Dos caras de un fenómeno

Dos caras de un fenómeno

La apuesta del nudo gordiano de la industria musical se adapta con su habitual retraso al ritmo de los tiempos, las modas y los cambios generacionales. Y su inevitable dosis de oportunismo. Pero se adapta. Porque la predilección por las intérpretes femeninas, por las músicas heterodoxas y por los modelos de conducta más o menos transgresores que ha exhibido en los últimos tiempos el máximo órgano gestor de los Grammy no es casual. Estos premios hay que verlos como la cara presentable, amable y llegado el caso puntualmente cómplice de las gélidas e implacable estrategias comerciales de las majors . Lo de siempre, por otra parte, pero no deja de ser loable ese espaldarazo oficial al protagonismo femenino, a las nuevas actitudes vitales comenzando por la aceptación de uno/a y del otro/a, a lo alternativo y a asumir la amplitud de estilísticas sonoras.

Billie Eilish y Rosalía son dos caras diferentes de un mismo fenómeno. El elogio del empoderamiento creativo y decisorio de la mujer artista en su obra, en su quehacer y en su imagen. Y ambas son ídolos y espejos para multitudes. Dentro del boom de las intérpretes que apuestan por la espectacularidad del físico como una de sus señas de presentación (Dua Lipa, Camila Cabello, Ariana Grande, Demi Lovato, Kesha, Taylor Swift...) Billie Eilish se encuentra en las antípodas. Y más allá de esa imagen hay un sólida propuesta musical, que en el directo encuentra el mejor marco de veracidad, como pudieron comprobar los miles de incondicionales que la escucharon en su reciente última actuación barcelonesa. Y no sorprendentemente, la buena química entre Eilish y Vila Tobella nació en seguida a nivel personal y musical, como habrá oportunidad de comprobar cuando ambas se pongan a acabar las canciones que iniciaron en su día.

Son ídolos espejo de multitudes, elogio del empoderamiento de la mujer artista en su obra, su quehacer y su imagen

La habilidad de estos premios es que no engañan. No es ninguna sorpresa que la ceremonia televisada es un gran escaparate donde cabe de todo, es decir, lo que es noticia obligada siempre con un plus de originalidad, lo que llega a la fibra sensible para el incondicional que no hay que olvidar (actuación de Aerosmith con Run DMC) o que el mundo no conoce fronteras sonoras, es decir, ¿qué es la música negra, la latina, el rap? ... como queda patente en su categorización a menudo chocante. Y sobre todo, es un gran show que entra por lo ojos, que es como se vende actualmente la música. Y pese a todo ello, los Grammy son referencia obligada. Que recuerdan la grandeza mantenida de Elvis Costello o que apuestan por un músico tan brillantemente capacitado como el guitarrista Gary Clark Jr, al que premian con tres gramófonos ya en el rock ya en el r&b con el mismo disco. Pero quizás lo que mejor resuma ese espíritu de Grammy –aunque no hubo ninguna alusión a los conflictos de la Academia– fue cuando Alicia Keys hizo análisis de la situación en su país y sugirió que el presidente Trump fuese sustituido por Cardi B. Tiempo al tiempo...

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