Tilda Swinton: “Soy la chica punk obsesionada por el cine”
Festival de Venecia
La actriz británica recibe el León de Oro a la carrera en la gala de apertura de la Mostra de Venecia
Una “chica punk obsesionada por el cine” que ahora es también la galardonada con un León de Honor a una prolífica carrera en que ha hecho de todo, hasta la bruja blanca de Narnia, y por la que también recibió un Oscar como mejor actriz de reparto en el 2007 por Michael Clayton.
La camaleónica Tilda Swinton fue la estrella de la gala de apertura que se celebró ayer en el primer día del 77 Festival de Venecia , en la que, con su semblante impasible de siempre, también tuvo un recuerdo por el recientemente fallecido Chadwick Boseman al grito de “Wakanda Forever”.
Tras recibir la estatuilla de las manos de la australiana Cate Blanchett, presidenta del jurado, Swinton trató de poner palabras a su devoción por el Séptimo Arte, su “lugar feliz”. “Es mi verdadera patria y su compañía es el árbol genealógico de mi corazón. Es fácil. Los nombres en la lista de quienes han recibido este premio son los nombres de mis maestros, son los ancianos de mi tribu, son los poetes del lenguaje que amo más y canto sus canciones en el baño”, aseguró.
“El cine es mi verdadera patria y su compañía es el árbol genealógico de mi corazón”
Tilda Swinton
“Yo soy la chica punk obsesionada con el cine que hace autostop en las estaciones para tomar un tren”, continuó ante el público. “Y por cierto, solo estoy empezando”, apuntilló, advirtiendo que todavía le queda mucha guerra por dar.
La gala arrancó con un homenaje al maestro Ennio Morricone y se cerró con la intervención de siete directores de grandes festivales de cine europeos (la octava, la directora del festival de Londres, se quedó en el Reino Unido por motivos familiares). Todos ellos leyeron un manifiesto de apoyo a la industria del cine y de los festivales que, como todo el sector de la cultura, también se han contagiado de los efectos del coronavirus. Obligados a una cascada de anulaciones y a suspender sus ediciones, algunos, como fue el caso de Cannes, el principal rival de Venecia a la hora de lograr grandes estrenos.
Y es por eso que por primera vez los directores de los grandes certámenes se reunieron en Venecia para arropar al director de la Mostra, Alberto Barbera, en la primera gran aventura cinéfila después de la pandemia a la luz de los meses difíciles que le esperan al sector. “La intención es sobre todo manifestar y testificar nuestro compromiso para apoyar a todos los que hacen cine”, manifestó el italiano, justificando la necesidad de celebrar la 77 edición de la Mostra aún con el virus.
La gala arrancó con un homenaje a Ennio Morricone
“Debemos hacerlo por el gran arte del cine. Es muy bello encontrarnos aquí y es muy raro ver juntos a los directores de los grandes festivales europeos”, afirmó Thierry Frenaux, director de Cannes. También estuvo presente el director del festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos.
Los directores tuvieron una aliada de excelencia, Blanchett, que como presidenta del jurado internacional atrapó todas las miradas. Blanchett también suscribió que el Séptimo Arte debe continuar como sea pese a los impedimentos de la pandemia. “Estoy de acuerdo en que se debe reabrir de forma segura y creo que la industria del cine, como todas, ha tenido meses dificilísimos y tiene que esforzarse en emerger de nuevo”, señaló la australiana, que ya presidió el jurado en el Festival de Cannes del 2018.
Muy relajada, Blanchett vivió un momento singular cuando una periodista le preguntó por qué opinaba su marido de que hubiese viajado hasta Venecia –le contestó muy educadamente– y hasta tuvo tiempo de bromear con sus meses de confinamiento. “Estoy encantada de conversar con adultos, llevo seis meses hablando con mis cerdos y mis gallinas”, comentó con ironía en una rueda de prensa.
Swinton, con una máscara dorada que recordaba a las tradicionales venecianas, y la intérprete de Blue Jasmine fueron las encargadas de dar brillo a la alfombra roja más deslucida que se recuerda. Por primera vez han colocado un enorme muro que impide el acceso del público, para evitar las aglomeraciones y ante la protesta de algún fotógrafo. Pero esto es Venecia, y ya ayer había algún grupo de jóvenes que intentaban saltarse las normas para ver a los primeros en desfilar en la carrera hacia el León de Oro