El recorrido artístico de Miguel Gallardo en el cómic permite resumir una parte importante de la evolución de la historieta en nuestro país. Desde el underground canalla y transgresor de los inicios hasta el reconocimiento cultural e institucional con el auge de la novela gráfica. El cambio en el estilo, en la temática y hasta en el soporte utilizado para publicarlas se explican tanto por la evolución del propio autor como por los cambios en el mercado de la historieta desde el tardofranquismo hasta las primeras décadas del siglo XXI. Gallardo se dio a conocer con unos cómics libertarios, en blanco negro, crudos y contraculturales. Las historietas habitaban entonces entre las páginas de las revistas musicales o en fanzines de corta difusión y vida aún más efímera.
Tres viñetas de 'Fuga en la Modelo', con Makoki
Justo cuando en España se ponía fin a la censura, Gallardo –con guiones de Mediavilla– convirtió a un personaje marginal llamado Makoki en icono de unos tiempos que estaban cambiando. Tras la muerte de Franco, la sociedad española empezaba una nueva etapa y la historieta la acompañó en ese viaje y se hizo adulta con ella. Gallardo mezcló con naturalidad influencias que iban de Gilbert Shelton y sus Freak Brothers hasta Manuel Vázquez y sus Hermanas Gildas, pasando por Art Spiegelman, Munch, Grosz o los dibujos animados.
Miguel Gallardo, tras recibir el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona por su trayectoria
Cuando España ponía fin a la censura, convirtió al marginal Makoki en un icono
Su dibujo se irá tornando expresionista con el tiempo, cincelado trazo a trazo por una línea rugosa. En 1997 su carrera da un giro con la publicación de Un largo silencio, que reproduce el relato en primera persona de la vida de su padre, un militar republicano cuya hazaña, resumía Gallardo en el libro “ha sido sobrevivir”. Era la voz a quienes perdieron la guerra y debieron callar para vivir. Pero el éxito de público llegaría diez años más tarde con María y yo, en un momento en el que la etiqueta novela gráfica acercaba el cómic a nuevos lectores. En este hermoso álbum, Gallardo cuenta cómo es vivir con su hija autista y cómo es posible reaprender la capacidad de comunicarse a través del dibujo. Un libro que demuestra la capacidad del cómic para emocionar y crear junto al lector un espacio tan íntimo como la historia que cuenta en sus viñetas.
Portada y página interior de 'Un largo silencio'
