Los secretos del UC-47, el submarino alemán que destruyó más de 50 barcos en la Gran Guerra
Hundido en 1917
Tras un siglo en soledad en las profundidades, los arqueólogos subacuáticos han analizado por primera vez sus restos
La fama del UC-47 era excepcional. Pocos lo habían visto, pero muchos eran los que lo temían. Y no era para menos. Este submarino alemán entró en servicio en agosto de 1916, en plena Primera Guerra Mundial (conocida como la Gran Guerra), y en poco más de un año (y solo 13 misiones) ya había logrado hundir un total de 56 barcos aliados.
Era como un fantasma. Entre los miembros de la Armada Imperial Alemana tenía la reputación de ser una nave afortunada. Aunque su suerte iba a tener un final abrupto. Se acabó, para ser exactos, el 18 de noviembre de 1917, cuando el bote patrullero HMS P-57 de la Royal Navy consiguió hundirlo.
Carrera exitosa
Este submarino alemán entró en servicio en agosto de 1916 y en 13 misiones había logrado hundir 56 barcos
La sorpresa fue mayúscula, para todo el mundo. El barco británico se encontró de casualidad con el submarino mientras este estaba en la superficie. La embarcación inglesa embistió el sumergible y le lanzó cargas de profundidad que mandaron al UC-47 hasta el fondo del Mar del Norte, donde ha permanecido hasta ahora.
Más de un siglo después, arqueólogos submarinos de la Universidad de Southampton, con la colaboración de las empresas de prospección MMT y Reach Subsea, han investigado por primera vez los restos del naufragio, situado a unas 20 millas náuticas (unos 37 kilómetros) de la costa de Yorkshire (Inglaterra).
La empresa Tolmount Development contrató a todo el equipo durante las operaciones en alta mar para prepararse para el tendido de un nuevo oleoducto. Con el uso de robots de última generación, los expertos han descubierto que el submarino se encuentra a unos 50 metros debajo de la superficie.
El UC-47 fue mapeado e inspeccionado con un detalle sin precedentes, mostrando un asombroso nivel de preservación. Las sofisticadas técnicas de escaneo y las imágenes de video obtenidas en las profundidades marinas han revelado la existencia de un gran agujero situado en el casco del barco.
Restos
El UC-47 fue mapeado e inspeccionado con un detalle sin precedentes, mostrando una asombrosa preservación
“Hoy en día, el buque solo está marcado en las cartas de navegación como un naufragio y se sabía muy poco de su estado. Ha sido un privilegio poder explorar un pecio en tan buenas condiciones y tener la oportunidad de conocer más sobre su pasado”, explica en un comunicado el doctor Rodrigo Pacheco-Ruiz, del Centro de Arqueología Marítima de la Universidad de Southampton.
La embarcación de la Armada Imperial Alemana atacó durante su carrera barcos del Reino Unido, principalmente, aunque también logró hundir buques franceses, noruegos, de Estados Unidos, italianos, de Grecia, holandeses, belgas y también uno de Suecia.
“Se dice que el día después de su pérdida, el UC-47 fue visitado por buzos de la Royal Navy que recuperaron información valiosa, incluidos libros de códigos y gráficos. Una mayor investigación de las fuentes históricas, cuando el acceso esté disponible a medida que se facilite el desbloqueo, junto con estas imágenes detalladas del naufragio, podrían permitirnos determinar si realmente el submarino fue visitado en noviembre de 1917”, apunta el historiador marítimo Stephen Fisher.
El estudio arqueológico del sitio ha permitido certificar que el naufragio se ha conservado bien pese a estar más de 100 años bajo el agua. Los restos del casco principal, que está intacto en toda su longitud, son visibles sobre el lecho marino. El daño que sufrió durante su hundimiento es evidente, ya que tiene un gran agujero en el costado de babor que indica el lugar donde le afectó una explosión. Dispersos por los alrededores hay componentes del buque, incluido uno de los tubos de torpedos.
Agujero a babor
Los restos del casco principal, que está intacto en toda su longitud, son visibles sobre el lecho marino
La misión de la Universidad de Southampton ya permitió descubrir, hace apenas un año, otro naufragio intacto de hace 500 años en el Báltico. “Estos sitios tienden a estar a cientos de millas de la costa y solo se puede llegar a ellos con equipo submarino especializado. Proyectos como el nuestro demuestran que estos lugares pueden inspeccionarse incluso en estos tiempos muy difíciles, cuando el mundo lucha contra una pandemia peligrosa, concluye Pacheco-Ruiz.