La de Mirna Lacambra (Sabadell, 1933) es una de esas vidas profesionales que dan mucho de sí y que engloban distintas carreras en una: la de cantante internacional; la de impulsora de una temporada de ópera en su ciudad natal; la de democratizadora de la lírica que ha logrado llevar el género por todo el territorio catalán; la de profesora de canto y descubridora de talentos; la de infatigable directora artística... Y todo ello con apenas 90 años, cumplidos el pasado 7 de junio.
Teniendo en cuenta esta efeméride, el Cercle del Liceu ha querido brindar un reconocimiento a la trayectoria de la fundadora de Amics de l'Òpera de Sabadell y directora artística de la Fundació Òpera a Catalunya (FOC) haciéndola merecedora de la Medalla de Oro de la entidad. Su presidente, Francisco Gaudier, le hizo entrega de la misma este miércoles, en el transcurso de un almuerzo/homenaje que congregó a más de medio centenar de personas y en el que se escucharon diversos parlamentos entusiastas de la figura de Mirna. A lo que ella correspondió con una suerte de aria operística...
Todo lo que he hecho ha sido solo por amor. El amor en mayúsculas es lo más importante del ser humano"
“Todo lo que he hecho ha sido solo por amor. El amor en mayúsculas es lo más importante del ser humano. En estos momentos a todos los que estáis en este almuerzo os quiero a todos y sé que el amor nos une, porque después del amor y la música no hay nada más importante en este mundo. Recuerdo que cuando salía del Conservatorio era todo tan difícil, que cuando monté la Escola d'Òpera era porque verdaderamente ayudaba a los estudiantes. Lo he hecho todo sólo pensando en el amor a todo el mundo. Amor, amor, amor... y música".
En la larga mesa del comedor del club se reunieron cantantes locales a los que Mirna dio la oportunidad de profesionalizarse, como la soprano Laura Vila; críticos de ópera como Jordi Maddaleno y Toni Colomer; agentes como Miquel Lerín, presidente del Concurso Viñas; directivos como María Serrat (Conservatori del Liceu) o Josep Caminal y Valentí Oviedo (el pasado y el presente de la dirección general del Liceu), o directores artísticos, como Víctor García de Gomar (Liceu) y Oriol Aguilà (Peralada).
Pero también representantes de las administraciones públicas: la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés, o el director general del Inaem, Joan Francesc Marco, participaron del homenaje, pronunciando incluso pequeños parlamentos.
"Mirna Lacambra apostó en Sabadell por un modelo de temporada de ópera muy popular, muy cercano a la gente, y desde allí se ha extendido por todo el país. Su energía, compromiso, entusiasmo y tozudez para superar todos los obstáculos han permitido que Òpera a Catalunya sea una iniciativa imprescindible", afirmó la consellera.
La alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés, le agradeció también "el regalo que ha estado haciendo a la ciudad". "Mirna es un gran referente también para mí, como mujer pionera en un sector tan complicado como es la cultura y la música en particular. Ha sido un honor haberte conocido", dijo.
El consultor cultural y miembro de la Junta del Círculo, Llucià Homs, ofició de maestro de ceremonias dando fe del amplio consenso que entre el mundo profesional había generado el plantear ese homenaje a Mirna Lacambra. "Muchos de los cantantes en Catalunya explican y coinciden en que Lacambra ha sido una figura clave en sus inicios. Una institución que les da oportunidades y confianza para empezar de comprimarios y acabar siendo protagonistas de las óperas", apuntó
La histórica sabadellense estudió en el Conservatori del Liceu y obtuvo los títulos de profesora de canto y de piano con las máximas calificaciones. Como cantante participó en recitales en toda España, actuando también en el Gran Teatre del Liceu. En el Teatro de la Zarzuela de Madrid protagonizó con gran éxito La vida breve. Y prosiguió su carrera por teatros de toda Europa, tanto a uno como al otro lado del telón de acero, debutando con Aida, Madama Butterfly o Tosca en Estados Unidos.
