Dicen que es en tiempos de turbulencias cuando surge un arte capaz de transformaciones radicales, mientras que la estabilidad sólo produce largos bostezos... Trato de imaginar qué estarán haciendo estos días los artistas encerrados en sus estudios y si, cuando la pesadilla termine, en sus respuestas encontraremos un lugar para la resistencia y la reparación. Aunque, pensándolo bien, el mundo estaba en llamas desde hace mucho tiempo. Nos lo recuerda con urgencia conmovedora Jeremy Deller, artista británico que ha hecho llegar a las calles de Londres una avalancha de carteles anónimos en blanco y negro con un crudo mensaje: Tax avoidance kills (La evasión fiscal mata). “Tengamos un debate”, reta desde su cuenta de Instagram. La falta de fondos para hacer frente a la actual crisis del coronavirus tal vez no sólo tenga que ver con el enorme fraude fiscal, la suma de beneficios ocultos y la evasión ilegal de capitales, pero está claro que nos han estado robando y que ahora todos pagamos un precio muy alto por ello.
Días atrás, el propio Deller había lanzado una impresión A2, esta pensada para ser mostrada desde las ventanas, en la que nos invitaba a reconfigurar nuestra mirada sobre la inmigración, Thank God for immigrants (Gracias a Dios por los inmigrantes), a reconocerlos entre el personal sanitario que está muriendo en los hospitales o circulando por las calles, realizando los trabajos que nadie más quiere hacer, como abastecer los estantes de los supermercados o las entregas a domicilio. Alguien se estará preguntando si poner en circulación unos carteles callejeros es arte y si necesitamos que los artistas nos desafíen con pregun-tas incómodas sobre los conflictos y amenazas que ya nos asaltan diariamente desde los noticiarios. El arte político siempre ha sido problemático y más desde que se ha convertido en moda incluso para coleccionistas estirados. Lo hay desde luego elitista y también panfletario, mediocre, vacío, frívolo, irrelevante o pretencioso. Pero hay otro, urgente y real, que nace de la empatía y la pasión, y nos proporciona nuevos lenguajes para pensar. Nos humaniza.
Jeremy Deller nos recuerda en sus carteles que nos han estado robando y que ahora pagamos un precio muy alto por ello
El de Jeremey Deller pertenece a este último. Ganador del premio Turner en el 2003, dos años antes había realizado su monumental T he battle of Orgreave , la recreación en vivo, como si se tratara de una batalla histórica, de un enfrentamiento especialmente sangriento entre la policía y los mineros durante la huelga que mantuvieron estos últimos en el condado de Yorkshire en 1984. Llevó a cabo la acción, que fue registrada en vídeo por Mike Figgis, cuando las heridas aún estaban abiertas. De la misma manera que años después emprendería un viaje por carretera alrededor de Estados Unidos transportando los restos de un automóvil bombardeado en Irak. Le acompañaban un soldado estadounidense y un ciudadano iraquí, y su presencia por los pueblos por los que pasaban fue motivo de conversación y reflexión.
El arte puede servir para evadirnos del caos, pero también nos ayuda a pensar por qué hemos caído en él y a encontrar la ruta hacia la claridad.