El premio Nobel tiene acreditado, en líneas generales, su acierto a la hora de distinguir a grandes escritores. Un escrutinio de las actas de los debates –secretas por 50 años– saca a la luz, sin embargo, ciertas contradicciones y curiosidades.
JORGE LUIS BORGES
“Demasiado exclusivo”
En 1962, ya se evalúa al argentino, “sin duda un original poeta del pensamiento” aunque “su trabajo, de un claroscuro evidente, no soporta la intensidad de una luz escrutadora. Su género literario, especulativo y extremadamente complicado, lo coloca en una categoría peculiar que poco tiene que ver con las intenciones del premio”. En 1967, Anders Osterling sigue en sus trece: “Es demasiado exclusivo o artificial en su ingenioso arte en miniatura”. En la década de los 70, tampoco ayudó su ambigua postura política en relación con algunas dictaduras latinoamericanas.
SIMONE DE BEAUVOIR
Demasiado francesa
En 1961, el jurado constata que los candidatos Jean Anouilh y Simone de Beauvoir “cumplen con los requisitos que se requieren para merecer el Nobel. Sin embargo, ambos representan una zona lingüística –la francesa– que hasta el momento ha dominado en cuanto a número de laureados. Deberíamos poner la mirada en lugares del mundo que aún no hayan sido condecorados”.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Final española
En 1956, la decisión estuvo entre dos españoles, Juan Ramón Jiménez y Ramón Menéndez Pidal. De nuevo se alude a la necesidad de premiar “al vasto campo lingüístico español, que ha sido seriamente descuidado desde 1922, cuando Benavente recibió el premio”, lo que ha generado “un creciente descontento en España, bastante comprensible y que no debe ser descuidado”. “El anciano Pidal, considerado el humanista más importante del mundo español” tiene como mayor obstáculo que “lo que escribe no es estrictamente literatura” sino investigación. Finalmente, se impone “el deseo de que el ganador este año sea un poeta”, exiliado, frente al que era entonces director de la RAE.
EZRA POUND
Un poeta con ideas “opuestas”
Candidato varios años, en 1959, después de constatar que ya ha salido del manicomio, el comité Nobel “mantiene sus reservas (...) sobre un poeta que, por un lado, se esfuerza en la elaboración de un lenguaje lírico muy cautivador y, por otra parte, continúa propagando ideas –las fascistas– cuyas características están diametralmente en desacuerdo con el espíritu del Nobel”.
E.M.FORSTER /
RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL
Rechazados por viejos
El autor británico de Pasaje a la India o Una habitación con vistas fue rechazado, en 1960, “a causa de su avanzada edad” (81 años, entonces). Viviría, sin embargo, diez años más. En 1961, se dice que “la candidatura de Ramón Menéndez Pidal debe ser desestimada definitivamente a causa de su avanzada edad” (en el caso del filólogo español, eran 92 años... pero moriría a los 99). El criterio ha sido abandonado con el tiempo, pues el jurado ha ido premiando cada vez más a gente mayor. En los últimos diez años, la mayoría de laureados pasan de 70. Tranströmer y Munro lo ganaron con 80 y 82, respectivamente.