‘L’home de teatre’ inaugura la sala Heartbreak Hotel, el sueño de Àlex Rigola
Nuevo teatro en Barcelona
El director teatral ha construido un espacio que busca la máxima proximidad entre el público y los intérpretes
Àlex Rigola perseguía un sueño: que la magia que se produce en los primeros quince días de ensayo de una obra no se perdiera en el momento de llevarla al escenario. Por ello hizo construir una caja de madera, con pocos espectadores junto a los intérpretes, de manera que estos no tuvieran que alzar la voz ni impostarla. Y todavía menos utilizar micrófonos, como hizo él mismo en algunos de sus célebres montajes de hace años, como Juli Cèsar (2002) o Santa Joana dels escorxadors (2004).
Como quien busca el santo grial de la intimidad, la evolución de Rigola le ha llevado ahora a construir cajas para meter a los actores y al público en L’oncle Vània, Who is me? Pasolini y Hedda Gabler. Y finalmente se ha hecho construir un teatro con este espíritu de la máxima proximidad.
Es la nueva sala Heartbreak Hotel, situada en la plaza Olivereta del barrio de Badal de Barcelona. En este otoño ya se han visto algunas funciones provisionales de Hedda Gabler dentro de la caja de madera, pero las funciones oficiales empezarán con todos los elementos que faltaban (gradas, luces, insonorización...) el 31 de octubre.
El montaje inaugural es L’home de teatre, de Thomas Bernhard, un clásico metateatral, que Rigola ha adaptado para la ocasión, a partir de la traducción de Bernat Puigtobella, y donde aparecen referencias a la nueva sala. Así pues, meta-meta-teatro, con una reducción a tres personajes, que ha contado con la complicidad de un gran Andreu Benito, acompañado en esta caja oscura por Àlex Fons y Marwan Sabri.
Thomas Bernhard
'L’home de teatre' es un clásico metateatral, que Rigola ha adaptado para la ocasión con la complicidad de Andreu Benito
Porque la nueva sala es eso, una cámara oscura, que recuerda el Teatre Lliure de Gràcia que Rigola reformó en el 2010, cuando era su director artístico. Así pues, no es casualidad, como confiesa él mismo, que la hayan hecho los mismos arquitectos: Francesc Guardia y F. Xavier Massagué.
Toda negra, Rigola también busca el reino del silencio: “La sala se ha pensado para que haya un silencio absoluto. Las luces son leds y les hemos quitado los ventiladores, para que los intérpretes puedan hablar a un volumen de voz flojo”.
L’home de teatre empieza con un problema con las luces de emergencia. El protagonista le pide al técnico que hable con el jefe de bomberos para que les permitan apagar esas luces durante cinco minutos.
“Yo he tenido esa obsesión con las luces de emergencia –declara Rigola–, porque en algunos teatros son muy potentes. Bernhard debió de ver estas obsesiones en los ensayos de las obras y las puso en el texto. A veces me encuentro dando indicaciones que son las mismas que hay en el texto”.
Y Àlex Fons, que interpreta al hijo, añade: “ En los ensayos ha habido situaciones divertidas donde yo no sabía si las indicaciones que recibía eran de la obra o del director, cuando tenía que mover el baúl, por ejemplo”.
Rigola refiere que a la nueva sala teatral le han puesto el mismo nombre que el de su compañía, Heartbreak Hotel, “pero con este nombre, ha habido gente que quería reservar una habitación”. “Se llama el hotel de los corazones rotos, porque la cultura es sanadora”, concluye.