Los museos franceses llevan tiempo repatriando restos humanos allí donde los reclaman, pero el papel central ejercido por Francia en la época colonial y como percusora del racismo científico hace que todavía haya muchos cadáveres pendientes. Para remediarlo, se acaba de aprobar una ley que permite que ciertos restos de personas muertas después del año 1.500 –se excluyen así las momias egipcias– sean eliminados de las colecciones y retornados a sus descendientes para su inhumación.
Mostrar comentarios