Ahora se llama Biblioteca Pública del Estado lo que antes fue la Biblioteca Provincial, un término que incomodaba a algunos sectores. El ministro Iceta sugiere que se busque un nombre propio consensuado, pero será difícil dar con una personalidad aún disponible que genere unanimidad. Puede pasar lo mismo que con el aeropuerto, al que nadie se refiere con el nombre que decretó el Gobierno, Josep Tarradellas. El artista barcelonés más universal, Joan Miró, da ya nombre a la excelente biblioteca de la calle Vilamarí.
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