hasta mi punto G, jaja”) y la estadounidense rapeando en inglés y castellano.
Es un paso más en esta habilísima operación en donde se dan la mano la universalización de la vida privada, el empoderamiento femenino, la música y, faltaría más, el rédito crematístico
Las canciones de la diva colombiana prácticamente han sido una constante más o menos intermitente desde su ruptura, oficializada en 2022, de Gerard Piqué. Por eso el contenido de sus canciones, y en este caso de su nuevo álbum, no pilla por sorpresa, y ni falta que le hace ya que ¿por qué iban a cambiar un propuesta sonora que funciona de maravilla? Esa combinación de pop, reguetón, rap y baladas entre el caramelo y el picantón es una fórmula infalible a la hora de agitar cuerpos y tararear melodías. Sin duda, una de las virtudes de la artista latina es haber creado un estilo sonoro rítmico inconfundible, y desde hace un par de años con el añadido de unas letras que despiertan la curiosidad y el morbo planetario, amén de una toma de posicionamiento como mujer y persona que supera (en sus palabras) dolor, ira, vulnerabilidad y frustración.
En fin, una obra que no levanta sorpresa ni novedades, y que confirma que Shakira se mueve bien a gusto en trabajos en complicidad, como demuestra en los temas inéditos La fuerte, con Bizarrap, Cohete, con Rauw Alejandro, (Entre paréntesis), con Grupo Frontera, así como el ya el mencionado con Cardi B. Y es que ella solo ante el micro solo se ofrece en cuatro canciones tituladas Tiempo sin verte, Cómo dónde y cuándo, Nassau y Última. Precisamente en ésta última vuelve al tema piqueniano, a voz y piano, una cuestión siempre infalible en cuanto a beneficios materiales: “(…) Pasa el tiempo y no puedo sacarte de mi mente/Seguramente con el tiempo me arrepienta/Y algún día quiera volver a tocar tu puerta/Pero ahora/Debo a aprender a estar sola”. Seguramente apasionante, pero realmente ¿a quien le importa la vida privada de ésta o de aquel?
Nada nuevo bajo el sol, y ya puestos pues preferimos a Shakira cuando se alía con colegas del asunto, y muestra cosas más variadas. Aunque haga una cosa a solas o en comandita, segura que no variará su condición de ser la artista latina más escuchada de todos los tiempos en Spotify. Y con Las mujeres ya no lloran todo apunta a que aún lo va a ser más.