Catriona Morison, del coro de Edimburgo a estrella de la Schubertíada

Entrevista

La mezzo escocesa debuta hoy en Barcelona como gran revelación del festival. Será en el Palau de la Música con el pianista Julius Drake

Catriona Morison

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No cuesta imaginarla de jovencita cantando en el coro de chicas de Edimburgo o practicando el violín en casa, con su madre pianista... “Justamente estoy en Edimburgo ahora mismo. ¿Oís a mi madre practicando?”, pregunta al teléfono Catriona Morison, la nueva estrella de la Schubertíada. 

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La mezzo del momento, que ya ha debutado en el festival de Salzburg, en su programa de jóvenes artistas, ganó hace un lustro el prestigioso Cardiff Singer of the World que organiza la BBC, no por tener una voz operística exuberante, sino por su capacidad de emocionar y por ese arte especial que caracteriza a los buenos cantantes de lied, que logran transmitir la esencia del género. 

Esto ha sido motivo para que la Schubertíada haya querido hacérsela suya. “Es como un Andrè Schuen en femenino, por lo mucho que se prepara y lo honesta y humilde que es. Algo que merece la pena proteger desde un festival como el nuestro”, comenta Víctor Medem, director del certamen. 

Morison debuta hoy en la edición barcelonesa (Palau de la Música, 20 h) junto al pianista Julius Drake y un catálogo representativo del lied: Grieg, Schumann (su emotivo ciclo Opus 90), Brahms y Elgar. Las entradas del recital cuentan con un 20% de descuento para suscriptores, siempre que las adquieran en la web de La Vanguardia. El 16 de agosto se presentará en la Canònica de Vilabertran como parte del programa Lead the Future. Allí interpretará Brahms, Viardot, Mahler y Strauss.

Descubrí que cantando disfrutaba por el drama que había detrás del texto. Cantar me empujaba a crear un personaje"

¿Fue importante la presencia de la música en su infancia escocesa?

Desde el momento en que nací mi casa estaba llena de música. Crecí escuchando las clases de piano de mi madre, oyendo a gente aprender. Pero si se me animó a hacer música fue sin forzarme a ser profesional. Estaba en el instituto cuando me inicié con las clases de canto. Me di cuenta de que había algo natural. Yo por entonces tocaba la viola, pero disfrutaba  especialmente cantando, por el drama que había detrás del texto. Cantar me empujaba a crear un personaje, a buscar la psicología detrás de una canción.

Catriona Morison

Catriona Morison

Tras estudiar en Glasgow, Berlín y Canadá, vio su futuro en Alemania, aprendió el idioma, entró en la Opera Studio en Weimar y finalmente se incorporó al ensemble de la Oper Wuppertal, donde acabó siendo artista residente. ¿Era consciente de que se dirigía a la mítica localidad en la que Pina Bausch había erigido su compañía?

Era alucinante estar allá, oh sí. Al llegar vi todos sus repertorios, lo antiguo y lo nuevo, pues había estado creando hasta el final. Y fue muy inspirador. Pina supone una forma de actuar y de vivir el cuerpo, y cantar es algo similar. Para mí fue increíble ver diferentes artes, porque el canto es un modo de conectar con el público, y especialmente por la forma en que usas el cuerpo. Un pequeño gesto en un recital puede significar mucho. Todo va junto, no es solo la voz.

¿Puede describir el modo de habitar su cuerpo cuando canta?

Creo que mi colocación guarda relación con la técnica, y depende también del personaje que interpreto o el texto que quiero mostrar al público, si es vivaz, alegre, descarado, brillante... Es una luz más triste o depresiva, o insular, o tiene una quietud aterradora... depende.

Me gusta pensar que es como una ventana que abres y cierras... invitas al público abriendo el pecho. Y así les transportas a un lugar dulce"

¿Y su experiencia física?

Si llego a un punto de confianza, el cuerpo y la técnica son muy libres. Pero en eso hay mucha experimentación, trabajamos mucho pero a veces das dos pasos adelante y uno atrás. Yo sé de qué es capaz mi voz y puedo confiar. Manipulo mi performance para crear color y comunicar con el público. Me gusta pensar que es como una ventana que abres y cierras... invitas al público abriendo el pecho. Y así les transportas a un lugar dulce. Es una responsabilidad lo que siento. Me conecta con algo superior, me lleva a emociones profundas. En ese momento te alimentas de la música y del arte. 

Aunque en el 2019 debutó en los Proms cantando Elgar y ha tenido peticiones internacionales interpretando Berlioz o el Réquiem de Verdi, su repertorio es muy alemán... Y lleva tres años viviendo en Berlín.

Sí, me encanta. Especialmente el Lied. Brahms, Schumann, Mahler... Hay mucho color y emociones que encontrar. Pero también disfruto mucho con las Sea pictures de Elgar que cantaré en el Palau. Pero en ópera también abordo mucho repertorio alemán, aunque ahora me gustaría añadir el francés. Al aprender el idioma alemán he descubierto una comprensión profunda de estos textos y personajes.

Me siento orgullosa de haber aprendido el alemán, porque no es usual viniendo de Gran Bretaña hablar una segunda lengua"

Siendo de Gran Bretaña es curioso que haya querido profundizar tanto en otro idioma...

Es verdad, es una desventaja porque todo el mundo habla inglés, por eso era importante aprender alemán. Lo disfruté y me siento orgullosa, porque como bien dice no es usual viniendo de Gran Bretaña hablar una segunda lengua. Algo que considero fundamental, igual que la educación musical.

Brahms escribió mucho para mezzo...

Sí, y es de mis favoritos. En la segunda parte del recital me pidieron que añadiera Schumann. Y la verdad es que ahí hay mucha devoción al amor, a Dios y al mar. Y puedes crear colores para acompañar todo eso. Te puedes imaginar en un barco, en el mar.

¿Qué otras mezzos han sido referenciales para usted?

Dame Janet Abbot Baker. Su carrera fue muy interesante. Muy comprometida, algo para admirar.

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