¿Por qué Miguel Ángel pintó un higo y no una manzana como fruto del pecado original?
El reto
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Miguel Ángel no se consideraba pintor, pero el Papa Julio II quería que fuera él quien decorase al fresco la bóveda de la Capilla Sixtina. La Piedad y el David ya le habían catapultado a la fama, convirtiéndolo en il Divino. Así que en 1508 abandonó Florencia, cinceles y martillos para sujetar en Roma los pinceles y la paleta que le permitirían terminar en cuatro años más de 500 metros cuadrados de escenas bíblicas. El resultado sorprendió. Y sigue sorprendiendo. Y no solo por la calidad de la obra, una de las piezas culminantes del Renacimiento. El florentino se tomó ciertas licencias artísticas a pesar de las convicciones o convenciones católicas que imperaban en aquel momento y todavía hoy.
Así pues, si nos fijamos bien en el panel que reproduce el pecado original y la consecuente expulsión del Paraíso, se eleva un frondoso árbol en el centro de la composición, el famoso árbol del conocimiento del bien y del mal. Es decir, el manzano. Pero no. Miguel Ángel no pintó un manzano sino una higuera. Y el fruto prohibido no es la tentadora manzana, sino un sugerente higo.
Esta reinterpretación bíblica casi se podría considerar un sacrilegio si no fuese que el capítulo 3 del Génesis no puntualiza en ningún momento la especie del árbol frutal. En cambio, tras consumar el pecado, el versículo 7 afirma lo siguiente: “En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse”.
Miguel Ángel, cuya formación neoplatónica se plasma en el simbolismo de su gran obra pictórica, no fue el único que optó por interpretar que el árbol del pecado original era una higuera. Todavía perduran algunos ejemplos tan remotos en el tiempo como el de la Cripta del Pecado Original de Matera, del siglo IX, considerada, curiosamente, como la Capilla Sixtina del arte rupestre. La gruta, repleta de pinturas religiosas, reproduce este frutal, a un Adán y Eva que comen higos y cómo ocultan su sexo bajo las hojas de este árbol.
El significado de la manzana
La gran pregunta es: ¿de dónde sale el manzano? Y la respuesta cabe buscarla en un determinante juego de palabras. En latín, malum significa manzana pero también puede designar el mal. Y cuando san Jerónimo tradujo la Biblia del hebreo y del griego en su famosa versión oficial de las Sagradas Escrituras llamada la Vulgata, utilizó este término para referirse al árbol del bien y del mal. La asociación del frutal con el manzano no tardó en llegar y se popularizó de tal manera que la manzana pasó a imponerse como el fruto del pecado origina.
Pero Miguel Ángel aún fue más allá en sus interpretaciones bíblicas y optó por pintar a Adán cogiendo él mismo el fruto prohibido, exculpando así a la mujer como responsable de su pecado. Ella, gira el rostro hacia la serpiente para tomar el higo que le ofrece. De esta manera, aleja la mirada de los genitales de Adán, que se encuentran a la altura y a escasos centímetros de su cabeza. Otra osadía del genial artista.