Martin Scorsese y todo el equipo de la película Killers of the flower moon recibieron ayer nada más y nada menos que nueve minutos de ovación tras la proyección oficial en el Teatro Lumière de esta ambiciosa y emocionante historia de tres horas y media que rescata uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Estados Unidos: el genocidio cometido contra los indios Osage en la Oklahoma de los años veinte del pasado siglo.
"Cuando recibí el guion supe de inmediato que debía acercarme a esta tribu con mucho respeto", ha explicado Scorsese en una abarrotada rueda de prensa en presencia del jefe Osage, Standing Bear, que ha dicho que su pueblo "todavía sufre" pero se ha mostrado agradecido al director "por haber restaurado la confianza de los Osage en los hombres blancos".
Scorsese, ganador de la Palma de Oro en 1976 por Taxi driver y del premio al mejor director por Jo, ¡qué noche! en 1986, confiesa que se sintió conmovido por la lectura de los acontecimientos y sintió la necesidad de saberlo todo sobre esa tribu. "Es abrumador… cuanto más descubrí, más quería aportar". Se refiere, entre otros, a los valores de estos nativos sobre el amor a la tierra y el respeto. "No estoy hablando de convertir esto en un tema político; estoy hablando realmente de cómo vivir en este planeta. Me reorientaba cada vez que lo escuchaba".
Preguntado sobre su opinión respecto a la guerra de Ucrania, ha dicho que se siente “muy nervioso por la agresión de Rusia; muy nervioso por toda esa área”. “Las generaciones más jóvenes no recuerdan la Segunda Guerra Mundial. No recuerdan las naciones balcánicas y lo que sucedió allí, y lo que sucedió con Polonia en el siglo XIX y los rusos nuevamente". "Mi sensación es que, viniendo de un país que tiene una república, lo que implica la libertad de expresión, puedes tener un adversario sin enloquecerlo o matarlo. Hay que vivir en paz". Y ha añadido: "Tenemos que apoyar a los países que al menos están intentando algún tipo de proceso democrático. Los problemas que se viven hoy son incluso más profundos que cuando el fascismo destrozó la democracia en los años 30".
Tenemos que apoyar a los países que al menos están intentando algún tipo de proceso democrático
La película adapta la novela basada en hechos reales de David Grann, Killers of the Flower Moon: The Osage Murders and the Birth of the FBI, con unos excepcionales Robert De Niro y Leonardo DeCaprio como protagonistas al lado de la magnífica sorpresa que supone la actuación de Lily Gladstone, vista en First Cow, y el propio cameo de Scorsese en la genial escena final. La crítica especializada ha caído rendida ante esta nueva obra maestra del realizador de El irlandés o Toro salvaje que apunta directa a varias nominaciones en la próxima edición de los Oscars. Rodada hace dos años durante la pandemia, su estreno en salas de cine tendrá lugar el próximo octubre antes de desembarcar en la plataforma Apple TV+.
En ella De Niro encarna a Bill Hale, un poderoso ranchero que se hace pasar por amigo de la rica nación petrolera Osage con la ayuda de su sobrino Ernest (DiCaprio), un tipo sin muchas luces que acaba de llegar de la guerra y al que manipula para casarse con una de las herederas del condado, Molly, a la que da vida Gladstone, una actriz que creció en la reserva india de los Blackfeet y se siente orgullosa de haber colaborado en un filme que rescata un episodio desconocido para mucha gente y que era necesario sacar a la luz. "Haciendo este película me he encontrado a mí misma más que encontrar a Molly", ha comentado la intérprete, que ha tenido palabras de elogio para el director y su marido en la ficción. "Necesitamos a gente como Scorsese y DiCaprio, necesitamos aliados", ha insistido.
DiCaprio, que en principio iba a meterse en la piel del agente del FBI que investiga los asesinatos sin resolver, papel que interpreta un eficiente Jesse Plemmons, solo tiene palabras de entusiasmo hacia Scorsese, con el que ha colaborado en varios filmes. "Scorsese logra sacar el lado humano de los personajes más siniestros y crueles", ha asegurado el protagonista de Titanic, que considera que la película es un "homenaje a la verdadera historia que ocurrió".
Según el actor estadounidense, ha sido muy importante "contar la historia de la comunidad Osage y estar junto a ellos", a la vez que ha mencionado también la masacre de Tulsa de 1921, cuando una multitud de residentes blancos atacaron a residentes y negocios negros en ese distrito de Oklahoma. Y opina que de la emoción tras la proyección de anoche guarda "imágenes mentales que no olvidaré jamás".
Ante la pregunta de por qué cree que Scorsese es el director más grande de todos los tiempos, el actor ha querido hablar desde su propia perspectiva para admitir que sus películas han tenido una enorme influencia en él y en toda una generación de actores. "Me emociona su perseverancia y ferocidad a la hora de explicar la verdad y el respeto que siente por la historia del cine". Un hombre que es una leyenda viva -el próximo 17 de noviembre cumplirá 81- y que nunca ha contemplado correr menos riesgos en su carrera: "A mi edad, ¿qué más puedo hacer que arriesgarme? Que yo hiciera algo cómodo sería una broma".
La película es un homenaje a la verdadera historia que ocurrió
De Niro, que a sus 79 años se ha convertido de nuevo en padre, comentó que le cuesta entender a su personaje. "Es un tipo que intenta ser encantador con los Osage y luego les traiciona. Tiene esa doble cara que se ha convertido en algo sistemático". Y no ha tardado en hacer un paralelismo entre su personaje y Donald Trump, sin mencionarlo. “Lo vemos hoy y saben de quién estoy hablando, pero no voy a decir su nombre”, asegura. "Ese tipo es estúpido". "Y hay gente que piensa que podría hacer un buen trabajo. ¡Imagínense eso, qué locura! Es todo lo que diré".