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Barcelona rechaza el proyecto del Hermitage y pide su reformulación y una nueva ubicación

Cuatro informes desfavorables

La teniente de alcalde Janet Sanz ha señalado que “los proyectos deben adaptarse a la ciudad y no la ciudad a los proyectos”

Apertura de la bocana norte del puerto de Barcelona.

Mané Espinosa

El gobierno municipal de Barcelona ha dicho no a la ubicación de una franquicia del museo del Hermitage en la Bocana norte del Puerto a la vista de cuatro informes de expertos que han valorado negativamente el proyecto. Los tenientes de alcalde Joan Subirats y Janet Sanz han afirmado en rueda de prensa que si los promotores del proyecto “incorporan las recomendaciones de los informes, incluido un nuevo emplazamiento” se volverá a estudiar como cualquier otra iniciativa económica privada. Para Janet Sanz, “los proyectos deben adaptarse a la ciudad y no la ciudad a los proyectos.

El ayuntamiento de Barcelona hizo una modificación del plan especial de la nueva bocana del puerto que contemplaba la posibilidad de un nuevo edificio de uso cultural, pero con una cláusula por la que la Autoridad Portuaria no podía iniciar la tramitación sin previo acuerdo del municipio. Y los cuatro informes ahora solicitados (movilidad, urbanismo, cultural y de viabilidad económica), aunque no son vinculantes, son rotundos en señalar los problemas que se plantean.

La bocana norte del puerto de Barcelona

Mané Espinosa

A tenor de las declaraciones de Janet Sanz, el informe sobre la “idoneidad urbanística” elaborado por los arquitectos Maria Rubert de Ventós y Alex Giménez ha resultado casi definitivo para rechazar el proyecto. Se considera en primer lugar que el actual emplazamiento es un “cul-de-sac” que compromete los accesos de los servicios de emergencia o evacuación en caso de accidente. Incluso se señala el peligro de “inundabilidad” de la zona.

En segundo lugar se recuerda que ya existe una sobreedificación en la zona, ejemplificada en el Hotel Vela, y una saturación de actividades. Pero principalmente se refiere a los problemas de movilidad que podría generar un edificio al que sólo se puede acceder por una línea de autobús y con la parada de metro más cercana a 2,3 kilómetros. Otro de los informes se centra exclusivamente en este punto y en las dificultades que iban a generar las 5.300 visitas diarias previstas en una zona “ya bastante castigada por la presión turística y el fenómeno de la gentrificación”.

Render del Hermitage Barcelona

Hermitage Barcelona

El informe urbanístico recuerda que la prioridad sería reutilizar edificios próximos en desuso como los del Parc de la Ciutadella, el Teatre Principal de la Rambla, el Imax del Port Vell o el recinto del Poble Espanyol. Y en el caso de un nuevo edificio proponen también varias ubicaciones como el Moll de Sant Bertran, el Parc de la Barceloneta, el Fòrum en la Rambla Prim o el espacio de la Tres chimeneas del Besòs.

“Sin Wagensberg, el proyecto no tiene continuidad” dice Joan Subirats

Más contundente aún es el informe cultural redactado por el ensayista y ex director del CCCB, Josep Ramoneda, titulado “Barcelona no necesita el Hermitage”. Ramoneda precisa que “algunas de las ideas de este documento han sido compartidas con Pepe Serra, director del MNAC, Judit Carrera, directora del CCCB, y Marko Daniel, director de la Fundació Miró”. Sus conclusiones se basan en “la indefinición de los documentos culturales aportados” y en el modelo de franquicia que a su juicio no necesita un ciudad como Barcelona.

Se señala además que el documento más desarrollado de los distintos aportados por los promotores es el que lleva la marca de Jorge Wagensberg, ya fallecido, sobre arte y ciencia. “Sin él, el proyecto ha perdido una referencia intelectual reconocida”, señala. Y el propio Subirats reiteró que “sin Wagensberg el proyecto no tiene continuidad”. Y esa indefinición vendría reafirmada por las recientes declaraciones que hizo precisamente a La Vanguardia el actual director del Hermitage de San Petersburgo, Mikhaïl Pietrovski. Como ejemplo de la deriva del proyecto se señala que la exposición inaugural sería “La historia del arte a través de la colección del Hermitage”y que las siguientes serían sobre una Galería de Retratos del Siglo XVII, una retrospectiva de Cecil Beaton y sobre las Joyas de la corte rusa.

Mijail Piotrovski, director del museo Hermitage de San Petersburgo

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El cuarto informe sobre sostenibilidad económica, realizado por el centro Eurecat, dirigido por Xavier Cubeles, ofrece dudas sobre las cifras de visitantes previstas, que considera excesivamente optimistas. Se prevén 800.000 visitantes el primer año, hasta llegar a 1,5 millones, lo que lo situaría como el primer museo de Barcelona. Y también se cuestiona “la existencia de un ánimo de lucro” que choca contra el concepto de museo. Los redactores de este informe concluyen de todas formas que es “un proyecto singular de difícil evaluación”, que debería plantear “escenarios presupuestarios más prudentes”, pero que desde la perspectiva del turismo podría contribuir a “reforzar el atractivo de Barcelona”.

Ferran Mascarell lamenta la falta de ambición de la ciudad y la ausencia de negociaciones con los promotores

El primero en reaccionar ha sido el concejal de JxCat, Ferran Mascarell, quien se ha felicitado de que el equipo de gobierno se haya posicionado “después de siete años de indefinición”. según Mascarell, “los documentos no son concluyentes y domina un trasfondo de ideologismo respecto a los temas museísticos”. El ex conseller de cultura de la Generalitat reconoce que “es evidente qeu existen algunos problemas urbanísticos y de movilidad” pero lamenta la “falta de ambición como ciudad” y la falta de negociaciones con los promotores. Ý ha sentenciado que “seguramente no habría esas dudas si se tratase de centros comerciales”.