Nada más saltar a la cartelera de Netflix, la película La chica que lo tenía todo, protagonizada por Mila Kunis, ha suscitado un gran interés por cuanto los hechos que narra podrían estar perfectamente basados en la vida real. Esta historia de misterio sobre un pasado que acaba volviendo está basada en la opera prima de Jessica Knoll Luckiest Girl Alive , que en 2015 fue la novela de misterio de autoría estadounidense más vendida del año, según The New York Times.
Narrada en primera persona, La chica que lo tenía todo sigue la existencia de una joven de éxito que ha tenido que reinventarse a sí misma después de unos sucesos terribles que marcaron su adolescencia. Ani Fanelli, el personaje protagonista (también llamada TifAni FaNelli, Tif o Finny) al que da vida la actriz nacida en Ucrania parece llevar, a sus 28 años, una vida perfecta: trabaja como editora en una famosa revista femenina y se ha prometido a un hombre cariñoso de buena familia.
Pero esconde un secreto que irrumpirá de nuevo en su vida: cuando era adolescente pasó por una serie de eventos violentos y traumatizantes, incluido un tiroteo en la escuela. En la novela se revela que fue violada en grupo cuando tenía 14 años y que al intentar buscar ayuda después del asalto, sus compañeros no le creyeron e incluso la sometieron a crueles intimidaciones y burlas.
El acoso y la violación en grupo no es algo que Jessica Knoll se inventara de la nada
El acoso y la violación en grupo no es algo que Knoll se inventara de la nada. Al contrario: para la novela se basó en sus propias experiencias de adolescente. No obstante, durante la promoción del libro se negó a hacer público este hecho. La escritora explicaba que eran historias que había escuchado y que, por ende, habían sucedido a terceras personas. Pero en marzo de 2016, Knoll escribió un ensayo para el boletín feminista online Lenny Letter en el que describió sus experiencias como superviviente de violación.
Fue a raíz de interactuar con diversos personas que pasaron por su misma experiencia que se lanzó a revelar los hechos. "Me superaba la mirada de estas mujeres cuando decía: 'Qué va, si me lo inventé', y nunca quise volver a ver esa mirada en el rostro de nadie", aseguraba.
Con estas credenciales no es de extrañar que detrás de la versión cinematográfica se encuentre la muy concienciada y expeditiva Reese Witherspoon. En abril de 2015, Lionsgate anunció que había adquirido los derechos cinematográficos sobre la novela con la producción de Pacific Standard, la productora de la actriz, aunque finalmente ha sido estrenada en Netflix en co-producción con Made Up Stories y Picturestart.
El guion lo firma la misma Jessica Knoll y dirige tras la cámara Mike Barker. La crítica no ha tardado en compararla con la novela Gone Girl de Gillian Flynn (2012) y La chica del tren, de Paula Hawkins. El rotativo USA Today afirmaba en la crítica que "los temas de actualidad y de interés periodístico crean un telón de fondo que, a veces, puede hacer que el lector se sienta incómodo. Sin embargo, la tensión visceral que crea Knoll en realidad complementa la experiencia de lectura".