Los balones del Juego de Pelota maya que se hicieron con cuerpos humanos

Arqueología

Los cadáveres de dos gobernantes y una señora de Toniná, el antiguo reino maya de Po’p, fueron reducidos a cenizas y usados para hacer el hule de las bolas

Aro por el que se tenía que hacer pasar el balón durante el Juego de Pelota maya

Aro por el que se tenía que hacer pasar el balón durante el Juego de Pelota maya 

Wikipedia

Las pistas del Juego de Pelota maya eran algo más que un terreno de juego. Para los antiguos pueblos mesoamericanos, estas canchas eran terreno sagrado, un espacio simbólico que mostraba el camino circular del cielo, por donde transitan y se enfrentan los astros, espacio de guerra y muerte, de espectáculo y poder.

Este deporte con connotaciones rituales se jugó desde alrededor del 1400 antes de Cristo y su elemento clave eran las pelotas de hule, cuya trayectoria durante el juego (a través de los pases y los tiros) representaba el movimiento de los astros sagrados: el Sol, la Luna y Venus.

Juego de Pelota

Este deporte con connotaciones rituales se jugó desde alrededor del 1400 antes de Cristo

Es normal, entonces, que esos balones fueran venerados por los jugadores y el público. Hasta tal punto eran adorados que, según explican los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, los cadáveres de varios gobernantes fueron usados como material para elaborar las bolas.

El investigador Juan Yadeun Angulo apunta que los cuerpos de al menos dos dirigentes y el una señora de Toniná, el antiguo reino maya de Po’p que rivalizó con Palenque en el periodo Clásico maya (500-687 d.C.), fueron sometidos a un ritual religiosa antes de reducirlos a cenizas y usar los restos para hacer las pelotas de hule.

Bola de hule usada en el Juego de Pelota maya

Bola de hule usada en el Juego de Pelota maya 

Museo Nacional de Antropología de México

Angulo se basa en los hallazgos realizados a partir de 2020 en una cripta prehispánica en el Templo del Sol, la estructura piramidal más importante del valle de Ocosingo, en Chiapas. Allí se han descubierto más de 400 vasijas que contenían material orgánico, como cenizas, carbón, goma y raíces.

El arqueólogo del INAH es el responsable de la investigación y conservación del sitio desde hace 42 años y explica en un comunicado que los hallazgos se realizaron durante las exploraciones en el costado norte del templo en las que también se descubrió una tapa de piedra de 90 por 60 centímetros con la representación de un cautivo atado.

Lee también

Las drogas de los antiguos mayas iban mucho más allá del tabaco

David Ruiz Marull
Los dos recipientes fueron encontrados en 2012

Una vez retirada la placa quedó una apertura en el suelo que llevaba a un auténtico laberinto que conducía a una serie de pequeñas bóvedas y cuartos conectados por escalinatas de una decena de peldaños. Todo terminaba en una antecámara y una cripta construidas entre los siglos VII y VIII y ubicadas a ocho metros de profundidad en el interior del templo.

La antecámara (1.34 por 1.64 metros y 1.34 metros de altura) y la cripta (1.34 por 1.34 metros y 1.10 metros de altura) son habitáculos reducidos donde se hallaron las vasijas con cenizas humanas y cuyos muros mantienen un tacto oleoso a pesar del paso de trece centurias.

Cancha para el Juego de pelota en Monte Alban.

Cancha para el Juego de pelota en Monte Alban.

Wikipedia

A partir del análisis microscópico del material orgánico contenido en los recipientes, los expertos señalan que personas especializadas, posiblemente sacerdotes, probablemente quemaban los cuerpos inertes de personajes de alto rango. El azufre de las cenizas era utilizado para la vulcanización de hule, con el que se confeccionaban las bolas usadas en el rito del Juego de Pelota.

A diferencia de otras culturas antiguas, entre ellas la egipcia, que preservaba el cuerpo de sus ancestros mediante la momificación, en Mesoamérica los restos de las y los gobernantes eran cremados, aunque no necesariamente hasta su reducción total a cenizas, pues se consideraba que algunas partes tenían un poder particular porque estaban relacionadas con ciertas deidades. 

Cerámica que muestra un partido de juego de pelota mesoamericano, probablemente hecho en Nayarit entre el 300 a.C. y el 250 d.C.

Cerámica que muestra un partido de juego de pelota mesoamericano, probablemente hecho en Nayarit entre el 300 a.C. y el 250 d.C.

Museo Rufino Tamayo de Oaxaca

Según explica Yadeun, los gobernantes Wak Chan Káhk´ (fallecido el 1 de septiembre del año 775), el dignatario Aj Kololte’ (muerto el 1 de abril del 776) y la señora Káwiil Kaan (cuyo deceso fue en el 722) fueron llevados a la cueva de la muerte pasados 260 días, una vez se cumplió el ciclo del calendario ritual –y en la misma fecha de sus decesos–, para su transmutación.

“Es aleccionador saber que los mayas buscaron que el cuerpo de sus dirigentes se convirtiera en una fuerza viva, en algo que estimulara a su pueblo. La vida renacía encarnada en el maíz, cuyo ciclo, entre cosecha y siembra, comprende 260 días, el periodo ritual que cumplía el cadáver de los dignatarios en la ‘cueva de la muerte’”, recuerda el arqueólogo.

Lee también

Los mayas no solo se decoraban los dientes con fines estéticos

David Ruiz Marull
dientes

A poca distancia de la cripta del Templo del Sol, los investigadores encontraron otro acceso independiente –de aproximadamente 80 por 80 centímetros– en el sector oriente de la pirámide. Esta segunda tumba fue saqueada entre los siglos XIX y XX.

Con 10 metros lineales de recorrido y una configuración igualmente laberíntica, la sepultura (fechada en el año 500 d.C.) desemboca en una amplia cámara donde solo pudo reconocerse el fragmento de las fauces de un “monstruo de la tierra” –de 50 por 50 centímetros– de las que emerge una pequeña tortuga.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...