Una vez abierta la caja de los truenos, ayer fue una jornada intensa para amainar sus efectos. Las declaraciones a este diario de uno de sus representantes más significativos sobre la posibilidad de que el Primavera Sound se marche de Barcelona por la imposibilidad de que el Ayuntamiento dé su visto bueno a su nuevo modelo de festival de dos fines de semana consecutivos en el Parc del Fòrum, hicieron saltar la voz de alarma. Un chantaje, una amenaza, una huida hacia adelante, la verbalización de un hartazgo... múltiples pueden ser las interpretaciones de esas palabras pero el alcance de la potencial decisión es indiscutible.
No sé imaginar el Primavera Sound fuera de Barcelona ni sé imaginarme Barcelona sin el Primavera Sound”
Las palabras de Gabi Ruiz, director del festival, a este diario tuvieron tal eco e impacto en el ámbito municipal que motivó que el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí convocase urgentemente rueda de prensa ayer a mediodía, con un mensaje claro: “no sé imaginar el Primavera Sound fuera de Barcelona ni sé imaginarme Barcelona sin el Primavera Sound, y por lo tanto, nos vamos a poner a trabajar rápidamente para encontrar soluciones”. Y concluyó con otro no menos claro: “la unión de Barcelona con el Primavera Sound es un modelo de éxito que beneficia a todos”. Estas palabras conciliadoras y constructivas las dijo, eso sí, después de reconocer que le había sorprendido el tono de la entrevista a La Vanguardia y de apostar por una solución que pasa por “bajar la efervescencia de las declaraciones”.
Martí, que unas horas había manifestado en RAC1 que “no nos moverá la presión de una entrevista en un diario”, también recordó a continuación “el compromiso” del consistorio barcelonés con el festival Primavera Sound y anunció una “reunión inminente” con sus organizadores para “recuperar la confianza”.
Las críticas de Ruiz contra el Ayuntamiento se centran en que no muestra ningún interés e incluso oposición a ese modelo de festival de mayor duración, amparándose en el impacto ambiental en el vecindario. Y sobre todo la necesidad de la aceptación jurídica de ese modelo para poder planificar las ediciones venideras con un margen de entre 24 y 30 meses.
“En 2022 llegamos a un acuerdo porque veníamos de la pandemia, y apoyamos de buen grado este proyecto. Y quedamos en hablar después de su realización para ver cómo iba”, explicó Martí. “Habíamos acordado una manera de trabajar que ahora el Primavera Sound quiere acelerar”, también manifestó, refiriéndose a la necesidad del festival de tener una respuesta del Ayuntamiento antes de que acabe este mes. “No se puede trabajar con ultimátums, pero sí se puede trabajar entendiendo las causas de las demandas, por lo tanto la solución pasa por sentarse a hablar y la reunión tendrá lugar lo antes posible, o a finales de esta semana o a principios de la que viene”.
La clave está en que el festival no altere el día a día en la vida de los vecinos y a la vez sea un éxito”
Xavier Marcé, regidor de Turismo e Industrias Creativas, declaró a este diario que la ampliación del festival supone “prácticamente un mes de ocupación del Fórum” e implica un “cambio del modelo de enfocar la política de festivales de verano”. Y pidió a la organización que “empatice también con la ciudad para encontrar las soluciones adecuadas para el conjunto de la vida cultural de Barcelona”.
Sobre la cuestión vecinal y el impacto del festival intervino en la rueda de prensa el concejal del distrito de Sant Martí, David Escudé, quien recordó que “siempre hemos trabajado de forma muy positiva con todos, con los vecinos y todos los eventos. La clave está en que el festival no altere el día a día en la vida de los vecinos y a la vez sea un éxito”.
En este sentido, Enric Navarro, representante de la asociación vecinal Zona Fórum, explicó a este diario que “a pesar de que no queríamos, accedimos a que el 2022 se ampliara el festival a dos fines de semanas debido a la anulación del año anterior por la pandemia”, aunque reconoce que se ha acabando produciendo lo que temían, que el formato excepcional se acabara imponiendo a partir de entonces. “Nos gustaría que el Ayuntamiento no claudicase y si amenazan con irse, que se vayan a Madrid o donde sea”, remata.
Nos gustaría que el Ayuntamiento no claudicase y si amenazan con irse, que se vayan a Madrid o donde sea"
Por parte del Primavera Sound, ayer se ciñeron a un comunicado a los medios en donde reafirmaban posturas sin añadir leña: “Nos encontramos en una situación desesperante, donde llevamos meses esperando respuesta, positiva o negativa, por parte del Ayuntamiento sobre si en 2023 podremos repetir el formato de doble fin de semana (...) Las empresas necesitamos entornos de seguridad jurídica para poder contribuir al crecimiento y el desarrollo económico de nuestro entorno. Y la seguridad jurídica pasa por trabajar con estabilidad, previsión y contratos planificados y a largo plazo”.
Dentro del inmenso abanico de reacciones desatado por las palabras del director del festival, el Gremi de Restauració de Barcelona mostró ayer su solidaridad con éste y pidió al gobierno municipal un compromiso claro y firme con la continuidad “de una cita cultural tan importante como esta”. También la presidenta del grupo municipal de JxCat en el Ayuntamiento, Elsa Artadi, opinó en un tuit que “la guerra entre Comuns y PSC pone en peligro el festival Primavera Sound y sigue hundiendo Barcelona”.