La destrucción de la ciudad griega de Tell Iẓṭabba, situada en el actual territorio de Israel, se produjo durante una campaña militar emprendida por los hasmoneos, una dinastía gobernante de Judea, en los siglos II y I antes de Cristo. Hasta ahora, los arqueólogos apuntaban que la fecha exacta del ataque era entre los años 111 y 107 antes de Cristo.
Pero nuevas investigaciones han acotado extremadamente los datos. El análisis de restos de animales y plantas, combinados con las evidencias documentales, han llevado a los especialistas no solo a precisar el año en que ocurrió este suceso, si no también la temporada en la que tuvo lugar.
En Israel
Tell Iẓṭabba peretencía al Imperio seléucida, uno estado helenístico que surgió tras Alejandro Magno
“La primavera del año 107 fue la época de la destrucción”, asegura el profesor Achim Lichtenberger, de la Universidad de Münster. Los hasmoneos, sucesores directos de los Macabeos, el movimiento de liberación judío que logró la independencia de la dinastía seléucida en época de Antíoco IV Epífanes, aprovecharon la decadencia de ese imperio helenístico para poner en jaque sus ciudades más importantes.
Estudios basados en el análisis de monedas antiguas y del asedio contemporáneo a la ciudad de Samaria había logrado acotar la fecha del ataque a Tell Iẓṭabba entre el 108 y el 107 antes de Cristo. Pero el nuevo acercamiento ha permitido a los arqueólogos ser mucho más precisos, según explican en un artículo publicado en la revista Antiquity.
“Encontramos huesos de las patas de los pollo en las viviendas destruidas por los hasmoneos. Su análisis reveló residuos que contenían depósitos de hueso en la médula que servían para producir cáscaras de huevo durante la época de puesta en primavera. Esto indica que los pollos fueron sacrificados entre marzo y junio”, dice Lichtenberger.
Los investigadores contaron, además, con un elemento que apoyó su descubrimiento. “Encontramos conchas de caracoles de campo, que se comen mucho en esta época del año”, añade el profesor de la Universidad de Münster. Los exámenes botánicos de los restos de flores en los pisos de las viviendas revelan también que estas plantas florecían en primavera.
El análisis de los objetos se complementó con el estudio de las evidencias escritas. “El rollo hebreo contemporáneo de Megillat Ta'anit, también conocido como el Pergamino del Ayuno, habla sobre la conquista asmonea e informa que la expulsión de los habitantes habría sido en el mes hebreo de Sivan, que corresponde a nuestro mayo/junio”, añade.
“Solo la multiplicidad de métodos analíticos hace posibles afirmaciones precisas”, asume Achim Lichtenberger, que ha trabajado codo a codo con Oren Tal, profesor de la Universidad de Tel Aviv. “Desde un punto de vista arqueológico, todo esto hace que podamos afirmar que la primavera fue la estación de la destrucción”, dicen, apoyados en la creencia que, en la época helenística, las guerras solían tener lugar entre primavera y principios de verano.
“Los datos individuales tomados por sí solos no justificarían determinar una cronología tan clara”, enfatiza Lichtenberger, quien, junto a Oren Tal y un equipo interdisciplinario, lidera un proyecto de investigación sobre la arqueología del asentamiento helenístico de Tell Iẓṭabba, en la antigua Nysa-Scythopolis, una ciudad griega en Oriente Próximo.
“Solo al tener una visión general de los resultados de todos los métodos analíticos podemos proporcionar información más precisa sobre el momento de la destrucción de Tell Iẓṭabba y, por lo tanto, sobre el curso de la campaña hasmonea”, concluye el investigador.