En busca de civilizaciones perdidas en el fondo de los mares del Norte

Arqueología

En enero se empezará a cartografiar el fondo marino en zonas que hace más de 20.000 años no estaban sumergidas y albergaron asentamientos prehistóricos

Un arqueólogos submarino analiza el fondo del mar del Norte

Un arqueólogos submarino analiza el fondo del mar del Norte

University of Bradford

“Hace veinte mil años, el nivel global del mar era 130 metros más bajo que el actual. Con el progresivo calentamiento global y el aumento del nivel del mar, desaparecieron paisajes únicos que albergaron sociedades humanas durante milenios”, recuerda el profesor Vincent Gaffney, de la Universidad de Bradford.

Ahora, Gaffney y su equipo del Centro de Investigación de Paisajes Sumergidos, apoyados por investigadores de la Universidad de Aarhus, se han propuesto buscar el rastro de esas civilizaciones perdidas. Evidencias que, en la mayoría de los casos, siguen sumergidas en el fondo del mar Báltico y el mar del Norte.

Grandes llanuras sumergidas

“No sabemos casi nada sobre la gente que vivía en estas grandes llanuras. A medida que Europa y el mundo se acercan al cero neto (cuando ya no se agreguen nuevas emisiones a la atmósfera), el desarrollo de las plataformas costeras es una prioridad estratégica. De ahí que utilicemos las últimas tecnologías para explorar estas tierras y apoyar el desarrollo sostenible", apunta Vincent Gaffney.

El ambicioso proyecto, que cuenta con una imponente subvención de más de 13,2 millones de euros de la UE, pretende cartografiar el fondo marino del Báltico y el mar del Norte a partir de enero de 2024 para obtener una comprensión más profunda de cómo vivían estos humanos antiguos antes de que la proliferación de parques eólicos convierta la zona en inaccesible para los investigadores.

El proyecto cartografiará el fondo marino a partir de enero de 2024

El proyecto cartografiará el fondo marino a partir de enero de 2024

University of Bradford

Utilizando también inteligencia artificial y simulación por computadora, el equipo de Gaffney pretende identificar áreas donde los asentamientos perdidos hace mucho tiempo aún pueden sobrevivir y pueden explorarse, “permitiendo el desarrollo ético del fondo marino”, dicen en un comunicado.

Durante las últimas dos décadas, los arqueólogos se han vuelto cada vez más conscientes de que existe una brecha importante en nuestra comprensión de la prehistoria mundial. Esa brecha son los 20 millones de kilómetros cuadrados de nuevo territorio en todo el mundo que estuvieron expuestos durante miles de años cuando el nivel del mar era más bajo que el actual.

Millones de km2 de nuevas tierras

Más de tres millones de kilómetros cuadrados de nuevas tierras quedaron expuestas alrededor de la actual costa de Europa, junto con llanuras, lagos, valles fluviales, costas e islas que proporcionaron terrenos muy atractivas para situar asentamientos prehistóricos.

Estos paisajes, ahora perdidos en el mar debido al cambio climático global, permanecen casi completamente inexplorados. “Hoy en día, estos paisajes están amenazados a medida que el mundo desarrolla las plataformas costeras para alcanzar los objetivos de cero emisiones”, explican los expertos.

Un árbol de hace 8.500 años sumergido en el fondo del mar

Un árbol de hace 8.500 años sumergido en el fondo del mar

University of Bradford

"Buceando en la Bahía de Aarhus determinaremos cuán extendidos estaban los asentamientos costeros en comparación con los del interior y determinaremos cómo se explotaban los recursos marinos hace entre 9.000 y 8.500 años”, afirma el doctor Peter Moe Astrup, arqueólogo submarino del Museo Moesgaard.

“Los paisajes hundidos en los mares del Norte y Báltico recuerdan un pasado muy similar. Hoy en día, sin embargo, difieren significativamente porque en muchas zonas del Báltico la antigua superficie terrestre es mucho más accesible y, por tanto, mejor estudiada. Utilizaremos estas áreas accesibles para obtener detalles de los habitantes de la Edad de Piedra, sus asentamientos y estrategias de supervivencia”, concluye el también arqueólogo submarino Svea Mahlstedt.

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