Pop ochentero puesto al día

The Weeknd
Island

Ha pasado casi un decenio desde que Abel Tesfaye emergiera como The Weeknd y desde entonces ha devenido una de las referencias que nunca dejan indiferente en términos de calidad musical. Como numerosos creadores, los zigzagueos han sido una constante en el periplo del músico canadiense, y este After hours no es una excepción. Porque se trata de una obra admirablemente bien construida, de un contagioso atractivo a través de una colección de canciones de hechura con sabor a pop ochentero. A ese pop donde los sintetizadores dejaban su inconfundible impronta y donde la invitación al hedonismo era seña de identidad. Y que aquí empapan unas canciones que, sin embargo, narran caminos emocional y personalmente tortuosos y confusos.

Temas como In your eyes son dianas infalibles de aplauso general. Pero son tan redondas, bien producidas, que al final pueden generar cierta monotonía, la necesidad de encontrar algo nuevo, arriesgado y, por ende, excitante. Por otra parte, la lectura del pop que hace The Weeknd es la que le permite dimensionar su condición de estrella: una sonoridad amplia cuando no extática, con unas producciones en donde los efectos perfilan una voz dirigida a las masas. Michael Jackson siempre ha sido uno de sus modelos. Y al final resulta que son los temas que se alejan de esa arquitectura ochentera los que disparan la atención: un Too late de olor garagero y un Hardest to love con vestimenta drum’n’bass.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...