Pero a parte de su carrera como soprano, fundó en 1982 la Associació Amics de l'Òpera de Sabadell y ante la necesidad de tener una orquesta para las óperas que representaban, creó la Simfònica del Vallès que, décadas después y ya siendo independiente, ha salido al rescate de la institución operística para garantizar su viabilidad económica y, por ende, la estabilidad de la temporada de Òpera a Catalunya, que desde 1991 hacen posible que las producciones de Sabadell giren por distintas ciudades del territorio. Además puso en marcha el concurso Engenio Marco para jóvenes cantantes, que después refundó en la Escola d'Òpera de Sabadell, a fin de dar oportunidades de profesionalización a la cantera de voces.
El gerente y divulgador musical Ramon Gené, y acaso el primer alumno de esa escuela, la reconoció como su segunda madre operística después de Victoria de los Ángeles que le dijo: "Ramon, aquest és el teu món. "La Mirna hizo posible eso mismo. Y en nombre de todos los cantantes que corren por Catalunya, España y el mundo y que salieron de su maestrazgo, muchas gracias".
Para Oriol Aguilà, ex presidente de Òpera XXI, Mirna es el mejor ejemplo de la civilidad de un país. "La tarea que ha hecho desde Sabadell es una labor de función pública sin la que el país quedaría huérfano. Y el descubrimiento de voces que nos ha regalado con su abnegada perseverancia es un patrimonio de país que le debemos", afirmó. Para concluir señalando que "su visión de la ópera en las ciudades nos ha hecho centroeuropeos".
Si le dedicamos el tiempo y sabemos hacerlo, podremos conseguir lo que tanto has deseado que es tener un teatro de ópera en Sabadell"
Joan Planas, presidente de la FOC, la calificó de visionaria. "Que crearas la Simfònica del Vallès nos ha servido para tomar un relevo y crear la FOC, que puede tener un futuro impresionante -afirmó-. Porque nosotros estamos más próximos en el territorio, tenemos la capacidad de comunicar a un nivel que no es propio de las grandes instituciones. Y en estos momentos deberíamos concentrarnos en consolidar la FOC pero también en conseguir que se ponga en marcha el nuevo auditorio. Si le dedicamos el tiempo y sabemos hacerlo, podremos conseguir lo que tanto has deseado que es tener un teatro de ópera en Sabadell", concluyó, levantando los aplausos de la concurrencia.
Luís López de Lamadrid, de la junta del Círculo, tomó el relevo y recordó que esta medalla llega después de haberle sido entregado a la reina Sofía y a cuatro grandes cantantes españoles -Plácido Domingo, Montserrat Caballé, Jaume Aragall y Josep Carreras-, además de instituciones relacionadas con la música, como el Festival de Peralada, el Concurso Viñas y el Liceu, y a personas de la sociedad civil, como Javier Godó, conde de Godó, la familia Puig, la familia Uriach, Leopoldo Rodés y Joaquim Verdaguer.
A parte de todo lo que han hecho los de Sabadell por la música y las asociaciones en España, han cultivado sobre todo la amistad"
"Desde que en el 2005 fundáramos Miguel Muñiz, Josep Caminal y yo mismo la asociación Ópera XXI, la presencia de Òpera de Sabadell en las innumerables asambleas ha sido constante. De Sabadell acudían cinco o seis personas, lo que demuestra que, a parte de todo lo que han hecho por la música y por las asociaciones en España, han cultivado sobre todo la amistad. Decenas de miles de personas somos amigos de Òpera de Sabadell y sobre todo de Mirna Lacambra", dijo Lamadrid.
Valentí Oviedo valoró la capilaridad que Amics de l'Òpera de Sabadell hacen de la pasión de la ópera en toda Catalunya. "Es evidente que es un complemento perfecto de la casa grande, el Liceu. Son perfectamente complementarios. Y se retroalimentan. Cosa que hace que Catalunya sea tan poderosamente fuerte en el campo de la ópera, porque hay afición tremenda desde lo más popular hasta lo más excelso. Y por todo eso es Mirna tan fundamental".
Francisco Gaudier le pidió "el secreto de tu juventud, porque no puede ser que tengas 90 años con lo proactiva que eres". Y bromeó sacando a colación la Inteligencia Artificial. "Yo tengo dudas, pero si nos sirviera para clonar a Mirna Lacambra sería una gran cosa. Porque ojalá hubiera más Mirna en España para llevar a cabo cosas como las que ella ha hecho. Porque no sólo se trata de la afición del público que ha fomentado, sino que ha dado la posibilidad de hacer de sus estudios su profesión".