De la pregunta “qué puede hacer el congreso ISE por Barcelona” se ha pasado, en solo unos días, a “qué puede hacer la propia Barcelona para que ISE sea un revulsivo para el sector audiovisual, y por extensión, tecnocultural de la ciudad y del conjunto de Catalunya”. En este punto exacto se sitúa el debate en una semana en la que se ha podido apreciar el enorme potencial que tiene la feria Integrated Systems Europe, que ha vivido su primera edición más o menos normal después de un accidentado aterrizaje en la capital catalana motivado por la pandemia.
Recapitulemos. La otra gran feria tecnológica de Barcelona, el Mobile, recaló en la ciudad en 2006 y no fue hasta 2012 cuando se creó la Mobile World Capital (MWC), el organismo destinado a promover la ciudad como capital global de las comunicaciones móviles. Es decir, la fundación concebida para procurar que el gran congreso que lidera la GSMA de John Hoffman dejara un legado perdurable en la ciudad. Pese a haberse apuntado algún logro importante, como la puesta en marcha del salón 4 Years From Now, la sensación es que la MWC no ha acabado de arrancar. Ha atraído poco capital privado y le ha faltado continuidad. De hecho, está en marcha el proceso de selección de quién deberá sustituir al actual director general, Carlos Grau.
El ISE juega a favor de la apuesta barcelonesa para ser capital de la tecnocultura
Reconducir la Mobile World Capital se antoja ahora tan importante como conseguir que, en el caso del ISE, se dé con una fórmula adecuada para garantizar el máximo impacto del congreso en la ciudad, más allá de aumentar la facturación de taxistas, hoteleros y restauradores.
Una alternativa sería replicar el modelo y crear una ISE Capital sin perder tanto tiempo como se perdió en los primeros años del Mobile. O incluso podría considerarse la posibilidad de abrir la actual Mobile World Capital para integrar en ella el ISE y el Smart City Expo, otro salón tecnológico de Fira de Barcelona.
Sin embargo, por lo que se ha visto esta semana en el salón que dirige Mike Blackman, hay una tercera vía en marcha. Consistiría en incentivar unas relaciones entre el ISE y el audiovisual catalán que ya han comenzado a establecerse de manera fluida en el recinto ferial. Representantes de las principales empresas de este ámbito se dejaron ver y participaron en las conferencias del certamen, empezando de esta forma a tejerse una red que puede hacer funciones de Capital.
El propio Blackman alentó esta relación con el entorno cultural nada más aterrizar en Barcelona, cuando estableció un acuerdo de colaboración con el festival Llum BCN que se frustró por la covid. En esta primera edición en condiciones, el ISE ha colaborado en el mapping proyectado sobre Casa Batlló por el artista digital Refik Anadol. Cuentan los responsables de Ideal Centre d’Arts Digitals que Blackman ya ha visitado dos veces sus instalaciones en Poblenou.
Este sector cuenta con la ventaja de estar articulado en torno al Clúster Audiovisual de Catalunya, una asociación donde caben miembros tan diversos como heterogéneos son los contenidos de ISE, desde los videojuegos hasta Mediapro, desde Ideal o el renovado Principal hasta el Sónar. El audiovisual catalán es un sector que ha perdido varios trenes y no ha podido constituirse en un gran centro de producción. Pero ahora, gracias al ISE, dispone de una oportunidad única para promover Barcelona como capital de lo que Jordi Sellas, director de Ideal, define como “el audiovisual como transmisor de contenidos hacia los espectadores”.
El primer reto es evitar que esta efervescencia que se ha vivido en torno a ISE se diluya con el paso de los días y no resurja hasta la próxima edición, en febrero de 2023.
EL ISE
Más metro y menos corbatas
Esta afirmación no se basa en ningún estudio riguroso, sino en la simple observación y en una informal encuesta en el entorno inmediato, pero la impresión es que el público que atrae el ISE es más informal que el que suele visitar el Mobile World Congress. Hay menos corbatas y un vestuario más casual. También parece haber más desplazamientos en metro que en taxi, a diferencia de lo que ocurre con el Mobile. En 2023, cuando los dos congresos coinciden casi en el tiempo, podrá afinarse más en la comparación.